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El primer plato fue una serie de miradas curiosas a mí, el segundo fueron murmullos hasta el fondo de la habitación que es enorme, el tercer plato fue la incomodidad de pasar ante todos para sentarme y el postre fue el mejor ya que fue una serie de preguntas cubierto de silencios abrumadores. De comer fue una sopa aguada y carne bañada en una salsa de especias, bastante bueno.

-Así que.... Eres de Dublín. No esta tan lejos de aquí - resulta que estoy en el bosque de Sherwood en Inglaterra y estuve dos días inconsciente, estoy al lado de Aileen, enfrente de mí una hay chica rubia de ojos grises de nombre Naida junto con un chico muy parecido a ella, supongo que son mellizos, su nombre es Newen - pensé que jamás te veríamos, eres muy escurridiza.... - lo dice con un tono de indiferencia y desagrado, supongo que es de esas chicas que huelen a dinero por todos lados y piensan que es más importante su maquillaje que su vida, lleva un labial rojo que combina muy bien con su blanca piel, los ojos perfectamente delineados, pestañas con un rizado natural y bien pintadas. Tal vez no huele a dinero pero si tiene un olor parecido a rosas.

- Perdona a Naida es algo lengua larga e insensible, siempre habla sin pensar - todos ríen menos Andrew y por supuesto Naida, el sigue con un semblante serio pero relajado, el chico que acaba de hacer su pequeña broma es Aarden, pareja de Aileen, si lo sé. He notado que entre ellos sus nombres comienzan con la misma letra. Supongo que es algo normal en su mundo. - pero tiene razón en que te has tardado un poco.

Bajo la mirada y cuando siento que debería pedir perdón entras dos personas más a la habitación, un chico de cabello y ojos cafés claro, de piel pálida, alto y delgado y a su lado una chica realmente hermosa. Es pelirroja con ojos azules y piel de porcelana, y tiene el cuerpo que yo jamás tendré, mientras que ella es toda curvas yo soy un palo.... Un palo torcido. La chica examina la sala y posa su mirada en mí, sonríe y sus dientes casi alumbran toda la habitación. Me doy cuenta que aquí todos tienen algo especial ya sea por su forma de hablar o por su aspecto físico. Un punto más a la lista de cosas por la cual no encajó aquí.

- Así que tú eres Brix - dice con lentitud y voz seria - espere 12 años para verte..... Deberías agradecer por la espera... O pedir perdón. - Ríe un poco pero sigue sin acercarse - Gane la apuesta me debes un cristal - voltea a ver al chico de pelo café. Refunfuña y le da un pedazo de cristal de aire, en cuanto la chica lo agarra esta toma el color del fuego y lo mete en la bolsa de sus jeans. Por un momento pienso si tal apuesta trata sobre mí, apuesto que sí, se acerca un poco y toma un mechón de mi pelo – Soy Daryela y perdón, aun no sé qué tan controlada estas, y no quiero volar hasta la siguiente habitación – empieza a oler un poco a quemado, y un ligero humo empieza a salir de la mano de la chica, ella la quita de inmediato y parte de ese mechón quedó chamuscado - lo siento.... Aún no controlo mis manos - se aleja de mí y se sienta al lado de Andrew. Pone su mano con la de él y la aprieta un poco, el voltea y sonríe un poco.

Se me oprime el pecho al ver esa sombría sonrisa. No he hablado en los últimos minutos y siento la boca seca, siento como las manos me tiemblan bajo la mesa. El pensamiento de que no pertenezco aquí y que esto es una completa locura sacado de un libro de ficción me está atormentando más de lo que pensé. Es difícil estar 17 años viviendo una vida normal dejando de lado las cosas que eran comunes para mí, y empezar a ponerte en el lugar de una persona completamente diferente, con todo lo que me han contado y por todo lo que falta ya siento que la que está en este cuerpo no soy yo.... Que ella debe seguir dentro de ese sueño profundo con el único deseo de vivir una vida normal, mientras que yo trato de entender mi papel en este lugar. Veo el plato de carne a medio comer y siento nauseas, pensar con tanta ansiedad y estrés me pone mal y sé que debo dejar de pensar en todo esto pero hay algo que me lo impide.

-¿Podrías calmarte? - volteo y todos están bajo la mesa cubriéndose de todo lo que vuele alrededor - Mientras más te alteres más aire provocas así que detente por favor - el chico castaño sigue sentado a mi lado mientras habla pero no consigo dejar mis pensamientos atrás - si no te calmas tendré que hacerlo yo - enserio que quiero detenerme pero no puedo, escucho a alguien gritar que aún no se controlar mis impulsos y que él me detenga - muy bien lo haré yo.- y entonces hace algo que apenas recuerdo. Toma mis manos y pasa su mano libre frente a mi cara, siento un ligero aire en mi rostro con olor a yerba-buena y siento una gran tranquilidad, como si todos mis problemas se desvanecieran por completo y por fin dejo de pensar. Siento la cabeza más ligera y no quiero sentirme débil de nuevo, trato de reponerme pero es difícil con la vision borrosa, siento una mano en mi cabeza, me quita unos mechones de pelo de los ojos. Unos ojos verdes con destellos rojos, sus ojos recorren mi rostro en busca de algo.

- No tenías por qué dejarla casi inconsciente Ian – Andrew me sostiene y su mano libre la pone cerca de mi nariz, siento un cálido aire entrar y mi vista vuelve poco a poco. Me ayuda a sentarme bien y antes de que pueda decirle algo, se separa de mí, todos me observan menos Ian, todos menos el.

Salgo del baño cerca del jardín principal, vomite toda la comida después de perderme. Ya es de noche y me dirijo a lo que me han asignado como mi habitación. Aileen me indicó el camino ya que ella debe regresar de inmediato a su habitación después de la cena. Sospecho que una razón importante tendrá, además que quería un tiempo a solas para poder salir de este lugar de locos. Empiezo a recorrer el lugar y todos los pasillos parecen un pedacito de bosque e incluso encuentro dos puertas con un letrero grande de "NO ENTRAR" en cada una. Cuando estoy a punto de rendirme encuentro una rendija con un pequeño espacio para sentarse o sostenerse a la altura como de una ventana, si salto con ganas tal vez pueda alcanzarla.

Me preparo y salto lo más que puedo, a la primera no llego ni a la mitad de la pared. "Vuelve a intentar" mi mente habla. Me concentro y salto de nuevo, esta vez solo alcanzo a tocar la orilla del balcón. Mi poca paciencia empieza a terminar y me concentro en llegar a la rendija, pienso en cómo sería ver hacia afuera y sentir los barrotes en mis manos. Salto de nuevo y siento un impulso más fuerte, cierro los ojos y al abrirlos estoy sentada en el balcón, veo hacia abajo, si cayera desde aquí tal vez me rompería algo.
Volteo a los barrotes, los agarró y los zarandeo un poco. Están flojos. Un poco más de fuerza y los abre zafado. Siempre tuve una fuerza algo grande, recuerdo a los 9 años cuando un estupido niño se burlaba de mi por alguna razón que por hoy la he olvidado, y cuando menos lo pensé aquel niño ya estaba en el suelo con la nariz sangrando. Me castigaron por un mes.
Casi caigo al exterior cuando la reja cayó pero mantengo el equilibrio, sonrió. Me preparo una vez más, me mentalizo cayendo despacio y sin romperme nada. Pero cuando reaccionó de nuevo estoy encima de alguien. Sólo se escucha un leve quejido.

- Perdón - me paro rápido y alejo un poco - yo no te vi cuando estaba cayendo y.... - dejo de hablar cuando veo que es el chico de ojos verdes - yo... No..

Mueve la cabeza en dirección a la entrada. "No habla a menos que sea muy necesario" las palabras de Aileen suenan en mi cabeza. Empieza a caminar hacia mí y por cada paso que da yo doy uno hacia atrás

- No, ya no aguanto estar aquí. Así que me voy - le doy la espalda pero de nuevo lo tengo frente a mí. No habla sólo señala la puerta de la entrada, Si el no habla entonces yo menos y si es necesario golpearlo entonces lo haré.

- Me dijeron que si era necesario usar mis habilidades contra ti para mantenerte a raya lo hiciera - su voz es grave y algo ronca. Me toma por el brazo y empieza a caminar. Quito mi brazo.

- No me interesa lo que tengas que hacer. Yo puedo hacer que las cosas vuelen.... O lo que sea que yo pueda hacer lo hare contra ti - trato de no titubear para parecer más segura pero ni yo sé lo que digo. El solo se encoge de hombros.

- Escuché que hay lobos aquí, así que suerte con ellos - da la vuelta y empieza a caminar. Unos lobos no me van a intimidar, veo como se aleja y tras mi escucho el ruido del pasto al moverse. "Es sólo el viento". Me digo para no entrar en pánico, agudizó más el oído y escucho un leve olfateo. Entro en pánico y corro a dirección de la puerta principal, no soy tonta así que sólo pasó por ella, pero al parecer esa fue la opción más tonta porque Andrew me agarra de la cintura y me carga como si fuera un costal de papas, me deja caer al suelo y yo solo puedo protestar

- Sabes no tenías por qué lanzarme al suelo, y no tenías por qué volver a meterme aquí – pateo el suelo y por un momento pienso que va a hablar con calma pero vuelve a esa mirada aburrida.

- Para la próxima dejaré que te coman y será mejor que vayas a tu habitación ahora –

- No – me paro justo frente a él, es mucho más alto que yo y su aroma es el mismo que el de un fosforo al apagarse, parece que por un segundo podría empezar a reírse pero lo que hace es aún más extraño, saca un trapo que parece mojado de un bolsillo de su pantalón, lo enrolla en su mano y toma mi brazo para comenzar a caminar, literalmente me arrastra. Un punto más para irme de aquí.

- Si no me sueltas comenzare a gritar – trato de hacer fuerza para poder detenerme pero me agarra más fuerte

- Hazlo, nadie te escuchara por más que lo intentes – forcejeo un poco más contra el pero solo pierdo mi tiempo. Y si algo he de perder no va a ser nada por el. 

Con El AireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora