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Recuerdo un sueño lejano... tenía al menos 8 años. En donde yo estaba parada en medio de un bosque, oscuro, frío, sin vida. Cerca de mi había un viejo roble, carecía de hojas, me acerque a él y lo toque. Recuerdo que empezó a brillar como si lo hubieran salpicado con pintura fosforescente, de varios colores y tonalidades. Haciendo un verdadero espectáculo de color. Al entrar aquí... fue como estar en el mismo sueño, fue como regresar a ese pasado seguro. Siento a Aarden cerrar la puerta y se pone junto a mí.

- Vaya espectáculo... ¿no? - dice y sé que sonríe grande, antes de voltear a verlo guardo un poco más lo colores en mis ojos.

- Como es que esto puedo estar aquí - pregunto levemente esperando que me haya escuchado. Sonríe y empieza a caminar.

- Los antiguos libros dicen que esto fue el inicio de todo, que todo emergió de la tierra para de ahí empezar sus recorrido por nosotros, pero por alguna razón dejo de crecer hace unos 50 o 60 años, estaba a la intemperie pero para evitar su deterioro se puso bajo estos muros, y se ha logrado mantener con la energía de los cristales. Sin ellos el bosque y nosotros no duraríamos mucho tiempo - recoge una rama con colores rosados.

- Y que nos pasaría.... quiero decir sin los cristales que pasaría - pregunto por simple curiosidad. Me ve por un rato hasta que habla

- Nadie sabe con seguridad, los libros dicen que nosotros dejaríamos de existir
- Pero si nosotros no estamos entonces... - dejo la duda al aire y Aarden asiente con la cabeza

- Entonces nosotros y los lisos dejarían de existir por el hecho de ya no haber los 4 elementos esenciales.

- Vaya... - me quedo pensando por un momento - ¿porque les dicen lisos? Me refiero a que porque no sólo les dicen personas o humanos.

Ríe un poco antes de hablar - Les decimos así porque ellos no tiene nada de especial, no pueden dar calor como el fuego, no pueden mojar como el agua, no pueden sentirse blandos o duros como la tierra o en tu caso no pueden dar escalofríos por un frío viento - tira la rama cerca de un árbol y empieza a caminar, lo sigo en silencio hasta llegar a un pequeño estanqué, se sienta cerca de él pero me quedo parada distinguiendo un leve olor a tierra mojada y cereza.

- Pero forman parte del mundo... eso los hace especiales. De una manera diferente pero, especial - Aarden lo piensa por un minuto y asiente despacio viendo hacia el estanque. Nos quedamos en silencio por un rato hasta que pregunto - desde cuando.... estas aquí o te dejaron.

Sonríe y me ve - yo llegué aquí a los 7 años, cuando se dieron cuenta que no era como los otros niños, mis plantas o frutos crecían más rápido que de otros niños e incluso en las tierras de mis padres los cultivos crecían más rápido si yo estaba junto a ellos unos minutos, así que Steven me encontró y me trajo aquí. - termina de hablar y sonríe

- ¿Entonces ya no ves a tus padres?

- Claro que los veo pero sólo en Navidad o sus cumpleaños es decir unas tres veces al año. No da mucho tiempo para verlos cuando estás aquí. Y sé que no es fácil estar aquí... pero si lo intentas, no sé, tal vez podrías encontrar algo mucho mejor que antes - me voltea a ver y yo sólo puedo sonreír. Nos quedamos en un silencio bastante cómodo hasta que habla – Deberíamos irnos, tengo un par de cosas que hacer y tú debes volver al jardín antes de que Ian no te encuentre y haga un torbellino aquí.

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Estoy afuera, en la parte trasera de la fábrica, está fresco y se siente una ligera brisa y sólo traigo un ligero suéter negro que encontré por ahí, meto la mano en uno de los bolsillos y siento algo duro, frío pero a la vez ligero. Lo tomo y lo saco, es una piedra de aire, mediana pero no tan grande como mi mano.

Con El AireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora