Nieve.

74 6 0
                                    


Desde que acabaron las vacaciones de invierno no volvió a nevar en la ciudad. Hoy hacía un frío terribe y todo indicaba que nevaría, aunque Hae no le pusiese muchas esperanzas a ese pronóstico.
Era otro domingo como cualquiera, y hoy a ninguno de los dos les apetecía cocinar, por eso mediante un juego de piedra, papel o tijeras decidieron quién iría a la tienda de al lado.
La pobre de Hae perdió tras dos empates. Ambos siempre elegían tijeras, y ella les falló a las preciadas tijeras, eligiendo papel, así perdiendo.
La tienda a la que se dirigía Hae era una tienda turca. Era sorprendente que tuviesen la suerte de tener un restaurante turco en una ciudad perdida por Korea del Sur.
Su paso era lento, pues en un día tan frío caminar lentamente le provocaba tranquilidad, una sensación de paz interna que hacía mucho tiempo no sintió.
Entrando en la tienda vio a los occidentales. Uno de ellos era un chico jóven, de la edad de LuHan. Ese chico era moreno de piel y tenía un atractivo que para una medio oriental como Hae, resultaba atractivo. El resto de chicas orientales tenían sensaciones contrarias hacia ese jóven. O les gustaba mucho, o les parecía feo y vulgar.
Pidió tres durums; uno de ellos de pollo y los otros dos mezclas. Compró otros adicionales también como patatas o arroz, junto con 3 helados, para proseguir a salir del restaurante después de 10 minutos de espera.
Siempre fue así, con LuHan tenían los mismos gustos en casi todo, a pesar de no ser hermanos reales. Cuando hacía frío los dos preferían comer helado o beber refrescos fríos, porque el contraste del calor del hogar se interrumpía a la hora de comer el helado.
Hae estuvo pensando en eso un rato mientras caminaba, recordando el día en el que su padre le presentó a su nueva madre, y a su hermano mayor nuevo. Ella lo había aceptado con tranquilidad y madurez, pero LuHan en cambio cuando vio por primera vez a Hae, atacó sus mejillas de cerda, empezando a achucharla.
Sonrió bobamente. Ella no consideraba a su padre real familia. Su única familia en Korea era LuHan, por toda la historia común y todo el sufrimiento que tenían en común.
-Haeri- Ella pudo escuchar como alguien la llamaba desde atrás. Cuando se giró vio a SeHun caminando hacia ella a una velocidad ligeramente rápida, para poder alcanzarla.
-Oh, hola profesor. - Ella le miró, aunque en realidad veía a través de él. Aun su mente seguía vagando a través de los borrosos recuerdos.
SeHun miró las bolsas que llevaba HaeRi. Le parecieron demasiado pesadas, por eso extendió su mano y le quitó una. - Déjame ayudarte. - Le regaló una sonrisa sutil, aunque sorprendido. Haeri al parecer estaba en su propio mundo, ni se fijó en él y al chico le bajó levemente la moral.

°°°
SeHun como todos los domingos había sido invitado a comer a la casa de LuHan. Él vivía junto con su mejor amigo JongIn, pero siempre los domingos se la pasaba sólo, porque Kai tenía que trabajar. Ante eso LuHan se había ofrecido a hacerle compañía.
Salió sobre las 12 de casa, vestido con un abrigo negro y unos vaqueros largos y gruesos. Se había informado, hoy nevaría.
Mientras caminaba por la calle ensimismado, pudo ver la figura de su alumna a lo lejos. No dudó en acercarse, acelerando su paso.
Intentó establecer conversación, pero como siempre ella le evitaba. Tenía que aclarárselo, él no tenía nada que ver con LuHan.
Justo cuando estuvo por hablarla después de coger el bolso más pesado, vio como ella se asombraba, subiendo su cuello hacía arriba, sonriendo intensamente.
-Oh. - Las mejillas sonrosadas de Haeri se inflaron, tras un leve puchero. Se veía hermosa, admirando los copos de nieve que comenzaban a caer lentamente, deshaciéndose con el contacto de la piel de la chica. -Wooh...
SeHun miro hacia arriba también, sintiendo el frío tacto de la nieve por su cara, mirando a un punto fijo.
Cuando Haeri vio a SeHun admirando la nieve se dio cuenta de que había algo más bonito que la nieve, y era SeHun, adornado por blancos copos de nieve.
-¿Vamos? - Al final la escena vomitivamente romántica fue interrumpida por Haeri.
-Claro.- Respondió, con un tono suave, formando una leve mueca en sus labios, entrecerrando sus ojitos
SeHun caminó al lado de su alumna, de vez en cuando rozando su hombro con el de ella, en búsqueda de calor, quizás.

Ambos se dirigieron hacia la casa de la pequeña, envueltos en un cómodo silencio.

New TeacherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora