Capítulo Nueve

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Eiden ha ganado la pelea a los 5 minutos de haber entrado, lo dejó inconsciente con un solo golpe. Y yo estoy aquí sentada enfrente de él porque según él tenemos que hablar seriamente.

- Mira Rubia, este no es un lugar en el que puedas trabajar, estas son peleas clandestinas y tu no pintas aquí, no quiero meterte en problemas, por lo que sin ser mal educado ni nada me hagas el favor de coger las cosas y no volver aquí. 

- Perdón? Y según "tú" en donde podría trabajar sino?- Dije incrédula por lo que me ha dicho, no es que lo haga por ser feliz, sino porque necesito pagar mis propias necesidades, y porque aquí pagan mejor que en otro, es arriesgado pero y qué?

-No quiero discutir, por favor vete. -Dice serio y mirándome fijamente.

- Necesito el dinero Eiden, déjame a prueba si quieres, y si ves que me metido en problemas me echas y me voy, pero por favor necesito el dinero.

- Lo siento nena, pero esto lo hago por tu bien. Estás ciega, este sitio no es seguro, no me lo pongas más difícil.

Con la poca dignidad que me queda cojo mi bolso y abro la puerta, al salir le pego una patada y se cierra de golpe. Con el portazo que dí todos se giraron a mirarme sorprendidos y yo como la madura que soy les saco el dedo de en medio.

Maldito guaperas, me las va a pagar, encima que le pido por favor me rechaza. Cuando estoy a tres cuadras de mi casa mi móvil suena avisándome de un nuevo mensaje.

Número Desconocido:

Vigila tus espaldas, porque cuando menos te lo esperes estarás a tres metros bajo tierra.

Att: MCD

Este mensaje me pone los pelos de punta y entro a casa rápidamente, al entrar cierro la puerta con llave.

Estoy tan asustada que no sé que hacer, llevo un agobio encima joder, estas cosas solo me pasan a mí. De tanto pensar caigo en un sueño profundo.

De repente me despierto por un sonido que proviene de la puerta, me levanto sin hacer el mínimo ruido y camino en puntillas. Estoy escuchando murmullos y como intentan forzar la puerta. Me estoy cagando viva ahora mismo, por los murmullos deduzco que son dos personas, sin perder tiempo voy a la cocina y cojo una botella de cristal y en la otra mano pongo un cuchillo afilado. Esto de defensa personal nunca ha sido lo mio. No puedo pensar con claridad, estoy muy asustada por lo que cojo el teléfono y marco a Chris, un chico que conocí la otra vez en el supermercado, sé que no son horas de llamar pero estoy muy nerviosa. Al segundo tono me lo coge.

-Sí? -Dice con voz ronca y adormilada.

- Ch-riss? S-soy Mme-gan

- Megan? Estas bien? Que ocurre? 

- Chris estoy muy asustada, hay dos chicos fuera intentando forzar la puerta, dime que hago por favor.

- Shht, tranquila me estoy vistiendo, no cortes la llamada y enciérrate en el lavabo, enseguida vengo,  voy a despertar a mi amigo que me quedado sin coche.

- Vale, por favor no tardes, confío en ti. -Digo nerviosa y soltando una que otra lágrima.

No sé cuanto tiempo ha pasado pero sigo aquí encerrada en el lavabo y con el móvil en la mano, he dado al botón sin querer, y no he querido volver a llamar por si le molesto. Cuando estoy por perder la poca fe que tenia en salir viva de esta, comienza a sonar mi móvil lo cojo y veo que es Chris.

- Chris, estas aquí? Dime que si, no falta nada para que tiren la puerta de una patada joder. -Digo a punto de entrar en colapso.

- Solo hay pequeño problema nena, esto esta rodeado de personas armadas, pero he visto que por tu habitación no hay nadie vigilando abajo, crees que puedas saltar?

- ¡¿QUÉEEEEEEEEEEEE!? Hay dios me dan miedo las alturas, lo intento vale? Quédate abajo para cuando salte me sujetas.

- Si, sí, corre joder, estoy aquí y mi amigo esta preparado para que en cuanto saltes él arranque el coche.

- Vale.

Salgo del lavabo y abro la ventana de mi habitación, Chris tiene razón la casa esta rodeada. Pero esto es mucho no me veo capaz de saltar. Puedo hacerlo, puedo hacerlo,me digo mentalmente. Pongo un pie fuera y luego el otro, veo a Chris esconderse detrás de unos arbustos y me dice que lo haga rápido. Cuando compruebo que él ya esta abajo para sujetarme me tiro como si mi vida dependiera de ello. Él me sujeta fuerte y cuando nos recuperamos me agarra de la mano y corremos hasta el coche,no miramos hacia atrás pero escucho gritos y disparos. Chris rápidamente abre el coche y me empuja dentro, después entra él y cierra la puerta, la persona que está de conductor arranca el coche. Los disparos se siguen escuchando, pero nosotros ya nos hemos alejado de ellos.

- Vaya peliculón Rubia. Pero si tenías a toda la mafia negra aquí detrás tuya, no me digas que eres narcotraficante y yo viéndote cara de santa todo este tiempo. -Dice esa voz que conozco mejor que nadie. 

- Estás loco, no estoy involucrada en el mundo del narco, pero creo que el problema aquí lo tiene mi padre, ya que él es policía, y yo siempre recibo todo lo malo. -Le digo a Eiden cabreada.

- Policía? Enserio? Y que va a pensar tu padre cuando se entere que su hija, quería hacerle masajitos a uno de los mejores boxeadores de  las peleas clandestinas ilegales? -Dice burlón y divertido por la situación.

- Mi padre no está aquí, vivo sola. 

- A ver, a ver, que me entere un poco, os conocéis? - Interrumpe Chris confundido.

- Sí. -Respondemos a la vez.

- Le contarás a tu padre lo que acaba de pasar? -Dice Eiden mirándome por el espejo retrovisor. 

- Como si le importara mi vida...- Murmuro bajito.

- Bueno enana, por ahora te quedas en casa con nosotros vale? Y solo saldrás si es con alguno de los dos o si no nada. -Dice Chris mirándome serio.

- No soy una niña pequeña a la que tengáis que cuidar. -Digo retándole con la mirada

- Te recuerdo que hace exactamente 15 minutos te hemos salvado el pellejo. -Dice Eiden sonriéndome burlón. 

Como me acaba de callar la boca con lo que ha dicho asiento con la cabeza y los sigo mientras salen del coche para abrir la puerta de casa. Pero antes de que ponga un pie dentro me llega un nuevo mensaje.

Número Desconocido:

Te has salvado pequeña, pero no puedo opinar lo mismo de Stephen, el pobre marica no dejaba de llorar por su vida y rogandole a dios que no te pase nada. Pobre iluso no sabe lo que te espera cuando te encontremos, pero por ahora solo puedo enviarte un recuerdo para que no te olvides de la persona que dio la vida por ti.

Recuerda: "Ojo por ojo, diente por diente."

Duelces sueños.

Con amor, MCD

Al final del mensaje hay una foto de Stephen mi mejor amigo colgado de un arbol y todo golpeado. Caigo al suelo de rodillas y entro en estado shock.  Veo como Eiden me toca la cara varias veces y me pide que respire, pero yo lo único que puedo hacer es mirar a un punto fijo de la casa. 






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