Capítulo Veinte

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Empiezo a entrar en pánico al ver como golpea sin parar a Dimitri, lo va a acabar matando, pero no puedo moverme, estoy aterrada, nunca he visto esta faceta de Eiden, y aunque me esté asustando me da miedo acercarme. 

- Eiden, déjalo porfavor! - Chillo pero sigue sin escucharme, me ato la camisa de Dimitri a mi cintura y me levanto rápidamente del suelo intento acercarme a él, pero freno en seco al ver a George con un arma y todo ensangrentado, está apuntando a Eiden y él ni siquiera lo ha visto.

- ¡EIDEN CUIDADO! - Grito con toda la fuerza que mis pulmones me permiten, George con el pedazo grito lo he asustado y se le ha caído la pistola al suelo, aprovechando la sorpresa en su cara corro hacia la pistola y veo que el también corre en dirección a ella. Llego yo antes que él y el muy cabrón se me tira encima para quitármela y nos quedamos arrastrando por el suelo con la pistola, en un momento de adrenalina le aprieto al gatillo. 

La bala no se donde ha ido a parar, y me giro asustada hacia Eiden que me mira incrédulo, bajo la vista y veo que le he rozado el brazo a Dimitri y me congelo en el momento. Si llego a tener puntería lo  hubiese matado en el momento, y me hubiese arrepentido toda mi vida, le doy un puñetazo a George y me levanto corriendo a abrazar a Eiden, me tiro a sus brazos y rompo a llorar, él me devuelve el abrazo y me aprieta más fuerte hacia él, le doy varios besos en el hombro.

- Vayámonos porfavor, llévame a casa. - Suplico por lo bajito a Eid, él me alza más hacia arriba y yo escondo mi cara entre su cuello. 

Cuando me sienta en el asiento del coche me pone el cinturón y da la vuelta para sentarse en el asiento del conductor, cuando entra acelera sin mirarme. 

Pasan 10 minutos y veo como aparca en un descampado, se gira a mirarme y veo arrepentimiento en sus ojos.

- Perdóname preciosa, he sido un cabrón contigo, no sabes lo mal que me siento haberte tratado así, se supone que debí estar contento contigo porque nunca nadie ha echo algo así por mi pequeña. También me siento como la jodida mierda no me lo hubiese perdonado jamás si te hubiese ocurrido pasado algo. Dios mio rubia, me hubiese vuelto loc... - Le interrumpo con una beso en la boca que él no tarda en contestar. Me quito el cinturón y me subo encima de él a horcajadas. 

El beso empieza siendo dulce, y sigue con un ritmo más salvaje. Noto su cálida mano subiendo por mi estomago y me acaricia los pecho por encima del sujetador. Esa acción provoca que tense mi mandíbula pero no dejo de corresponderle el beso.   Nos separamos por falta de aire y me doy cuenta que sigo sin bragas y me pongo roja como un tomate. Si ahora me dieran un espejo y miro mi reflejo parecería todo un volcán en erupción. Eiden lo nota cuando suelta una sonrisa que hace que me derrita por dentro.

- No te rías bobo. - Suelto intentando demostrar enojo pero se me escapa una sonrisa, me intento levantar de su regazo pero él me agarra por la cintura y me acerca más a él. 

- No te levantes de encima nena, así estoy cómodo.- Murmura a centímetros de mi boca, y acto seguido tira el sillón hacia atrás, chillo por el susto y él se ríe a carcajadas de mi. 

- Vete a la mierda idiota. - Suelto indignada, y me incorporo pero en vez de agarrarme a él para levantarme, toco el claxon y pego un grito. Eiden intenta ocultar una carcajada, y yo lo fulmino con la cara pero me acabo riendo junto a él.

- Eres todo un caso, mi pequeño demonio. - Dice mientras me muerde el labio. 


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