Capítulo Diez

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La foto de Stephen me ha caído como un balde de agua fría, no me puedo creer que él mi bonito y apreciado mejor amigo esté muerto, me niego a reconocerlo. No puedo pensar con claridad, oigo voces pero soy incapaz de centrarme en ellos, por mi culpa él esta muerto, si me hubiesen pillado ami en vez de él no estaría en esta situación. 

- Nena mírame y respira...Ey, shht mírame estoy aquí, respira conmigo sí? -Me pide Eiden mientras que con la mano me levanta la barbilla.

- Est-ta m-uuer-to... P-oor mi cul-pa. -Dije y me acurruqué en su pecho mientras lloraba sin parar.

- No cielo, él no ha muerto por tu culpa, tu no le colgaste en un árbol, ni tampoco  le pusiste una puta pistola en la cabeza, me oyes? -Dice él mientras me abraza más fuerte.

Me siento impotente en estos momentos, me siento miserable, creo que en otra vida debí de ser una gran hija de puta por todo lo que me está pasando, no puedo más. 

- Hay rubia, como te sientes? - Aparece Chris por la puerta agitado, parece que haya corrido la maratón entera.

- No sé como debo sentirme. -Otra vez rompo a llorar como niña pequeña mientras sigo acurrucada en el pecho de Eiden, el me hace caricias en la espalda. Siento mi móvil vibrar en el suelo y Eiden se encarga de atender al móvil.

- Hola? Si ahora te la paso. -Le miro a la cara y veo que vocaliza un "es tu madre" en voz baja. 

- Mami? -Intento hablar normal.

- Cariño, quiero verte, me siento sola, no quiero estar aquí, no aguanto con tanto dolor, déjame venir a verte por favor mi niña. -Dice y la oigo romper a llorar.

- Mami, mi casa es tu casa, va todo bien?

- Hablamos cuando nos veamos, mi vuelo sale en 16 horas, te quiero bebé. -Dice y cuelga. 

Me quedo mirando el móvil confusa y Eiden me pide con la mirada si va todo bien, yo solo asiento con la cabeza y cuando voy a levantarme de encima suya, ya que estamos en el suelo, él me agarra y me coge en brazos, agradezco su gesto y me dejo llevar por él.

En cuanto me deja en lo que parece ser su habitación, caigo en los brazos de morfeo. Siento como deja  un beso en mi frente mientras me dice un "buenas noches nena".

Al día siguiente cuando despierto, miro a mi alrededor y me fijo mejor en la habitación, es grande y las paredes están pintadas gris y negro. Alado de la puerta hay un armario bien grande, y en frente de la cama se puede apreciar una televisión, hay una mesita de noche en cada lado de la cama. Es algo simple pero es una habitación bien acogedora. Toda la tranquilidad se esfuma cuando recuerdo a mi Stephen. Y luego recuerdo a mi ma...

- ¡Ahhhhh! - Pego un grito temerosa, por lo que me viene en mente. De repente aparece Eiden por la puerta asustado, cuando entra mira por todos lados asegurándose que no hay nadie y luego me divisa ami en la cama y su cara se tranquiliza.

- A que ha venido ese grito nena? -Dice confundido.

- Eiden, mi madre por la noche me dijo que su vuelo salía en 16 horas, por lo tanto ya debe de haber llegado creo, y ella sabe donde queda mi casa... Recuerdas que hasta hace nada vino la "mafia negra" según tú dices a mi casa? Deben de estar aún ahí...Llévame a casa por favor. 

- Se me olvidó por completo a mi también joder... vamos, ya desayunarás cuando regresemos. -Dice mientras de un tirón me pone en su espalda y salimos corriendo hacia la puerta de la entrada. Pero de repente me acuerdo que estoy solo con una camiseta de Eiden que no deja nada a la imaginación y que estoy con unos pelos de loca.

- ¡PARA! ¡QUE SE ME VE EL CULO DEGENERADO! -Digp pegándole puñetazos en la espalda.

- Tranquila fiera eso se puede arreglar. - Dijo el orgulloso.

Adivinen que hizo eh? Pues si! El muy cabrón puso su mano en mi culo! Si a eso le llama taparme...

- Ahora? Mejor? -Dice mientras suelta una carcajada.

- Imbécil, también me dejado el móvil, como coño sabremos donde esta, eh listo?

- La llamamos desde el mio. -Dice y ahí dejamos la discusión.

En cuanto llagamos al aeropuerto Eiden saca de su bolsillo el móvil y me lo tiende. Yo lo cojo frustrada y marco el número de mi madre. 1..2..3 pitidos y nada vuelvo a intentarlo y al tercer tono me lo coje.

- Sí? -Dice ella al otro lado del teléfono.

- Mami? Soy Megan, te llamo desde el móvil de Eiden, donde estás?

- Mi vuelo acaba de aterrizar por lo que estoy esperando, no te veo cariño, en que parte estas?

- Pues... mm en... en donde estoy? Pues ahí, solo que como soy bajita no te veo, ahora me asomo tranquila. - Miento descaradamente, mientras veo como Eiden se aguanta la risa. 

Salgo corriendo y tengo a Eiden pisándome los talones, cuando estoy por entrar ahí el imbécil suelta la gilipollez del día.

- ¡Desde aquí puedo admirar mejor las vistas nena! -Dice Eiden, riendo a carcajadas, mientras que mi cara debe de ser un volcán entrando en erupción de lo roja que estoy. Si señores, se me había olvidado que voy solo con una camiseta y chanclas de casa. 

Muerta de vergüenza giro sobre mis talones y me escondo detrás de él mientras lo empujo dentro. Cuando entramos puedo ver a mi madre sentada y con la cabeza agachada mientras juega con sus manos nerviosa. Le susurro a Eiden que grite su nombre y así lo hace. Ella gira rápidamente su cara y al ver solo a Eiden frunce el ceño mientras se acerca a él, yo sigo escondida detrás de él. 

- Eiden? No estaba aquí Megan también? -Pregunta mi madre.

- Hola mami, podemos irnos ya al coche y ahí hablamos? Es que me están viendo centenares de personas y me estoy muriendo de la vergüenza. -Digo mientras salgo de mi escondite, veo a Eiden reír sin disimulación y yo le pego una patada y arranco a correr hasta llegar al coche y me siento en el asiento trasero mientras espero.

Cuando llegan mi madre esta con la cabeza agachada otra vez y veo que tiene el labio partido y unas gafas horrendas que le tapan los ojos. Cuando se sube en el asiento del copiloto se las quita y lo que veo me deja pasmada.









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