Capítulo Veintitrés

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Despierto con un dolor brutal en la espalda, y es cuando me doy cuenta de que el imbécil de Eiden me ha dejado seguir dormir en el suelo. Gimo de dolor al estirarme y restriego mis ojos, miro arriba y compruebo que el duerme plácidamente y se me ocurre una idea muy romántica de despertarlo. Bajo las escaleras de casa corriendo y abro el frigorífico,  cojo agua congelada y la pongo en un cubo grande, sonrío maliciosamente mientras procuro no caerme por las escaleras y mojarme yo y no él. Abro la habitación silenciosamente y me doy cuenta que Eid ya no está en la cama... juraría haberlo visto..o no? Dios mio, me estoy imaginando cosas, cierro la puerta detrás mía y me acerco a la cama, dejo el cubo de agua en el suelo y intento mirar debajo de la cama pero escucho la voz de Eid detrás mía y pego un grito del susto.

- Lo sabía pequeña granujilla. Eres tan predecible. - Ríe Eid y me tira todo el agua encima. 

El agua esta congeladísima, dios mio estoy temblando, lo voy a matar, como se le ocurre tal locura? Bueno, se me ocurrió primero a mi, es que no tengo remedio.

- ¡¡Yo te mato!! - Me levanto corriendo para tirarme encima suya pero es más rápido y sale por la puerta disparado.

- ¡Cuando me pilles! - Chilla él mientras no deja de correr, escucho las risas de Chris y Steph y los fulmino con la mirada, me canso rápido de correr y me tiro en el suelo. 

- Que sexy estás mojada, nena. - Dice seductor Chris.

- Tienes que hacer el puto desayuno, gilipollas. - Suelto enfadada. Ahora no le pienso hablar a Eiden hasta que me pida de mil maneras distintas perdón. Sonrío al imaginármelo frustrado sin saber que hacer como siempre. 

- Vaya humor...- Murmura Chris.

- Pues el que tiene siempre bro. - Ríe Steph

- ¡¡A LA COCINA YA!! - Chillo intentando ocultar una sonrisa.

- Oído chef! - Gritan Steph y Chris a la vez, haciendo que soltemos una carcajada Eid y yo. 

Los dos memos están en la cocina, pero no creo que cocinando... son patéticos. Y yo sigo aquí mojada mientras ignoro a Eid que sonríe burlón.

- Eres un idiota, si te iba a tirar agua es porque te lo merecías. - Digo cruzándome de brazos como niña pequeña.

- Ah sí? Y eso por que? - Pregunta con voz ronca. Que sexy es este tío. 

- Por dejarme dormir en el suelo, animal. 

- Nadie te ha obligado a dormir en el suelo, inhumana. 

- Idiota.

- Inmadura.

- Egocéntrico.

- Niñata.

- Cómeme el coño un rato, imbécil... -Murmuro resignada al ver que no le ganaré.

- Encantado, nena. -Me guiña el ojo seductor y se acerca a mi.

- Déjame en paz, no te pienso hablar nunca. - Le digo haciéndome la enfadada, él esta a mi lado y pone su cara en mi cuello, y empieza a repartir besos, lo alejo de mi pero me sujeta de las muñecas y me acorrala a la pared. Pone su nariz en el hueco de mi cuello y yo evito soltar un gemido.

- Y ahora? Sigues enfadada? - Mete su mano en mi camiseta y empieza a acariciar mi piel, me acerco a él por impulso para tenerlo más cerca. Soy muy débil delante de él, lo sé. 

- Sí...- Mi voz suela débil. Estampa su boca con la mía y me dejo llevar por la lujuria de sus labios, abro la boca soltando un gemido y el aprovecha para meter su lengua, enrollo mis piernas alrededor de su cintura y lo acerco más hacia a mi. Siento su erección en mi vientre y le muerdo el labio inferior haciendo que él gruña y me apriete el trasero para acercarse más a mi.

Escuchamos un carraspeo y lo empujo lejos de mi. Miro sorprendida detrás de Eid y veo a Chris lleno de harina y huevo y Steph con una saeten en la mano y dos huevos estampados en su cabeza, la imagen me hace gracia y rompo a carcajadas. Eid al ver lo mismo que yo ríe conmigo. 

- Que bien se lo pasan estos dos, mientras nosotros aquí cocinando. - Gruñe Steph y Chris asiente con la cabeza dándole la razón

- Cocinando? Lo vuestro queda en el intento chicos. No servís ni para fregar platos. - Suelto burlona.

- Pero que es todo este jaleo? - Aparece mi madre con su pijama y el móvil en la mano, a lo que frunzo el ceño, seguramente estaba hablando por teléfono con alguien, ya que solo lo utiliza para eso.

- Nada. - Decimos todos a la vez y ocultamos una sonrisa, me acerco a mi madre y le doy un beso de buenos días.

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