Capítulo Ocho

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 - Megan? -Dijo confuso mientras me miraba de arriba y abajo.

- Hola, yo me voy que está muy oscuro. -Dije intentando irme rápido pero el me agarró de la muñeca, estoy muy nerviosa llevo 2 semanas sin verlo y tener que encontrarme con él no es que me haya ilusionado.

- Te acompaño, el coche está ahí aparcado.

- Vale gracias.

- Tete, la conoces? -Dijo la niña mientras le daba un abrazo a su hermano.

- Sí pequeña, tienes hambre?

- No tete, he comido un helado que me ha dado ella y estoy llenita- Dice la pequeña mientras se toca la barriga.

En el camino Eiden no dejaba de verme por el espejo retrovisor,me ponía muy incomoda tener su mirada encima mía cada dos por tres, pero la niña hacia que estuviera muy agusto.

- Oye, gracias por cuidarla Rubia,creo que ya me has devuelto el favor...

-De nada, cuando quieras tráemela a casa que la cuido. -Le dije guiñándole el ojo.

- Podré traer mis muñecas y jugamos con ellas Meg? -Dice la peque mientras hace su carita angelical.

- Claro que sí, y te traes el perro que me dijiste. -Eiden nos mira confundido pero luego sonríe. Le doy un abrazo y un besito a la pequeña, y a Eiden solo un beso en la mejilla.

- Buenas noches.

Al dia siguiente me despierto y me pongo a hacer el desyuno. Una vez listo me lo zampo todo rápido, después me pongo a recoger mi casa, cuando acabo decido que voy a salir a dar una vuelta, y justo cuando voy a cambiarme de ropa para salir me llaman por teléfono. Veo que es un número que no conozco pero aún así lo cojo.

- Hola? –Digo un poco confundida

- Hablo con la Señorita Megan?

- Sí, quién es usted?

- Soy William, recuerda? Le llamo para avisarle que está contratada, empieza hoy mismo a las 7 en el mismo lugar, sé puntual por favor.

- Oh, gracias, no sabe usted lo que me alegra esta llamada.

- De nada, hasta pronto. –Dice y cuelga.

Como aún faltan dos horas para ir ahí decido salir a pasear un rato mientras hablo con James, él me cuenta que está distanciado con todos porque está agobiado y se siente solo, me da pena verlo así pero no sé que hacer, por lo que solo le digo que cuando esté así me venga a ver que le echo de menos. La hora se me pasa volando y veo que son las 6:30, voy corriendo hasta mi casa cagando leches, voy a llegar tarde y suerte que me ha avisado. Cuando abro la puerta de mi casa voy corriendo a mi habitación y voy mirando conjuntos que poner, me decido por unos leggins rosas pero tienen dibujitos grises, un jersey gris por encima y una bufanda del mismo color que los leggins y las botas a juego, me dejo el pelo suelto, me miro en el espejo por última vez y salgo hacia el gimnasio, son 15 minutos de camino y son las 6:50h no llego ni en broma, pero arranco a correr como si no hay un mañana.

Mientras estoy abriendo la puerta del gimnasio, voy arreglándome el pelo que se me ha subido arriba de tanto correr, y me subo un poco los leggins ya que se me han ido bajando por el camino.

- Suerte que le dije señorita Megan que llegara pronto. –Dice William mientras me mira con burla.

- Lo siento, mi perro se me ha escapado de casa y tuve que ir a buscarlo. – Digo intentando sonar seria, pero ya estoy otra vez mintiendo descaradamente mi primer día de trabajo.

- Anda entra, la Furia le espera.

Voy hasta el despacho y antes de que pueda tocar sale Eiden por ella y se me queda mirando confundido y luego intercambia unas palabras que solo él y William entienden, yo mientras estoy intentando recomponerme de la maratón que acabo de hacer.

- Vaya Rubia, con que tú eres mi nueva masajista. –Dice con una sonrisa en la cara.

- La Furia? No había un nombre mejor? –Digo riéndome.

- Eiden, peleas en 20 minutos haz el favor de ir a darte una ducha. –Dice William mientras suspira y se va.

- Te veo en un rato nena. -Dice guiñándome el ojo.

Eiden ya se ha duchado y ahora todos estamos sentados mientras escuchamos el presentador hablando.

- ¡LADIES AND GENTLEMEN! ¡DAMAS Y CABALLEROS! ¿ESTÁN PREPARADOS PARA LA PELEA?

- SÍ! –Se escuchan a todos gritar de golpe. 

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