Last chance. (Última oportunidad)

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Last chance.

Última oportunidad.

Lily se mordió el labio, y hasta que sintió el sabor de la sangre recorrer toda su boca, no fue consciente de la fuerza que había empleado en el acto. Pero su dientes no fueron capaces de soltar el labio, por el contrario, emplearon mucha más fuerza esta vez, y entonces ella cerró sus ojos.

Odiaba decepcionarle, fallarle. Odiaba que la mirara con esos ojitos avellana tan lindos llenos de tristeza. Ella no soportaba esa mirada, le dolía. Cada vez que era consciente de esa mirada hacia ella, sentía como si de repente una pequeña estaca se enterrar en sus costillas y le raspara el corazón, hiriéndolo.

No lo soportaba. No.

Odiaba estar lejos de él, el no abrazarlo, el no sentir sus suaves dedos entrelazados con los suyos, o la ausencia de sus besos en su frente antes de irse a dormir, el tener que esconderse o alejarse cada vez que lo viera cerca, odiaba evitarlo, el rechazarlo cada vez que se le acercara, cada vez que le preguntaba qué hizo mal, o qué hizo para que se alejara de él. Y odiaba con toda su alma que ya no fuese su James…

Pero sobre todas las cosas, Lily Evans, se odiaba a sí misma.

¡¿Cómo pudo no darse cuenta antes de lo que sentía por James?! ¡¿Cómo diablos lo había juzgado tan mal todos estos años?! ¡¿Cómo demonios había podido creer que todo lo que le decía era mentira?!

Era una estúpida, una cobarde.   Ella siempre estuvo enamorada de James Potter, mas nunca pudo tener el suficiente coraje para entregarle su corazón. Por el contrario, ella se mintió a sí misma, a él y a todos, diciendo que lo odiaba, que preferiría salir con el Calamar Gigante antes que con él, que era un niño estúpido, arrogante, y malcriado. Sin embargo, su mayor error fue creer que ella sólo era un capricho, una más en la larga lista de James.

Ella, a lo largo de todos estos años, había vivido en una burbuja, una creada con puras mentiras acerca de él, creyendo que así, mintiendo, lograría no enamorarse de él, y por consiguiente, protegerse. Y esa burbuja era su mejor y única arma para combatir sus encantos.

Esa burbuja era tan fuerte como una fortaleza…, hasta que se permitió conocerlo.

Y entonces, todos esos muros que ella había puesto entre ella y sus sentimientos, se vinieron abajo, se derrumbaron, así como su nunca hubiesen existido. Y todas esas mentiras que había inventado, finalmente, ella pudo reconocerlas como lo que realmente eran, mentiras.

No pasó mucho tiempo para que él fuera una de las personas más importantes en su vida, para que se encariñara terriblemente con él. Y poco tiempo después, se convirtieron en mejores amigos, en dos personas que no podían pasar mucho tiempo el uno sin el otro, que no podían ocultarse nada, y que compartían todo tipo de cosas.

Una de esas tardes en las que ellos se sentaban al borde del lago, y metían sus pies en él, James decidió que Lily tenía que saberlo.

Él le había dicho, más bien, le había pedido una oportunidad como algo más que su mejor amigo, también le confesó lo mucho que la quería, y sin embargo, ella, demostrando lo cobarde que era, empezó a tartamudear, tratando de explicarle que no podía darle esa oportunidad, aunque ella había empezado a sospechar que sus sentimientos hacia James no eran sólo de una simple amistad.

James, al ver su fallido intento de rechazarlo, le dijo que lo olvidara, que olvidara lo que le había dicho en ese momento, le aseguró que no se volvería a repetir, que era la última vez que le pedía una oportunidad.

No obstante, James, quien prefería tenerla como amiga que no tenerla, le dijo que eso no cambiaría nada, y que ellos seguirían siendo mejores amigos, porque si algo no se podía perdonar, era haber arruinado su amistad. Y ella le sonrió, porque odiaba la idea de estar lejos de él.

Last chance. (Última oportunidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora