Capítulo uno

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Me levanté, vestí, arregle, desayune y me fui al instituto; a penas me ven entrar comienzan a murmurar, sigo caminando lentamente sin mirar atrás, ni a los lados, no me interesa saber que clase de cosas inventaron esta semana de mi. Guardé mis cuadernos en el casillero y me fui a clases.

(...)

- ¿Tienes dinero? - Decía mientras me acorralaba en el casillero, yo estaba guardando algunas cosas, ya casi nos íbamos a casa, por fin.

-No. -Le dije asustada.

-Dame tu dinero -Me empuja con fuerza hacia atrás, haciendo que golpee mi cabeza.

-No me empujes James.

- ¿no quieres que te empuje?- Me empujo con más fuerza - dime, ¿quieres que no te empuje?

-Déjame. - Suplico con lágrimas en los ojos.

-Que chillona. - Me dice. - Revísenla. - Dice dirigiéndose a sus perros falderos, asintieron y me revisaron.

-Nada. -Dice Cameron después de terminar de "revisarme", ya que no me reviso, más me toqueteó.

-Pobre. - Dice soltando un suspiro largo.

"El pobre eres tú James, tú le robas el dinero a los demás", dice mi conciencia con tono un poco enojado.

-El pobre eres tú James, tú le robas el dinero a los demás. -Asustada me cubro la boca lo más rápido posible.

- ¿Qué fue lo... qué dijiste? - me miró con furia en sus ojos. Ladeaba su cabeza tratando de asimilar lo dicho. - dijiste que ¿yo soy el...pobre?

Se me iba a acercar, pero como pude, le patee en la entrepierna y corrí apenas vi que estaba en el suelo quejándose.

-Ven acá perra, me las pagarás. - Me grita. - ¿Qué esperan? vayan por ella.

Me empiezan a seguir, pero yo ya estaba muy alejada de ellos, cuando no tenía donde ir tocaron la campana para ir a casa.

-Perfecto. - Dije sonriendo ladeado, ya que tenía mi mochila, así que corrí hasta mi casa, cuando vi que no me seguían más me detuve para sacar mis llaves, hasta que...

-Por fin paras de correr pequeña. - Dicen en mi oído, haciendo que me sobresalte al escuchar su voz. -ya era hora. - Me giro y lo miro a los ojos.

- ¿Cómo me encontraste? no te vi seguirme. - Digo alejándome lentamente.

-Es que sabía que te ibas a venir a refugiar en tu casa, así que vine en auto. - Se acerca a mí.

- ¿Manejaste? - niega con la cabeza.

-Me vine en taxi, ¿por qué? ¿te preocupas por mí? -Sonríe de lado.

- ¿Que? no, que dices. - Lo empujo leve y trato de abrir la puerta de mi casa.

-Entonces ¿Por qué preguntas? - Me da la vuelta evitando que complete mi acción.

-Porque estás drogado, alguien de nuestra edad no puede hacer eso. -Niega con la cabeza.

-No, yo no estoy drogado, y no hables como si fueras mi mamá, no lo eres - Se alejo un poco y rió.

Narra James.

Yarely es una maldita perra, me vengare de ella, me encargare que su estadía en estos años que le quedan, sean las peores de su vida.

Tome mis cosas y subí a mi auto, fui a mi casa, estaba algo cerca de la de Yarely, así que no me preocupo por que ella no me logre ver antes de entrar a su casa. Miro a mis padres discutir, otra vez, intento ignorarlos y salir pronto de ahí, pero mi madre me llama y espera a que me acerque.

- ¿Qué quieres? – digo con seriedad, lo que menos quería era estar en medio de sus problemas.

- Saber tu opinión, es bastante importante en una decisión así, ¿Qué opinas sobre que nos divorciemos? – pregunta intentando acariciar mi cabello, pero me alejo.

- Que sería lo mejor, me harían un favor – digo con seriedad, enojo, impotencia – yo no quiero ni vivir con ustedes, espero a cumplir los 18 para irme de esta casa, no los sopor... - me detengo al recibir un fuerte golpe, el cual me deja casi noqueado.

- no puedes ser así de irrespetuoso con tus padres, te lo hemos dado todo, somos ricos, tendrás siempre lo que quieras, malagradecido – dice mi papá, quejándose por el dolor de su mano, me levanto como puedo y salgo de la casa, caminando un poco atontado. Sin darme cuenta, ya había llegado a casa de Yarely, donde la veo intentando entrar, me acerco y le susurro en el oído.

-Por fin paras de correr pequeña. - una sonrisa aparece en mi rostro, al verla. -ya era hora. – me mira, con esos her...

- ¿Cómo me encontraste? no te vi seguirme. – Se aleja, a lo que me dan ganas de tomarla de la cintura.

-Es que sabía que te ibas a venir a refugiar en tu casa, así que vine en auto. - Me acerco más a ella.

- ¿Manejaste? - niego.

-Me vine en taxi, ¿por qué? ¿te preocupas por mí? -Sonrío

- ¿Que? no, que dices. – me empuja y veo como intenta entrar a su casa

-Entonces ¿Por qué preguntas? – la volteo, mirando fijamente sus ojos.

-Porque estás drogado, alguien de nuestra edad no puede hacer eso. -Niego.

-No, yo no estoy drogado, y no hables como si fueras mi mamá, no lo eres - Me alejo un poco, ni mi mamá se preocuparía por eso.

Narra Yarely.

- ¿Por qué haces lo que haces? - Le pregunto al notar que se olvidó por completo de él porque estaba aquí.

- ¿A qué te refieres? -Dice frunciendo el ceño

-A que le haces bullying a las personas. - Pasó mis manos por mis brazos, una brisa de viento chocó contra mi cuerpo haciendo que me pusiera a temblar leve.

- Porque yo también sufrí y mucho. -Pausó. -En mi interior, creo... o quiero creer que yo les tengo que hacer eso a los demás.

-Mejor te llevo a tu casa James, estas muy mal. - Guardé mis llaves en mi bolsillo.

-Yo no estoy drogado. -Dice pasando un brazo por mi hombro.

Lo llevé a la calle, quedándonos parados en la acera para luego Pedir un taxi y lo llevé a su casa.

Al día siguiente, en la escuela:

- ¿Tienes dinero? - Me dice calmado y con una sonrisa.

- Si. - Trago fuertemente, haciendo que se me haga un nudo en la garganta. El miedo no se iba.

- Dámelo. - Saco todo el dinero y se lo di.

-Es todo lo que tengo. - Asintió, lo contó y luego me miró, me iba a decir algo, pero lo interrumpieron.

-Oye, ayer ¿Quién te llevo a casa? - dijo dándole una palmada en la espalda. - Tu mamá dijo que le parecía conocida.

-No sé, estaba atontado no recuerdo nada. - Dice encogiéndose de hombros restándole importancia.

-Es que también dijo que era bonita y quería conocerla, tú ya sabes para que... - Le golpea el estómago con un codazo alzando sus cejas de manera pícara.

-Lo sé. -Suelta una risa haciendo una pausa. -Pero pregúntale a mamá, muéstrale fotos de todas las chicas de la escuela, quizás la reconozca.

-Ok, lo haré, gracias James. - Se fue y cuando James me iba a mirar me escondí rápidamente y fui a clase.

N/A: ¡Disfruten la lectura!

el diario de una chica bullying. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora