Epílogo.

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- ¿Estas bien? ¿Te duele algo? - interrogó a Yarely, quien estaba acostada en una camilla.

- No te preocupes James, estoy bien. Solo me atropellaro...- guardó silencio al darse cuenta de que la habían atropellado y podía haber perdido a su bebé. - ¿y el bebé? ¿Está bien? - comenzó a alterarse.

- Calma, le pregunté a un doctor y me dijo que él iba a estar bien.

Se calmó y toco su barriga. James la miraba como si fuera la primera vez que se enamora.

- Ya vuelvo - dijo sonriendo. Salió de la habitación.

(...)

James fue a ver al doctor, tenía que preguntarle si el bebé está bien. Sobre lo anterior, mintió, le dijo eso para que se tranquilice.

- Doctor - tocó la puerta de la oficina del nombrado, este al escuchar el "toc toc" lo miró al instante.

- Pase - se acomodó en su silla y posó sus codos en el escritorio - ¿Que necesita?

- Tengo una pregunta - dijo nervioso - el bebé que viene, ¿estará bien?

(...)


Salió de la oficina y suspiro tratando de alejar todo lo que escucho hace un rato, entró en la habitación en la que se encuentra Yarely.

- Te quiero - solo eso salió de su boca, no pudo decir más. Tenía un nudo en la garganta, que en cualquier momento lo hará llorar.

- Te quiero más - lo miró preocupada - ¿Que pasa James?

- Nada, no te preocupes - esforzó una sonrisa. La cual no le salió muy bien.

- Ven, siéntate a mi lado - se hizo hacia un lado, James hizo lo que pidió y la miró fijamente a los ojos - Sé que algo te ocurre, cuéntame.

- ¿Estás segura? - Yarely asintió - Ok, cuando salí de la habitación fui donde el doctor, él dijo que... El bebé no vivió, trato de hacer lo que más pudo, pero no resultó. Él bebé está muerto.

Yarely lo miro y al instante sus ojos ya estaban llenos de lágrimas, estaban empapados. James, al verla así, también comenzó a llorar. La abrazó tratando de calmarla, pero ¿Cómo podía calmarla, si ni él podía calmarse?

Narra Yarely.

"Él está muerto" esa palabra retumba en mi cabeza, no lo podía creer, mi hijo murió a causa de un borracho, nunca me lo perdonaré.

James solo pudo llorar conmigo y abrazarme. No le puedo culpar por algo de lo que no hizo, pero en ese momento lo único que quería era estar muerta, o por lo menos golpear a algo. James me leyó la mente.

- Si quieres golpéame, sé que lo necesitas. Saca el dolor que tienes dentro - no dije nada, solo comencé a golpear su pecho. Él no se movía, ni hacía algo, solo trataba de quedarse quieto.

Después de llorar mucho tiempo, me cansé de golpearlo y me dormí. Me dormí pensando en cómo sería tener al bebé entre mis brazos, como sería poder llenarlo de beso, o abrazarlo.

Que tan lindo sería escucharlo decir sus primeras palabras, o ver sus primeros pasos. Desde pequeña siempre soñé con eso, poder ver a mi hijo o hija en su uniforme el primer día de escuela.

Narra James.

Yarely se quedó dormida con lágrimas en los ojos. Yo me quedé un poco más, pensando en que podemos hacer. Yarely no podrá con esto, llorará todos los días pensando en que por su culpa murió su hijo, nuestro hijo.

Ella es débil, comenzará, de nuevo, a cortarse las muñecas. No quiero que ella sufra más, pero no sé qué hacer en esta situación.

Nunca me ha tocado vivir algo parecido, cuando mis padres murieron yo siempre estuve solo, ella me tuvo a mí. Nunca he perdido a alguien importante, pero llegó el día, ese bebé en tan poco tiempo consiguió ganarse mi corazón, pero ahora se lo lleva consigo, no creo que me lo regrese.

- Espero que Yarely no haga nada tonto - dije soltando un suspiro, cerré los ojos y caí dormido.

(...)

Al día siguiente me desperté en el sofá que está enfrente de la camilla, me levante y mire hacia donde estaba ésta. Yarely no estaba, comencé a preocuparme, luego vi que venía entrando. Me tire a abrazarla.

- ¿Que paso? - no le respondí, solo la abracé. Luego de un rato abrazando a Yarely la solté y le respondí.

- Pensé que habías ido a... - pase un dedo, simulando ser una cuchilla o algo cortante, por mi muñeca.

- Prometí no volver a hacerlo, nunca más lo haré. Aprendí que los problemas no se resuelven así - me abrazó y se sentó en la camilla.

Comenzamos a hablar por mucho tiempo. Luego llegó la noche y no dormimos por hablar de cosas, reírnos. Pero hubo una pregunta que no me gusto.

- ¿Por qué comenzaste a hacer bullying? - ya sabía la respuesta, pero aun así pregunto.

- Ya lo sabes, y no quiero hablar de eso ahora - me puse serio.

- Se me olvidó, por favor dime - asentí y comencé a contarle, me trajo muy malos recuerdos. Acabe de contarlo con muchas lágrimas derramadas, pero ella encontró la forma de hacer que sonría.

- Te quiero Yarely - la abrace y la verdad creo que ya se le olvidó lo ocurrido hace un rato. Tampoco le acordaré, no quiero que sufra más de lo que ya sufrió.

Nos quedamos un rato en la posición anterior y nos dormimos abrazados en la camilla. Espero que no se acuerde de lo malo, si no de lo buena que es la vida.

Gracias a esto, aprendí que de la vida se aprende. No todo se resuelve a golpes, o realizando cortes en tus muñecas. Esa no es la solución, nunca lo será.

FIN.

Hola, bueno aquí está el epílogo.

Espero que les haya gustado la historia en general.

...no se me ocurre nada...pero no importa, los quiero y pos... nada.

Preguntas finales:

1. ¿Quieren segunda temporada? Solo es una pregunta, no sé si haré algo.

2. ¿Qué les pareció el final?

3. ¿Me quieren?

Bye.

el diario de una chica bullying. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora