el diario de una chica bullying. ©

Capitulo 14: Cabaña.

Narra la escritora.

Desde lo ocurrido con la mamá de Yarely, ella no ha salido de casa, no ha comido, ignora las llamadas de su padre, las de James; ha faltado a clases.

Todos sus conocidos y familiares han tratado de sacarla de la casa, pero nunca lo han logrado.

Yarely en todo ese tiempo que estuvo encerrada en su cuarto; comenzó a guardar algo de ropa, algo de sus cosas personales, salió de su cuarto, salió de la casa, tomo un taxi y se fue lejos de ahí.

Con James.

Él como siempre la va a ver, quiere saber cómo está, si aún sigue viva. Le marca a su celular, siente que suena, pero no contestan, ve que la puerta está abierta, por instinto entra.

— ¿Hay alguien aquí? —al no escuchar respuesta sube las escaleras y se dirige a la habitación de la chica —Yarely, ¿estás aquí?

Abrió la puerta y vio que estaba completamente vacía.

— Yarely, ¿Dónde fuiste? —susurró para sí mismo y se sentó en la cama, puso su cabeza en sus manos negando.

Con Yarely.

Caminaba y caminaba, hasta que llegó a una cabaña.

—Por fin llegue—dijo suspirando.

Narra Yarely.

Llegue a la cabaña de mamá, ella la había comprado para mí, por si algo ocurría y no podía estar conmigo.

Caminé hasta llegar a la puerta, suspiré, la abrí y entré.

—Wow, esta igual que cuando era pequeña— llevé mi mano a mi boca.

Recuerdo.

— Mira hija, cuando crezcas todo esto va a ser tuyo— apuntó todo el lugar.

— ¿Todo? — pregunté sorprendida.

— Si hija, todo esto—dijo triste.

—Mira James, todo esto va a ser mío cuando crezca — fui corriendo donde él.

— ¿Todo? —se sorprendió.

—Si, mamá dijo que todo esto va a ser mío.

Fin recuerdo.

— Eso fue cuando éramos pequeños—dije llorando.

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