Veintidós

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Reunión con la manada

[NARRADOR]

Aquél beso que había comenzado como uno casto y dulce por parte del lobo, se convirtió en uno brusco y necesitado por parte de Stiles.

Ambos se habían agarrado con fuerza el uno al otro e intentaban acariciar la mayor cantidad de piel expuesta que el otro le permitía. Acabaron los dos en el sofá, Stiles encima de Derek intentando arrancarle la camisa con desesperación.

Pero el pelinegro, fuera de todo pronóstico, le detuvo y el menor no comprendió por qué; puede que no tuviera mucha experiencia enrollándose con tíos, pero estaba casi seguro de que no había hecho nada mal hasta el momento, porque ciertamente a eso había llegado: a NADA.

- ¿Qué ocurre? -Preguntó el ojimiel recuperando el aliento luego del beso.

- ¿Estás seguro de esto? -La pregunta desconcertó a Stiles.- Si realmente te gusto o solo...

- Mira, Derek -Comenzó a explicarse Stiles.- Si me gustas, muchísimo. Pero ya he aprendido a no hacerme ilusiones respecto a eso, así que si no sientes lo mismo...

- Stiles -Le interrumpió el lobo de ojos verdes.- Cállate.

Y volvieron a besarse, esta vez más suave, tranquilo; como si al hacerlo el mundo se detuviera por completo y eso les diera todo el tiempo para hacer lo que quisieran.

(...)

Eso fue lo que hicieron, se quedaron toda esa noche besándose, acariciándose, demostrándose todo lo que se provocaban el uno al otro mientras intentaban hacer de esa noche algo eterno.

Al día siguiente, ambos tuvieron que levantarse temprano. Stiles para ir a buscar a Dylan, y Derek porque debía irse a entrenar con la manada. El ojimiel agradecía que desde que había tenido la enfermedad no tenía que ir a Lacrosse ni a los entrenamientos de la manada, él había estado recibiendo un entrenamiento separado con Chris y Allison Argent, ya que era mucho más rentable que dos humanos le enseñaran a hacer cosas de humanos en lugar de tener que esquivar garras las cuales con una pequeña equivocación podrían quitarle la vida o una extremidad.

- "Al menos ahora tengo tiempo libre" -Pensó mientras abría la puerta de su antiguo hogar.

Su padre le recibió sonriente desde el sofá, Dylan estaba sentado en el suelo jugando con unos juguetes viejos que habían sido del humano y los cuales el Sheriff había insistido en guardar.

- Hola papá -Le saludó sonriente.- ¿Estás viendo el juego?

- Si, los Nets han logrado empatar el marcador.

- Hm... Osea que habrás estado insultando -Stiles puso una expresión seria.- Creo que no es necesario que te advierta que si la primera palabra de Dylan es una palabrota te mandaré a un asilo ¿Verdad?

Jhon soltó una exagerada carcajada, nunca se tomaba en serio las amenazas de su hijo. Aunque esta vez Stiles hablaba muy en serio, como Dylan comenzara a insultar iba a mandar a su padre a un lugar donde una enfermera gorda le diera los baños de esponja. Además, ese bodoque era SU hijo, él debía ser quien le enseñara a insultar; esa era su labor como padre medio responsable.

Aprovechando que su padre no trabajaba ese día, se fueron los tres a un café que estaba en el centro.

Apenas entraron y las camareras quedaron encantadas con el pequeño Dylan, ya que la noticia del nieto del Sheriff Stilinski se había propagado por el pueblo como un incendio forestal, por lo cual ya todos sabían acerca del pequeño Dylan.

Ultima Oportunidad #SterekAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora