Sesenta

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[NARRADOR]

A Derek le parecía un milagro el haber conseguido pasar todo el vuelo y el previo viaje en el auto de Peter hasta Beacon Hills sin follarse a Stiles. Era un gran logro para él, deberían darle un premio por haber conseguido aquello. Pero tampoco es como si fuera a ir por ahí diciendo me resistí a follarme a mi pareja en un avión a pesar de sus provocaciones, puesto que si lo decía así seguramente le mirarían raro.

Aún así, le bastaba con saber que tenía más fuerza de voluntad de la que había creído poseer.

Iban los tres, Stiles, Dylan y él, en el asiento trasero del auto con el que Peter había ido a buscarles. Dylan iba acostado en el asiento, usando la pierna de su padre como almohada, mientras que él tenía la cabeza apoyada en el hombro derecho de Stiles. No había podido dormir en el resto del viaje en avión a causa de los insistentes intentos del ojimiel para llevárselo al baño a terminar el viaje con broche de oro, por lo que estaba intentando descansar antes de llegar al pueblo.

Mientras tanto, Stiles iba hablando bajo con Peter. No queriendo perturbar el descanso de los dos lobos que le estaban usando de almohada.

— Todos están emocionados por tu llegada –Le había dicho Peter, hablando bajo mientras le miraba por el espejo retrovisor.— No les digas que te dije, pero te están preparando una cena sorpresa.

— Déjame adivinar –Pidió el humano sonriendo.— Fue idea de Lydia y acabas de arruinar la sorpresa.

— Por favor, hazte el sorprendido cuando lleguemos –Suplicó riendo el Hale.— Soy muy guapo para morir a manos de una Banshee, y voy a ser padre, aún tengo mucho por lo que vivir.

— Lo haré por Liam y el cachorro –Asintió.— Si fuera por mí, te dejaría morir.

— Claro, apuñalame por la espalda –La voz de Peter tenía una dolencia fingida. — Después de todo lo que he hecho por tí, mocoso desagradecido.

— Le explicaste a mi hijo como se hacen los bebés –Le reclamó frunciendo el ceño.— Lo menos que puedo hacer es apuñalarte por la espalda.

Peter rió, negando con la cabeza y regresando su completa atención a la carretera.

Stiles no pudo retener el bostezo que acabó por escaparse de sus labios y se acomodó como pudo con la poca movilidad con la que le habían dejado los dos lobos usándole de almohada. Puede que no hubiera tenido sueño durante el vuelo, pero ahora los párpados le pesaban una tonelada cada uno y lo que más quería hacer era descansar antes de llegar al pueblo.

Como si le leyera la mente aún estando dormido, Derek se movió, quedando de lado y abrazándole con una de sus brazos mientras volvía a apoyar la cabeza en su hombro.

El humano no pudo resistirse más al sueño y acabó cayendo en los brazos de Morfeo.

Peter, observando la escena por el espejo retrovisor, aprovechó que aquella parte de la carretera estaba algo obstruida por otros coches para darse la vuelta y tomar una foto. Enviándosela posteriormente a Liam.

Ya cayeron los tres.

Puso como mensaje adjunto con la foto, guardando luego su móvil por si por el lugar había alguna de esas cámaras para hacer multar. No quería una multa porque se pensaran que estaba usando el móvil mientras conducía, había hecho cosas peores y había quedado impune, no iba a dejar que sus antecedentes comenzaran con una simple multa.

(...)

Derek y Stiles fueron despertados de su descanso por los gritos agudos del hijo de este último. El cual al parecer estaba muy emocionado por algo.

Cuando finalmente reaccionaron, se dieron cuenta de que Dylan se había pasado al asiento del acompañante y tenía la frente pegada a la ventanilla. Al darse cuenta de que sus dos padres estaban despiertos, les miró con una sonrisa radiante.

— Papi, papá Derek, miren el bosque –Les dijo señalando hacia afuera.

Ambos adultos obedecieron y observaron que se trataba del bosque que rodeaba Beacon Hills y los pueblos aledaños a este.

— ¡Es enorme! –Volvió a gritar el infante mientras pegaba la vista al cristal, aplastándose la nariz contra este.

— ¿Por qué mejor no abres la ventana? –Aconsejó Derek, preocupado porque la nariz del niño se puso rosada de tanto estar contra el vidrio.

— El viejo Peter no me deja –Refunfuñó el menor, cruzándose de brazos.

— Vieja será tú... –Peter no acabó la frase, puesto que vio por el espejo retrovisor las miradas asesinas que le dedicaban Stiles y Derek.— No lo dejé abrir la ventana porque da tantos saltos que temía que acabara cayendo.

El ojimiel frunció los labios ante aquello y asintió con la cabeza.

— Peter tiene un buen punto.

— ¡Papá! –Chilló Dylan, sintiéndose traicionado por su propio padre.

— El niño no es tonto –Dijo Derek en defensa del menor.— Abre la ventana, pero siéntate bien.

Dylan asintió con la cabeza y se sentó bien en el asiento, abriendo la ventana y riendo cuando su cabello se le movió de la cara a causa del viento.

— Ya estamos cerca –Les aclaró Peter mientras acomodaba el espejo retrovisor.

— ¿Vamos a poder ir al bosque? –Preguntó el niño, entusiasmado.— Porque yo quiero ir, es como un parque gigante, quiero ir y ver un conejo ¿Hay conejos aquí? ¿Si encuentro uno puedo quedármelo?

— Los conejos aquí son la cena –Le respondió Peter.

Stiles pateó con fuerza el asiento del conductor y Peter gritó de dolor, gruñendo mientras intentaba evitar maldecir.

— Ups... Lo siento –Dijo Stiles sin demostrar remordimiento.— Se me resbaló el pie.

Queriendo vengarse, y asustar al humano, Peter aceleró en una curva y dobló derrapando, haciendo así que Stiles cayera encima de las piernas de Derek a causa del envión.

El Hale mayor se carcajeó mientras Stiles volvía a acomodarse en el asiento y le miraba con enojo, aunque la mirada desapareció cuando Derek le besó la mejilla y murmuró un tranquilo solo para que el ojimiel le escuchara.

Pasaron junto al letrero de Bienvenidos a Beacon Hills y el humano no pudo evitar aferrarse a la mano del lobo que tenía a su diestra, mientras que Derek le regresó el apretón en señal de querer tranquilizarle.

— Ya vamos a llegar –Dijo Stiles como si ni él pudiera creérselo.

— Bienvenido a casa –Le respondió Derek, inclinándose hacia adelante para depositar un beso en sus labios.

Si empezaba de esa forma, el regreso a su pueblo natal no debería ser tan malo.

NOTA DE LA AUTORA:

Nuestros babus ya están de regreso a Beacon Hills, Stiles está nervioso, Derek igual, Dylan está demasiado emocionado y Peter es... Peter es un amor, nadie lo puede negar.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

Ultima Oportunidad #SterekAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora