Leonardo, Miguel Ángel, Donatello y su padre, llegaban muy de madrugada a las alcantarillas con una pequeña cajita color azul pastel con dibujos de nubes.
Raphael se encontraba en una habitación hermosamente tapizada con motivos de animales en tonos azules, sentado en una mesedora, escuchó a su familia llevar, se levantó sólo para ver cómo entraba Leonardo con la pequeña caja en manos y sin vida en su rostro, pero sus ojos llorosos.
L-Ya lo traje amor.
R-Se tardaron intrépido.
Leonardo estiró sus brazos para darle la cajita a su esposo para que la colocará en una repisa.
Raphael miraba con tristeza la cajita azul, Leonardo se acercó para abrazarlo y no se sintiera sólo.
R-¿Como paso esto?
L-¿Solo paso y ya, no busque más explicaciones que nos lastiman.
Raphael empezó a llorar al igual que su amado, habían perdido a su bebé, su primer bebé después de meses de tenerlo enfermo por un extraño virus que creo el Kraang, y que cuando Donatello encontró la cura, fue demasiado tarde, el pequeño había muerto.
Unos segundos después, Raphael volteo para ver a un osito de felpa en la cuna de su amado hijo, se acercó para tomarlo siendo observado por Leonardo.
Entre lágrimas, Raphael tomó el oso de felpa y empezó a hablarle.
R-Osito de felpa, juguete de mi hijo.
Leonardo también se acercó a Raphael para que no se sintiera sólo.
R-De mi chiquitito, que una madrugada se llevo el Señor.
Los dos empezaron a recordar como entre sonrisas su bebé jugaba con su osito.
R-Al verte tan solo, eras un sueño.
Leonardo beso el cuello de Raphael para que se calmara un poco.
R-Que tu fiel amigo, se nos haya ido para no volver.
L-El ya no siente dolor Raphie, estará viéndonos desde el cielo como el angelito que es.
Con sus dedos Raphael tocó los ojos del osito como si limpiará sus lágrimas inexistentes.
R-Tus ojos de vidrio, no saben del llanto.
Donatello se encontraba consolando a Miguel Ángel por la pérdida de su amado sobrino, Splinter resaba porque Tang Shen y su nieto ya estuvieran juntos en el cielo.
R-Del amargo llanto que prendio en mis ojos desde que se fue.
No había pasado ni un solo día sin que Raphael no llorará la pérdida de su angelito.
R-Osito de felpa, yo se que lo extrañas.
Decidieron cremarlo para que no estuviera solito en un lugar tan frío como un cementerio.
Con la voz quebrada, Leonardo tomó las manos del oso.
L-Dame tus manitas, yo que fui su padre tu amigo seré.
Ya más tranquilos, dejaron el osito en la repisa junto a la caja donde estaba su hijo, prendieron las luces para que no estuviera en la oscuridad, flores lo adornaban y despedían un dulce aroma, Miguel Ángel le había dejado muchos dulces y juguetes, y sin notarlo, el osito abrazaba la cajita para cuidar eternamente a su amiguito que ya no jugaría más con el.😭😭😭😭😭😭 Ahora si llore, sorry, pero recuerden que sólo es un one-shot y esto nunca pasará.
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One-Shot
RandomHistorias cortas de los sentimientos y cosas que pasa en las vidas de las tortugas.