EPÍLOGO. Una taza de té con lady Pembroke y sus amigos fantasmas.

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El mafioso desplegó The Voice of London

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El mafioso desplegó The Voice of London. Todavía compraba los periódicos en el formato tradicional porque amaba el aroma de la tinta mezclado con el del papel nuevo. Descubrió —sorprendido— que el artículo Entrevista a Taira no Masakado  ocupaba al completo la primera página.

—Este es uno de los beneficios de casarse con el dueño. —Efectuó la cínica reflexión en voz alta, aunque muy en el fondo reconocía la injusticia de la afirmación porque era él quien la había decepcionado al robarle los óvulos.

     Ni siquiera se había molestado en devolverle en persona el collar que él le había regalado —El Corazón de Danielle— y se lo había mandado por correo privado, aunque valía millones de euros.   

     Apartó un poco la taza de café, la barra de chocolate, lo acomodó sobre la mesa. Y lo empezó a leer con el corazón en un puño.

Cuando llegué directo desde Londres al Aeropuerto Internacional de Narita —en Tokyo— era consciente de que me encontraría con esta amalgama de modernidad y de tradiciones ancestrales. No sé si sabéis, mis queridos lectores, que suelo visitar una y otra vez esta fascinante urbe, porque aquí lo imposible siempre es posible. Sin embargo, con anterioridad lo había hecho por placer.

     En esta oportunidad el deber me llamaba. Venía a consecuencia del requerimiento del Primer Ministro de Japón a mi hoy amado maridito y jefe del periódico, lord Pembroke. Te quiero, Nat, corazón, aprovecho para decírtelo de nuevo. Se trataba de una solicitud extraoficial, aclaro, pues las autoridades siempre actúan por la puerta de atrás cuando se trata de fenómenos paranormales. Yo no suelo callarme así que, si desean discreción, mejor que recurran a otra médium.

     ¿Por qué razón me necesitaban? Ni más ni menos que para invitar a los inquilinos fantasmales del Kantei a que desalojaran el sitio. Parecía un campamento de refugiados, los espectros desbordaban la residencia de un extremo al otro.

     A pesar de ello, la personalidad arrolladora de uno de los espíritus destacaba entre todos: Taira no Masakado no dejaba indiferente a nadie, era el líder. Impresionaba, además, enfundado en su uniforme de guerra, que estaba elaborado en cuero, con protecciones enormes en el cuello y en los costados y cintas rojas que indicaban su pertenencia al clan Taira.

     Pero no os entretengo más, dejaré que os hable él. A continuación transcribo mis preguntas y sus respuestas.

Es un gran honor para mí, Masakado, que me permita que le haga esta entrevista. Lo habitual es que mis lectores sugieran las preguntas y que voten el orden de preferencia, pero ahora toca improvisar. Aunque creo que estarán de acuerdo conmigo en la primera: ¿fue usted el que provocó las muertes que se le achacan hasta que su Mausoleo volvió a ser restaurado en Kubizuka? Si la respuesta es afirmativa el siguiente interrogante es: ¿por qué?

Sí, Danielle, aunque no sé si podrán comprenderme. Haré el intento. En vida se me exigió que permaneciese impasible mientras la Corte cometía una injusticia tras otra con los míos y conmigo. Un guerrero se debe a su honor. Deshonrado poco importa que exista, más le vale estar muerto.

La médium del periódico #2. La espada del samurái (terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora