The Art of Not Falling in Love (El Arte de no Enamorarse)

13. Un mundo Sin Amor

-Su nombre ahora en este mundo mortal... es Jeremy- Dijo Sorrento mientras observaba a cada uno de los presentes con cierta curiosidad. 

-¿Como sabes todo esto?- Pregunto Pandora aun sorprendida por la aparición de aquel fiel sirviente del Rey de los Mares; ya que Ella aun poseyendo la habilidad de leer lo que las estrellas y las estrellas oscuras dicen con sus movimientos no era consciente de tal información. 

-No se trata de ¿como?- Dijo Hypnos - Si el Cazador ha despertado estamos perdidos. 

-Jeremy- Susurro Elliot. - ¿Dices que la única persona que lograra llegar a el es mi hermano?- agregó un poco confundido. La noche parecía mas oscura y larga de lo que normalmente era. 

La energía era inmensa, habían muchos poderes divinos en una sola habitación y eso no pasaría desapercibido por nadie, incluso todos ellos sabían lo peligroso que era la situación y el gran riesgo que estaban corriendo, sin embargo ignoraban que algunos trucos simples de Eros los tenia por el momento a salvo. 

Sin embargo eran vigilados por alguien bajo las ordenes de un dios superior a todos ellos, alguien cuya ambición es conquistar el mundo de los vivos, y arrebatar de la corona y trono a su hermano menor. Aunque en realidad ese solo era el plan distractor, las verdaderas intenciones del Dios Emperador eran otras.

Thanatos e Hypnos habían notado la presencia alguien quien observaba desde afuera, pero no lograban comprender porque no entraba en acción, Pandora pudo reconocer aquellas miradas en los dioses gemelos, esa mirada de intriga y reto. 

-No entrara- Dijo Eric - Quien hizo acto de presencia apareciendo frente a todos en una especie de rayo de luz, dejando sorprendidos a todos en la habitación.

-¡¿Pero que diablos?!- expreso Elliot al ver a su hermano radiante como solo un dios logra.

-¿Como es posible?-  Se preguntaron todos los presentes.

-El me encontró- dijo Jeremy- Quien apareció detrás de los hermanos gemelos junto a la puerta del departamento.-¿Me extrañaron?- Pregunto aquel pelirrojo chico con una sonrisa muy encantadora, pero igual de peligrosa para los mismos dioses, como para los mortales. 

Los rostros de las ahora vasijas de los dioses mostraban pánico como muy pocas veces llegaban a demostrar, a diferencia de Eric y Sorreto que se mostraban muy tranquilos, era una peculiar imagen, Jeremy menudo muchacho de unos 19 - 20 años parado a un lado de dos enormes mortales que fueron seleccionados por los vanidosos dioses gemelos del Sueño y la Muerte.

-¡Vaya! esta vez escogieron unos muy fuertes- Jeremy exclamo en tono sarcástico, mientras tocaba con descaro el brazo del cuerpo de Hypnos- ¿Porque no me sorprende que seas rubio?- añadió mientras con la mirada observaba con detenimiento a los gemelos.

-¿Como es que estas vivo?- Pregunto Thanatos algo irritado por el visitante.

-Bueno Thanatos... Tu mas que nadie debe saber que yo, No muero... 

***

Un cielo rojo cubierto por estrellas es el panorama que se observa en el infierno, muy diferente a lo que los libros dicen, o algunos aseguran que es, fuera del concepto de llamas por todos lados y almas pasando pena, el Inframundo es todo un lugar construido por uno de los dioses mas poderosos y vanidosos de lo que la historia puede asegurar; siempre cauteloso y analítico, se la paso observando el movimiento de sus estrellas oscuras, una de sus mas adoradas creaciones similar y paralelo al cielo de la tierra gobernada por su hermano el Dios del Rayo.

-"El tiempo es relativo para los dioses"- decía una sombra en dirección al trono del emperador del Inframundo, quien se encontraba ahí, sentado observando e interpretando lo que sus hermosas estrellas decían.