10.- La Locura del Amor Ciego

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Tras la desaparición de Orfeo a manos de sus hermanos decidí que era tiempo de ir y hablar con el causante de todo esto, Aquel que su poder emanar de aquel astro incandescente que ilumina la tierra día a día, e incluso le regala un poco de su esplendor a su hermana la Luna, es decir...

-¿Estás loco Eric?- interrogo mi hermano al mismo tiempo en el que trataba de seguir mi paso y evitar que siguiera mi camino con destino a Grecia. - Eric escucha es una mala idea lo que piensas hacer.- decía una y otra vez - No hablaras con Apolo- fueron sus palabras antes de llegar al final de las escaleras que me llevaban hacia la azotea.

-¿No lo entiendes Elliot?- le pregunte con la esperanza que pudiéramos sincronizarnos, no era la primera vez que el guardián del sol se interponía en mi camino durante esta vida, de alguna manera sé que él tenía que ver en la perdida de mi memoria sin embargo no entendía lo que Elliot quería evitar como si el supiera algo que no debía. 

-Si lo entiendo Eric pero no es buena idea provocarlo- dijo y de pronto tras de él un par de rayos de luz aparecieron lampreándome la vista, tanto mi hermano como yo nos sorprendimos del acto, no esperaba que se hiciera presente de esta manera. 

-Dime Eros... ¿Que necesitas?- dijo una poderosa e imponente voz, su dueño un enorme pelirrojo como de un metro y noventa de altura, unos ojos azules intensos sin llegarse a comparar con el de otros dioses puesto que su tonalidad era más oscura, su porte al estar de erguido en su totalidad y con cierta delicadeza al moverse, su vestimenta de túnicas como si estuviéramos en la era del mito, un par de brazaletes de oro en cada muñeca un oro rojo obsequio de mi madre cuando los gemelos del sol y la luna nacieron. - eh preguntado y no lo repetiré- dijo mientras mi hermano y aun estábamos en shock.

-Apolo- dije balbuceando y poniéndome de pie puesto que su llegada provoco más de lo esperado.- ¿Que tiene que ver mi misión contigo?- pregunte muy seguro de mí aun sabiendo que podría matarme con tan solo pensarlo. 

-No es contigo pequeño Eros- dijo con un tono sarcástico y con un movimiento de mano mi cuerpo atado y levitando se acercaba hacia él.

"Pshycoquinesis" 

-Veras cierta época alguien hizo un juramento con tal de salvarle la vida a su desagradecido hermano- dijo con cierto regocijo al saber que sus palabras influenciarían ahora- y lo malo hasta ahora es que no me había cumplido, sin embargo podría tomar la captura de Orfeo como pago.- Agrego podía sentir ese calor que emanaba ese era su poder natural.

Poco entendía lo que el trataba de decirme pero la señal fue directa y certera Elliot sabía de lo que hablaba.

-Creo que a quien tienes que interrogar es a tu hermano y no a mí- señalo con cierto reclamo por hacerle bajar desde sus aposentos- y es que... - guardó silencio por un momento pensando tal vez en sus palabras- ahora que lo recuerdo yo tengo parte de tu memoria en el palacio del sol- dijo y tras iluminarse con una intensidad increíble su figura desapareció en instantes.

***

 -¡Anteros!- Entró mi padre al palacio de mi madre gritando lo más fuerte que le había escuchado antes y no era en pie de guerra,

-Padre- respondí muy tranquilo, tratando de evitar enojarme porque estaba muy seguro a lo que venía todo esto, puesto que para que mi padre me interrumpiera en el palacio de mi madre debía ser sumamente importante, era la primera vez desde que tengo memoria que El pisaba el recinto.

Al llegar frente a mí viéndome directamente a los ojos con cierta ira se quedó callado por unos momentos y pude notar como su mano se levantó para después quedar pegada por un instante junto a mi mejilla derecha, “un golpe certero” pensé mientras me reponía y mi padre ya estaba dándome la espalda para marcharse pero antes de llegar a la puerta volteo de nuevo hacia mí.

The Art of Not Falling in Love (El Arte de no Enamorarse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora