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Me acerqué prácticamente corriendo hacia él, y algunas personas que pasaban me miraban raro: entrando a un callejón y hablando sola. Genial.

Me tiré al suelo al lado de Tyler y raspé mis rodillas en el proceso, pero no me importó. Él estaba tirado en el piso, gritando por lo bajo. Rápidamente lo tomé en brazos y puse su cabeza sobre mi regazo. Abrió los ojos, asustado.

-Tranquilo, Ty. Por favor, basta- le rogué, apunto de llorar por él.

Me abrazó sin previo aviso. Pasó sus manos por mi cintura y cerró los ojos fuertemente.

-Volvieron... Ellas-ellas me están hablando. No quiero hacerlo, me obligan... Hazlas callar, Kelsey... Cállense...- susurraba aún con los ojos cerrados, apretando su agarre en mi cintura.

Simplemente no sabía. No sabía qué hacer. No sabía cómo ayudarlo. Todo provenía de su cabeza y no sabía cómo llegar a él.

Besé su frente y le susurré "Diles que no pueden quedarse. Obligalas a irse, Ty. Tú eres el dueño de tu mente, no ellas. Tú tienes el poder, no ellas. Sácalas."

Él trataba de asentir  y se quedó en silencio por un rato, apretando sus ojos y liberando un poco su agarre.

Luego los abrió y me miró desde abajo.

-No me hablan más. No...- parecía asombrado. Era la segunda vez que parecía lograr callarlas- Gracias- completó.

-No vuelvas a hacerme eso. Casi me pongo a llorar, Ty. Voy a ayudarte a ahuyentarlas, pero, por favor, no me asustes de esa manera nunca más.

-Per-perdón- dijo-. No es mi culpa...- miró hacia otro lado- Se van cuando estás aquí...

-Tyler, mirame

Él negó, pero le repetí que me mirara, y lo hizo.

Besé nuevamente su frente y él cerró sus ojos un poco.

-No te vayas, por favor... Te-te necesito- me dijo, volviendo a apartar la mirada. Era tan tímido que me causaba ternura.

-No, Ty. No me iré a ningún lado, tranquilo- le dije.

Se sentó derecho otra vez, lentamente, y comenzó a jugar con mis dedos mientras yo pensaba en cómo haríamos para pasar el día sin morir de hambre. Pero mis pensamientos divagaron hasta desaparecer cuando sentí que Tyler unió sus dedos con los míos. Había entralazado nuestras manos, y miraba curioso la unión.

-¿Qué haces?- fue todo lo que pregunté.

-Me gusta cómo se-se ve...

Le sonreí. ¿He dicho ya que es adorable?


¡Me atrae un demente! • Tyler JosephDonde viven las historias. Descúbrelo ahora