Capítulo 19

1.8K 56 5
                                    

Mi corazón dio un brinco contra mi voluntad. Quería estar enojada y que no me importara su mensaje, pero no pude evitar emocionarme y sentir una culpable satisfacción en el fondo de mi corazón.

«Ya no vivo ahí»

No quería darle mas detalles para dejarlo intrigado. Me alegraba que aún quisiera saber de mi existencia, pero estuvo dos semanas sin hablarme. ¿Qué se creía? ¿Qué yo era cualquier cosa?

Y después recordé que no éramos pololos, que en realidad éramos nada. No tenía derecho a hacer show por haber desaparecido. "Pero su 'te amo' te lo da", pesó otra parte de mí.

«¿Dónde estás? Necesito verte»

«¿Después de dos semanas? No gracias. Ya era. Cuídate y que estés muy bien.»

Me encantaba terminar mis whatsapp melodramáticos con una despedida trágica.

«Todo tiene una explicación... déjame contarte, por favor. Dime dónde estás y voy»

Merecía sufrir un poco.

«Volví a chile.»

«¿Y desde chile usas un número móvil de España?»

¡Puta que soy weona!

«Vamos, dime dónde estás... por favor»

Decidí que era mejor verlo para cortar todo ahí así que le di una dirección aproximada. Le pedí que nos juntáramos en la esquina. Era re tarde y la gente iba a pensar que yo andaba revoleando la cartera, pero no me importó. Quería desesperadamente saber qué onda el Español y decirle, además, unas cuantas verdades.

Me quedé en la cama ensayando y repasando punto por punto lo que le diría. Pensaba que podía decirle algo así como "mira, sabes, solo te dije donde estoy para decirte a la cara que no quiero saber más de ti" o "erís muy patúo como para venir a aparecerte como si nada", pero ninguna frase me convencía. En realidad tampoco estaba segura de querer mandarle a la mierda.

Pasó como una hora y me mandó un mensaje avisándome que había llegado. La noche estaba muy fría así que me puse una chaqueta y salí silenciosa para no despertar al Ibizo, que seguramente estaba durmiendo.

Mientras caminaba hacia la esquina decidí que empezaría mi discurso con un "mira Español culiao". Un shock de violencia siempre era efectivo contra los hombres rata.

Vi su auto estacionado en la esquina y a él de pie al lado de la puerta. Me apuré un poco y sentía mi corazón desbocado de los nervios. Cuando estuve cerca pude ver que su sonrisa blanca relucía bajo una mirada alegre. Me dio la impresión de que estaba más delgado.

-Mira Español cu-

Me abrazó y me plantó un beso que no me dejó terminar la frase. Me dio wea porque se me olvidó lavarme los dientes, porque tenía frenillos, porque se me iban a caer los lentes... pero después mandé a la mierda todo y lo abracé y se lo respondí con más alegría que otaku con chapita nueva.

Cuando me soltó me costó volver a situarme en algún punto del universo. Por esos instantes me había sentido etérea y despegarme de él era como volver a ser mortal (AY que cursi).

-Sé que me quieres cagar a hostias -dijo entonces, tomándome por los hombros-, me las merezco, lo sé. No te llamé, desaparecí, pero todo fue por cuidarte. Hay mucho que tenemos que hablar, y te pido que me dejes ir despacio, por favor, y que confíes en mí. Me alegro mucho de que aún estés acá. Creí que te ibas a fin de mes y temí haber vuelto muy tarde.

-¿Por qué te fuiste dos semanas? ¿Por qué no me llamaste?

-Estuve en Barcelona -respondió-. Tenía asuntos urgentes que atender.

Pepi la fea /TERMINADA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora