Capítulo 27

1.6K 43 13
                                    

-No puede ser...

Blondie no dijo nada, solo me miró mientras hacía una mueca con su boca.

-¿Tienes la noticia completa? -le pregunté, aún con el corazón desbocado.

Asintió y rebuscó nuevamente entre sus papeles. Unos segundos después yo tenía en la mano un viejo recorte que empecé a leer con avidez.

-Lo he cogido del archivo nacional -comentó Blondie mientras yo saltaba de un párrafo a otro, con el pecho cada vez más oprimido-. Espero que nadie haya notado que arranqué algunos pedazos.

Mis ojos pasaban rápidamente de una palabra a otra. Conforme avanzaba en la lectura me enteraba de más y más cosas que nunca hubiera imaginado.

"...joven de veintiún años..."

-¿De qué año es este diario? -pregunté.

-Del 2004.

O sea que me había mentido con su edad. No tenía veintisiete como me hacía creer... tenía treinta.

A medida que avanzaba me encontraba con cosas que me hacían resuellos en la memoria.

"...utilizaron explosivos Goma-2 Eco, usados comúnmente en las canteras."

-Canteras... yeso... -murmuré-. Blondie, ¿recuerdas el fajo de billetes que me pasó el Español? Dijiste que tenía yeso encima. ¿Qué tan seguro estás de que sea yeso?

-¡Segurísimo! Tan seguro como que me gustan los tíos.

-¿Sabes si en España hay canteras de yeso? Alguna que sea conocida.

-Pues las canteras de Aragón son muy conocidas. Mi abuelo trabajaba en ellas.

Saqué el teléfono y googleé un mapa de España. Aragón y Cataluña estaban al lado, de paso. Pensé muchísimas cosas en ese momento pero no sabía cómo hacerlas calzar en mi cabeza. Todo era tormentoso y borroso.

-Blondie, no sé qué hacer. No me calza. El Español es de Barcelona, y lo del 11M fue entre yihadistas y no sé qué. O quizá mintió en todo... ayayai, no sé qué hacer... -dije desesperada.

-Pues si tienes miedo, puedes quedarte acá. Por mí no hay problema.

-No... no puedo. Pero si el Español está libre no puede ser nada tan malo, ¿no?

Blondie solo se encogió de hombros.

-Gracias por contarme esto. De verdad, has sido un gran amigo para mí -me puse de pie y unas lágrimas se me cayeron-. Espero volver a verte alguna vez.

-¿Cuándo te vas?

-En diez días.

-¡No! Cómo pasa de rápido el tiempo. No te olvides de mí, ¿vale? -suplicó con un mechón rubio platino cubriéndole parte de la cara.

-¡Nunca en la vida!

Blondie me miró y se dio la vuelta. Buscó algo en un cajón y cuando volvió traía un chanchito rosado en su mano.

-Ten esto, para que no te olvides de mí. No confío en tu memoria.

Me largué a llorar de pura emoción y sentimientos encontrados. Lo abracé una vez más y lo apreté tan fuerte que casi lo asfixié.

-Toma -le dije sacándome los aros-. Los hice yo, a mano. Tenlos para que me recuerdes. Prometo que volveré un día, no sé cuando, pero volveré y nos haremos pico carreteando.

Blondie me regaló los recortes del diario. Los guardé con cuidado en mi bolso al tiempo en que me despedía de él .Luego salí del edificio y esperé que pasara un taxi. Pasaron dos, pero no los hice parar porque no estaba segura de a dónde quería ir. Por un lado tenía ganas de ir corriendo donde Ibizo y contarle todo y abrazarlo y quedarme con él, porque necesitaba a mi mejor amigo en esos momentos. Por otro lado, si hacía eso me iba a sentir una mierda de persona. Llevaba ignorándolo varios días y acudir a él solo porque lo necesitaba era un acto de barsitud total.

Pepi la fea /TERMINADA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora