Conversaciones extrañas

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 A Andy se le estaba haciendo la mañana eterna; más bien se le habían hecho eternos estos dos últimos días.

No veía la hora en que Wendy entrase por esa puerta roja de su habitación de hospital.

Andy estaba empezando a sentir ese revuelto en el estómago; ese que hace que estés ausente si no está quien te hace feliz. 

Le faltaba Wendy. 

Ashley se había quedado con él esa noche y habían trabajado en la canción que llamaron "Saviour". Durante ese tiempo en que cantaban y modificaban la entonación de la canción; fue el único momento en que se sintió centrado a su alrededor, porque esa canción le hacía sentir conectado a Wendy.

Llevaba dos días en rehabilitación por la mañana, y le dejaban bajar al patio. Andy deseaba bajar al patio, acompañado o no; para fumar.

Andy fumaba porque, notar cómo se extrae humo de la colilla del cigarro, como este llena sus pulmones, con ese sabor extrañamente adictivo en el aire, y soltar el humo lentamente formando nubes o círculos en el aire; no tenía precio.

Fumar le relajaba aunque no estuviese nervioso, Y también le provocaba distracción. Cosa que necesitaba en estos momentos.

-Ashley, voy a bajar a fumar. ¿Te vienes?-Andy estaba levantándose de su camilla.

-Si, así nos despejamos un rato. En la tele no hay nada decente.-Ashley apagó la tele y le acercó las muletas, pero Andy tras ponerse de pie y no notar dolor en el gemelo se extrañó y se volvió a sentar en la camilla.

Andy le dijo a Ashley que le quitase la venda del gemelo. Este, dejó la muleta apoyada en la pared y empezó a desenrollarla gasa del gemelo de su amigo.

Cuando se levantó el último trozo de venda Andy abrió mucho los ojos y Ashley frunció el ceño. No había ni rastro de que una herida  de bala hubiera estado ahí. No había ni una simple cicatriz de la que poder presumir en adelante. Su gemelo, estaba completamente curado. Si no hubiera visto la herida el día de la operación,  habría jurado que solo había sido un sueño.

-Ashley, ¿es esto posible?

-Lo dudo mucho -dijo tocando el gemelo, le apretó donde estuvo la herida-¿te duele aquí? -Andy negaba con la cabeza.

-Vamos a avisar a la enfermera.

Andy y Ashley salieron de el cuarto corriendo para llegar rápido hacia la enfermera. Esta salió disparada de su recepción hacia Andy preparada para regañarle.

-¡Muchacho!, cuando dijiste que estabas listo para correr una maratón pensé que lo decías de broma.- la chica le agarró por el brazo derecho.

Andy rió ante la broma de la enfermera y Ashley sonrió aunque no había escuchado a Andy decir lo de la maratón.

-¡Estoy curado, ya me puedo marchar del hospital!

-No puedes estar curado en tres días muchacho.

-Revísalo, mira, no tengo muletas y puedo bailar sevillanas.-andy empezó a taconear con sus zapatillas de hospital y Ashley solo pudo reir.

La enfermera se acercó a unos bancos de la sala de espera e hizo que se sentase. Le revisó el gemelo y no creía lo que veía. Miró a Andy comprobando que era el chico que había entrado por la puerta principal de urgencias diciendo que tenía una bala en el gemelo, y sí, lo era.

-muy bien, ya puedes irte entonces, -suspiró-es increíble con que rapidez se ha curado.

Andy iría a fumar y cuando viniese Wendy, subiría a recoger cualquier cosa que hubiese suya en la habitación y se marcharían a casa.

The Saviour (Andy Biersack)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora