De vuelta al hospital

2.4K 89 12
                                    

Wendy dio media vuelta al oír el sonido de alguien caer al suelo. Andy permanecía tumbado boca abajo. Le habían dado en el gemelo. Wendy corrió hacia él y se agachó para ayudarle. Pasó uno de los brazos de Andy por sus hombros mientras la gente salía escopeteada de la iglesia. Nunca mejor dicho.

A Andy le costaba andar y Wendy visualizó a Helade y la llamó gritando. Helade tras unos segundos buscando de donde procedía el grito con su nombre, la visualizó y corrió hacia ella.

—¡Rápido! tenemos que sacarlo de aquí. —Helade asintió y paso uno de los brazos del chico por sus hombros.

—Mi coche está lejos, debemos darnos prisa.—Helade  y Wendy cargaban con el chico que andaba a la pata coja. Al oír esto último, él habló.

—El mío está enfrente, las llaves están en el bolsillo.— Helade miró a Wendy extrañada.

—No tienes bolsillos, Andy —le comentó Wendy.

—Mierda. —dijo  mirándose los pantalones. Andy levantó la cabeza. —Están en la iglesia.

Helade visualizó unas llaves en el suelo, cerca de donde estaban. El cadáver de la vecina de enfrente estaba tirado cerca. Helade lo comentó, pero dejó que Wendy hiciera el trabajo sucio porque tiene pánico a los muertos.

—Wendy, ahí hay unas llaves. —dijo señalándolas con la mirada.

—Vale, le sostengo mientras las coges.

—Em...Wendy, no puedo.—Helade estaba paralizada y pálida de repente. 

—Wendy rodó los ojos. —Ya voy yo. No sé que vas a hacer cuando mueras y te tengas auto-fobia.

—Helade soltó dos carcajadas secas y con mucha ironía.—Já, Já, muy graciosa, pero coge las malditas llaves.

Wendy se acercó a las llaves y Helade y Andy seguían caminando lo más rápido que podían hasta el aparcamiento de la iglesia. Wendy pulsó el botón deesperadamente muchas veces señalando hacia los coches mientras corría para alcanzar a Andy y Helade. Las luces de un coche rosa parpadearon y los tres corrieron hacia el.

—Oh, venga. Hay un Honda Civic Azul a la derecha, Un Chevrolet Aveo gris a la izquierda y un descapotable negro justo enfrente, y me toca el rosa.—Dijo Andy con resignación.

—Pues a mí me gusta. —Wendy ayudó a entrar a Andy al asiento trasero y entró tras él.

Helade condujo hasta el hospital más cercano, que estaba a veinte minutos de la iglesia. Condujo lo más rápido posible y cuando estuvieron en la autopista se relajaron todos un poco. Para evitar el silencio incómodo Helade encendió la radio. Con tan mala suerte de que empezó a sonar reggaetón y Helade se llevó las manos a la cabeza por un instante.

—Pero no sueltes el volante, loca —Dijo Andy intentando abalanzarse sobre el volante. Helade puso las manos sobre el volante. —¡Y quita esa música! —Helade cambió de emisora en la radio sonrojada. 

Helade era la típica chica que le encantaba el rock. El verano pasado encontró las canciones del grupo de Andy en You Tube, y desde entonces es una gran fan. En cuanto estuviese a solas con Wendy le reprocharía que le conoce y no se lo ha presentado antes. 

Helade encontró una cadena de rock en la radio, y empezó a sonar la canción Lost it all de Black Veil Brides, casualmente el grupo de Andy. Helade sonrió como el gato de Alicia en el País de las Maravillas y comenzó a cantar. Andy miró por primera vez a la chica con interés. Antes frente a la iglesia le parecía una persona normal vestida de luto, pero ahora, viendo que se sabía su canción, puede que esa ropa fuese como vestía normalmente. Tenía ojos castaños y el pelo negro y corto como cuando él tenía diecisiete años. Llevaba un colgante de Batman. No podía ser casualidad. 

The Saviour (Andy Biersack)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora