Realmente pensaba que esto no iba a ser así. Los grupos estaban divididos y no en chicos y chicas porque, principalmente, ¡¡¡No había chicas!!! Ni una chica a la vista. Además los chicos estaban divididos por especie; los vampiros estaban apartados, los hombres lobo estaban en el centro jugando, haciendo bromas y burlándose de los demás, los humanos eran muy pocos y no hablaban entre si y los magos estaban detrás de un árbol hablando. Este es el mejor ambiente de equipo que he visto en mi vida. Por favor, que se note el sarcasmo o denuncio a la escritora...
Todos los chicos al oír el ruido de la puerta han parado de hacer sus cosas y han empezado a mirarme interesados.
- Te has equivocado, el curso para princesas esta en el otro pasillo - dice un gracioso haciendo que todos se rían.
Camino hacia él tirando por el camino la bolsa al suelo y me planto en frente de su cara.
- Creo que ha habido un malentendido - digo tranquilamente. - Soy tu profesora y las bromas se van a acabar por hoy. Ahora todos en fila delante mía - esto último lo digo con voz de un alto cargo para que me hagan caso.
Ellos me hacen caso atemorizados y se ponen en fila. Echo una mirada a todos y elijo a un hombre lobo que veo menos fuerte que los otros para que me conteste a las preguntas.
- Me llamo Bella, ¿ Tu cómo te llamas? - pregunto dirigiéndome a él.
- Me llamo Christian, señora...
- Señorita Hunter - oigo unas risitas al fondo pero miro en su dirección y las callo. - Pero puedes llamarme Bella. Quería saber por qué no hay chicas en el gimnasio.
- Porque...
- Porque son demasiado debiluchas para estar aquí, el deporte que hace un hombre no lo puede hacer una mujer - dice un cretino interrumpiendo a Christian
- Eso es mentira - digo sintiendo que mis colmillos salen. Odio que los chicos valoren menos a las chicas por ser eso, chicas. - Una chica puede hacer lo mismo que los chicos.
- No creo y no vas a ser tú quien me haga cambiar de opinión.
Me cago en la puta... Este quiere una os... Tranquilízate Bella, solo es un gilipollas...
Miro al chico con odio y observo como todos los demás me miran atemorizados. Supongo que ya me han salido los colmillos y los ojos rojos.
Me separo de los chicos y señalo la puerta con el dedo.
- Todo aquel que piense como él que salga de mi clase... ¡AHORA!
Miro como algunos hablan entre si y observo como cinco o cuatro se van. Cuando están por irse, creo una corriente de aire que empuja la puerta muy fuerte y los tira al suelo fuera del gimnasio. Espero unos segundo y cuando veo que nadie se va, relajo los hombros y sonrío un poco. Justamente llega un chico bastante atractivo a mi lado, me agarra del brazo y me acerca a él... ¿¡Qué cojones?!
- Cielo, yo no soy machista, es más pienso que a las chicas hay que cuidarlas, ayudarlas, complacerlas... - me dice susurrando en mi oído mientras me coge de la cintura.
Cojo al chico por los hombros y le pego una patada en los huevos que le hace tirarse al suelo y retorcerse de dolor. Le doy una patada en las costillas y piso un poco su cuello.
- Lo siento mucho, cielo, pero yo no soy otra de tus putas para follar, así que fuera de mi vista maldito desgraciado, ¡¡Compadezco a tu mate!! - hago una corriente de aire y le tiro por la puerta que abrí antes. Tampoco soy tan mala como para meterle una ostia con una puerta de hierro.
Oigo como muchos se ríen y empiezo yo también a reírme. La verdad es que visto desde fuera es gracioso.
- Vamos, cinco vueltas a la pista - digo terminando de reír.
Todos salen corriendo y empiezan a dar vueltas a la pista pero unos cuantos se quedan en los bancos. Me acerco a ellos y me siento en un hueco libre.
- Que bien se está aquí sin hacer nada, ¿no?
- Sí, la verdad es que se está muy bien.
- Mmmh... No me habéis entendido, ¿verdad? ¡Que os mováis!
- No sin antes presentarnos - dice un chico rubio con ojos marrones haciendo una reverencia. Esta bien formado y es alto, el sueño de cualquier chica. - Yo soy Samuel, ya conoces a Christian y este es Adrián - dice señalando a un chico musculoso, con el pelo negro y ojos azules.¿¡Por qué todos son modelos!?
- Creo que ya me he presentado, pero soy Bella.
- Sí ya lo sabemos y... Te queríamos decir que somos como los más normales de esta asignatura porque los demás son unos putos salidos y nosotros somos men...
- Creo que no le importa mucho lo que dices - bromea Adrián riéndose. La verdad es que Samuel no para de hablar y hace que yo me ría.
- ¿Así? Pues me enfado y... ¡¡¡Le digo a mi prima que la quieres!!!
- Ni se te ocurra estúpido bicho - dice Adrián echando a correr detrás de Samuel. Miro como Christian sale detrás de ellos para calmarlos y yo lo único que puedo hacer es reírme.
La verdad es que la situación de niños pequeños. Creo que ya he hecho unos pocos amigos. Sonrío ante este pensamiento y espero a que todos terminen de correr.
Cuando terminan, les pongo los guantes a todos y los llevo al ring. Les enseño técnicas de boxeo como el cross, el gancho y el jab. La verdad es que muchos se quedan impresionados de como pego, pero otros se ríen al ver como dejo a los chicos sin hacerme ningún rasguño. Termina la clase y todos salen por la puerta excepto mis tres amigos.
- ¿Qué hacéis aquí? - pregunto divertida.
- Pensábamos en ir a tomar un helado, ¿Te vienes? - dice Christian animado.
- Claro, adoro el helado, pero tiene que ser con pepitas de chocolate - digo como niña pequeña señalando a los tres. Ellos se ríen y niegan con la cabeza mientras salen por la puerta.
Les sigo y me llevan por la ciudad hasta llegar a una heladería. Entramos, me dicen sus helados y yo los voy a pedir. Pido mi helado de nata, chocolate y pepitas y pido también sus helados. Cuando la chica me da los helados también me da dos papeles.
- ¿Qué es esto? - pregunto desconcertada.
- Mi numero - dice la chica guiñándome un ojo. Yo me sonrojo y vuelvo con los chicos.
Cuando ellos me ven, empiezan a reírse a carcajadas de mí. Yo me encojo en la silla y tomo mi helado. Todos comemos los helados y hablamos de nuestra vida para conocernos más. La verdad es que ya los conozco muy bien: Christian es un poco débil pero muy valiente, Samuel es muy divertido y gracioso, y Adrián es el malote pero dulce. Cuando estamos por salir, alguien me llama. Genial, siempre tiene que fastidiarlo alguien...
ESTÁS LEYENDO
Rechazada
WerewolfAntes de que junte su boca con la mía, le tapo la boca con agua. - Tranquilo muñeco, porque creo que vas muy rápido. Le quito el agua y le alejo de mí. Él me sigue mirando molesto. - ¿Cómo que rápido? Tú eres MÍA y nadie me va a impedir besarte. - P...