Primer Día

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Hoy quiero contarles una historia diferente. ¿Por qué digo diferente?. Ya lo verán.

Esta historia inicia con el día a día de una hermosa señorita. Esta señorita vive sola a pesar de su corta edad en un edificio de apartamentos. Muchos lo considerarían peligroso, pero no se acerca ni a eso, debido que el dueño del edificio parece ser pariente suyo. En fin...

No hace falta sumergirnos más en profundidad en la vida pasada de esta chica, ya que muchos sabrán de quien se trata. Si aún estas adivinando te recomiendo dejar de hacerlo, ya que la hermosa chica protagonista de esta historia es nada más que Funami Yui.

Yui Funami, Yui-chan, Yui-nyan, Funami-san o simplemente Yui. Descansaba tranquilamente, aún era temprano, no había necesidad de apurarse, no aun. Minutos después la alarma sonó perturbando a la chica gamer del sueño. Algo molesto es despertarse con ese sonido, todos lo sabemos.

Yui intento sin existo seguir durmiendo, pues ese condenado aparato seguía haciendo ruido. Agito su mano derecha buscando a su alrededor tocando algo suave y esponjado en aquella acción.

-hum...

El despertador dejo de hacer ruido, pero el tacto era muy distinto. Algo suave y tibio, blando parecía esponjadito. Con su otra mano froto sus ojos, mientras que con la otra apretaba aquel aparatito.

–Yui~...

Había oído bien, esa voz no podía ser de otra. –¿Kyōko?

Se giró sobre si encontrándose con aquella rubia, sonriente la miraba con algo de rubor adornando su cara –eres una traviesa

Se alejó un poco hacia atrás, en shock estaba ella. ¿Qué hacia Kyōko en su casa? Pero nadie le dará respuestas. Siguió ya pues su mano que aun sostenía aquello tibio, al final sostenía algo que a Kyōko le pertenecía. La rubia estaba expuesta rápidamente se fijó que también ella.

Su cuerpo tembló, se estremeció, al poco rato de ver lo que pasaba lanzo un grito de ¿terror?

–AAAAhh...!!

Despertó sudando a mares, agitada y descontrolada. Miro a su alrededor, verifico estar en su casa pero sin aquella muchacha que en sus sueños vio. Tomo el despertador comprobó la hora, 04:56 aún faltaba para el amanecer.

–Fue solo una pesadilla– pues valla pesadilla, aunque así yo no lo llamaría.

Secó el sudor de su frente, aunque ese no era todo. Trataría de tomar un baño después de descansar solo un poco. Con el pasar del tiempo pensó en aquella pesadilla, sin fin de teorías locas crecieron dentro de ella, ¿habrá sido el ramen, o el queso mozzarella?

Ya no durmió después de eso, aunque lo quisiera no podía conciliar el sueño. Después de muchos intentos la alarma por fin sonó, haciendo una mueca arrojó el despertador, que con un ruido roto al otro lado de la habitación sus piezas se esparcieron pues aquel aparato murió.

Ya no había que luchar por levantarse de la cama, las horas que pasó despierta la dejaron bien preparada. Fue hacia su baño donde aprisa se aseó, peino su cabello y sus dientes cepilló, tomo su uniforme y sin demora se alistó.

–Hoy será un grandioso día– dijo mirando su reflejo que marcaba sus ánimos no muy malos en el espejo. –hoy golpeare a Kyōko

Preparo su desayuno y su bentō, pero antes de partir al colegio jugó un poco videojuegos. (Si no te has echado unas partiditas antes de irte a la escuela, tú no eres un gamer) ya un poco relajada partió rumbo a su destino, la escuela secundaria con nombre Nanamori.

Dulce PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora