Seguramente encontrarse con la vice-presidenta hubiera sido maravilloso, más la situación actual era un poco complicada. Además Yui estaba algo inquieta y mas no sabiendo quienes fueron las que la vieron en la enfermería o si hay alguien que lo hizo de verdad. Pero por ese lado debe estar tranquila pues nadie más que Chinatsu entró en la sala
— veo que ya estas mejor — dijo Ayano luego se sonrojo y volteo a un lado — no es que me importe ni nada eso
Yui por su parte entendió que Ayano tenía mucha razón, mientras que antes parecía que moriría ahora ella estaba nuevamente en forma. Seguramente la enfermera le dio algún medicamento "milagroso" o solo necesitaba algo de reposo, pero esto último la descolocaba pues no había hecho nada que llevara su cuerpo al límite como para necesitar un hospital, solo había hecho lo de siempre y dudaba de que algo en su rutina pudiera causarle un malestar.
— Por cierto, las clases ya terminaron — Ayano sacó a Yui de su trance y la trajo a la realidad, la chica prestó su atención a ver que dirá — Toshinō-san me pidió que te diera esto
Ayano extendió una hoja hacia Yui, ella desconcertada la tomó y leyó que allí no había más que tres palabras "etapa dos iniciada" — ¿Qué se supone que es esto? — Yui volteó la hoja pero nada más había escrito ahí
— si ya estás bien será mejor que te pongas al día con las clases — dijo Ayano Yui volvió a prestarse atención y otra vez cuanto Ayano sintió la mirada de Yui sobre ella, se sonrojó y volteo hacia la pared —no es que me importe, pero no deseo ganar contra ti así de fácil Funami Yui
¿Ganar?
A Yui se le formó una interrogante en la cabeza.
Según recuerda o no recuerda, Ayano y ella no están compitiendo por nada, eso le lleva a lo que sucedió el primer día donde Ayano cambió su personalidad o más bien cambió de objetivo.
— Ayano — Yui ya tenía claro que algo estaba bastante mal — ¿yo te gusto?
— ¡que! —Ayano gritó y roja tembló, parecía que se quebraría pero recuperándose se giró violenta — no siempre se trata de ti Funami Yui — y camino alejándose, aunque para Yui mas parecía que corría o caminaba muy apresurada.
Ahora bien, volviendo a la hoja de papel
Yui antes creería que Kyōko estaba jugándole alguna especie de broma, pero no encajaba que Ayano se estuviera prestando para realizarla. Por otro lado Akari también estaba actuando extraña, no tanto en su forma de ser pues ahí no había cambio alguno, incluso pareciera haberse esfumado algo ya habitual en ella, sin embargo declararle su amor estaba fuera de lugar.
— ahora que recuerdo, cuando llegaron las cartas a Kyōko no pareció importarle
En otra ocasión Yui hubiera previsto un ataque de celos por parte de la rubia, y estaría diciendo algo como que estaba acaparando toda la atención y que ella también necesitaba el amor de niñas bonitas, pero algo así no sucedió y simplemente la rubia se dedicó a sonreír, motivo por el cual Yui pensó sobre una broma de la rubia.
— esto sin duda tiene que ser obra de Kyōko
Pero era posible que Kyōko convenciera a tantas chicas para ayudarla con su broma, pues si bien Yui no tuvo tiempo de leer todas las cartas, notó que cada una de ellas trasmitían sentimientos únicos, algo que a Kyōko no se le hubiera ocurrido ni en un millón de años.
Yui dejó sus deliberaciones y recordando el asunto anterior con Chinatsu, decidió seguir con su fuga cuando de pronto al frente vio a la pequeña presidenta parada como si nada en medio del pasillo con la mirada fija sobre Yui.
— Vienen por ti — dijo tan fuerte y claro pero en un tono oscuro que pondría a temblar a la más fiera de las aventureras
— ¿puedes hablar?