Nuestra querida protagonista yacía debajo de su amiga pelirroja. Aquella confesión la había tomado con la guardia baja, y aunque estuviera preparada no sabría cómo actuar sin sufrir una crisis nerviosa.
–Te amo Yui-chan- dijo Akari plantando pequeños besitos sobre los labios de Yui
La dulce e inocente Akari acababa de confesarle sus sentimientos de forma repentina y nada sutil. Cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, Yui solo podía ver la emoción, la alegría y un sinfín de agradables sensaciones a través de esos bonitos ojos que desde arriba la miraban.
–Akari yo...
Ella esperaba una respuesta, o al menos eso era lo que Yui creía. Pero ¿Qué era lo que ella siente por su amiga pelirroja? Seguramente la respuesta le destrozaría el corazón, algo que Yui no desea hacerle a su amiga Akari.
–Akari yo...
–lo se...- Akari cambio a una mirada triste y se apartó de Yui –no tengo oportunidad
¿Qué era eso? Ese sentimiento de malestar, ese dolor en el pecho que sentía cuando la veía llorar. Yui le levanto del suelo y abrazo a su pequeña amiga que le daba la espalda. Era lo correcto, mejor que vivir engañada.
–lo siento
–¿te gusta Kyōko-chan?... ¿cierto?- dijo Akari con un deje de pura tristeza
Yui parpadeo un par de veces antes de procesar lo que Akari había dicho. ¿De dónde venía eso? Era extraño ver a que conclusión había llegado Akari solo con un par de interacción por parte de las involucradas.
–Akari eso no es así...
–Entonces...- Akari se giró rápidamente para quedar frente a Yui, y de una forma tan cerca que la chica atlética podía sentir aquel suave roce de los labios de su amiga sobre los suyos –tengo oportunidad ¿verdad?
Era difícil decirle que no. Pero no hacerlo podría ocasionar un mal irreparable. Y ciertamente todo estaba muy mal. Recordando el comportamiento de Ayano, y aquella pesadilla donde la rubia y ella...
Yui sintió unos escalofríos solo de recordarlo. Pero viéndolo de la mejor manera, algo no andaba bien. Akari y Ayano no parecían ser las mismas.
–Akari escucha- Yui se separó de Akari un poco –lo lamento mucho, pero... yo no te veo de esa manera, y dudo que algún día lo pueda hacer... lo siento.
Akari pareció entristecerse pero rápidamente sus labios se curvaron en una hermosa sonrisa. Confundiéndola aún más, Akari rápidamente le robó un beso a Yui. Al separarse besó la mejilla de nuestra protagonista y se puso de pie mientras una desconcertada Yui la miraba desde abajo.
–No te preocupes Yui-chan, Akari se esforzara para ganar tu corazón- Akari la miró con amor antes de salir a toda prisa del club
–¿Qué?... ¡que! ¡Akari espera!- Akari no pareció entenderle, Yui se apresuró a darle alcance pero cuando salió la luz lastimó sus ojos. –¡Akari!- cuando sus ojos se acostumbraron ya no pudo ver a la pelirroja.
Yui volvió a la escuela para continuar con las clases. Si en la mañana se sentía fatal, luego de esa confesión parecía estar muerta en vida. Trataría de arreglar las cosas de la mejor manera con la pelirroja, explicarle que ha malentendido todo y que no puede corresponderle.
Cuando llego a su salón volvieron los murmullos de la mañana, sin contar con una Ayano quien al verla se escondió tras un libro de texto mientras Chitose fantaseaba y Kyōko dormía sobre unos apuntes. Eso último pudo aunque solo un poco levantarle el ánimo y sacarle una sonrisa.
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