— ¡Yui-chan! ¿Qué pasó? ¿Qué tienes?
Tratando de enderezar a la chica que en el piso yacía Akari con pánico y sin saber qué hacer, pidió al menos un poco de ayuda de la chica en cuestión. Pero Yui tampoco comprendía lo que le sucedía, si bien antes esa misma mañana se sentía algo decaída, no supuso que de golpe ese malestar se convertiría en un cerrar de ojos en algo peor.
— no lo sé — dijo tratando de incorporarse — solo sentí un mareo y ahora no puedo estar en pie, todo me da vueltas y... y...
— debemos irnos al hospital, Akari cree que es lo mejor
— si eso está bien... — Yui con la ayuda de Akari logró ponerse sobre sus pies — necesito mi ropa
— listo Akari ayudara, también hay que avisar a tu mamá
Akari ayudó sin dudar a nuestra protagonista con lo necesario para la salida, en eso Yui luego pidió un momento para tomar el teléfono y avisar a su madre sobre su estado actual, Akari la llevó y recostó en la cama para que esté más cómoda para que haga la llamada. Mientras Akari buscó en su bolso del colegio lo necesario para la travesía, y dejando el resto en la casa de Yui. También aprovechó y procedió a enviar unos mensajes a sus amigas avisándoles sobre el estado de Yui, además de pedir un taxi
— Yui-chan hay que darse prisa — dijo la niña pelirroja — Akari ya pidió un taxi y... ¿Qué ocurre?
Yui miraba fijamente un punto en la pared del departamento, mientras se desconectaba su mente pensaba en las probabilidades y los escenarios que se darían para su situación actual. Otra vez entonces intervino lo que para ella seria otra rareza.
— mi mamá no contesta, tampoco responde mi tía... ni Mari-chan
Para Akari esa era una pequeñez comparado con el asunto de la salud de Yui, así que sin importar lo desafortunado que podría llegar a ser que tus familiares te ignoren, trató de encaminar a Yui hacia la salida del departamento y del edificio.
— Tal vez estén ocupadas — dijo como primera opción, aunque en tres casos era algo desafiante
— Si... eso debe ser — no muy convencida de sus palabras Yui se puso en marcha con algo de dificultad hacia la salida
Allá afuera todo parecía normal exceptuando a una chica que va caminando errante sosteniéndose de otra chica que lucha por mantener el peso de su amiga. Ahí van Yui y Akari saliendo del edificio y por fortuna de ambas el taxi ya aguarda por ellas.
La taxista al ver el estado de una de las chicas no duda en ayudarla para que el tiempo se acorte, y sea lo que sea, su malestar también sea menor. Ya dentro del vehículo Akari da un nombre y la conductora asiente y se pone en marcha.
— tranquila Yui-chan, te pondrás bien pronto — trata de calmar las cosas pero son palabras que en realidad ella necesita
— Akari... no sé lo que me ocurre... esto es tan falso... — Yui dice con la voz apagosa que casi no se la puede oír
Yui suspira pesada y su cabeza da contra la ventanilla de la puerta, suspira otra vez y empaña el cristal por un momento, ve su aliento y siente en su rostro algo frio que sale de su propio cuerpo. Otra rareza pues se supone que debería estar caliente y no al contrario
— llegamos
Akari paga la carrera y sale a prisa del coche para ayudar a su amiga debilucha a salir igualmente del taxi. El auto rechina sus ruedas y se aleja, Akari se acomoda a una titubeante Yui repartiendo su peso sobre si para ayudar en el traslado de la chica hasta la entrada de emergencias.
— ayuda ayuda — dice Akari
Pero el llamado cae en oídos sordos al menos eso es lo que Yui ve con sus ojos caídos y un tanto borroso. También nota aunque con dificultad que a medida que la entrada a emergencias se acerca a ellas ve a través del cristal absolutamente nada.
— Akari... no hay... nadie — dice pero Akari está más preocupara por Yui que no lo nota
— tranquila tranquia, ya viene la ayuda
— no Akari... nadie nadie
Akari cree que su amiga delira pero cuando intenta abrir la puerta de cristal entonces comprende lo que Yui trata de decir "nadie". Akari no entiende que ocurre, dentro del edificio no hay nadie, es fantasma ni una sola alma camina por los pasillos y nadie guarda en la recepción, no hay nadie en la sala de emergencias.
— ¿Qué? — Akari tiembla y por poco afloja su agarre con el que mantiene a Yui a su lado — ¡ayuda ayuda! — grita esperando recibir respuesta
— Akari
— No... — La niña comienza a llorar
Yui solo la escucha gimotear — tranquila Akari... voy a estar bien — trata de consolarla pero la verdad es que Yui no sabe lo que ocurre incluso empieza a sentir miedo
Lentamente se separa de Akari y con dificultad logra apoyarse sobre las puertas de cristal, sin dejar de mirar el interior se desliza hasta caer al suelo y es en cuando se da vuelta para quedar sentada en el piso. Su malestar empeora y siente que ya no puede seguir con los ojos abiertos volviéndose una necesidad el llevarlos a la oscuridad, pero antes de que gane la necesidad de oscuridad, alcanza la delicada mano de su amiga y tira suavemente para llamar la atención
— Akari...
— Hay que ir a otro hospital — Yui niega moviendo la cabeza y vuelve a tirar de la niña — Yui-chan... — ella se quiebra y cae sobre Yui abrazándola con fuerza
Yui levanta su mano derecha para cepillar el cabello rojo de la niña, quiere tranquilizarla pero no lo logra incluso siente que su amiga se sumerge más en el llanto. En eso Yui nota otra rareza y es que por esos lugares solo van pasando pocas personas que no superan las 5 y que de todas ellas ninguna se atrevió a acercárseles
— Akari... algo anda mal...
— No Yui-chan no quiero que te vayas — Yui ríe despacio, eso no era lo que ella se refería pero tal vez Akari tenga razón
— no me voy a ir... lo prometo... de hecho... me siento un poco mejor
Yui no mentía, no estaba de maravilla pero por alguna razón dejo de sentir la necesidad de cerrar los ojos incluso su vista se aclaró lo que le ayudo a notar su alrededor. Volviendo a ese punto Yui pudo notar algo familiar en el comportamiento de su entorno pero que jamás había visto en la vida real
— ¿de verdad? — Akari se separó del abrazo y frotando sus ojos pregunto — ¿te siente mejor?
Yui entonces se fijó en la niña, era difícil no quedársele viendo por toda una vida. Aquellos ojos la atraían y sus mejillas sonrojadas hacían que su corazón se acelerara. Que era aquel sentimiento, sus emociones brotaban al solo contacto visual con esa pelirroja, era diferente a lo habitual podía sentirlo.
— Que linda — casi se muerde la lengua y no supo porque lo dijo pero lo hiso al parecer sin pensar
— Yui-chan — Akari se sonroja pero no aparta la mirada de la chica que ama
Yui nota lo intenso de la situación pero no hace nada para cambiarla, al contrario le gusta, y si ha de morir ese día al menos por una vez le gustaría ser tan arrebatada como Kyōko. Pero su arrebato fue suplantado cuando sintió sobre sus labios la suave presión de los labios de Akari, otra vez otro beso pero al menos disfrutaría de ese.
Yui levantó ambas manos y una la llevó a la mejilla de Akari mientras que con la otra toma a la niña de la cintura y la guía hasta que la pelirroja quedó sentada sobre sus piernas. A esto de pronto surge en ella el deseo del calor del cuerpo de la niña y así obedeciendo sus instintos presiona su cuerpo y arrastra el de Akari un poco más hasta que siente ese calor que tanto necesita. Todo eso sin dejar de besarse.