Comienza La Locura

67 5 2
                                    

Luego de lo que parecieron horas, para ellas, Akari y Yui se separaron siempre manteniendo la mirada en la otra, deseando en sus corazones que aquel mágico instante quedase suspendido en el tiempo para siempre. Pero aun habían detalles que mataban el momento que ambas compartían, y a eso Akari reaccionó separándose aún más mientras volvía en ella el pánico, pánico de perder a su amada Yui.

— Akari, espera — Yui detuvo cada intento de la pelirroja de desesperación — algo raro ocurre aquí

Akari observó detenidamente — Yui-chan en serio necesitas... — insistió la niña con un tono preocupante

—No Akari — interrumpió Yui, levantó su mano derecha a la altura de sus ojos y fijó su mirada en ella — esto es raro

— ¿raro? — Yui lo intentó y como si nada hubiese pasado estaba de pie delante de Akari — Yui-chan

— Me siento... bien — dijo — no tengo mareo, no tengo sueño, no me duele la cabeza, no siendo ardor en los huesos... estoy... — Yui dibujó una sonrisa y cómo para demostrarlo tomó de forma sorpresiva a Akari agarrándola de la cintura con ambas manos y elevándola en el aire para luego girar con ella una vuelta completa — ¡bien!

Akari no estaba entendiendo aunque podía verlo claramente pero lo que le desconcertaba en realidad era como fue que repentinamente Yui se había recupera incluso podría decir que ganó algo de fuerza extra, sabía que estaba demás decirlo pero sentía curiosidad, al menos ya estaba más aliviada al ver que la chica de la cual se enamoró estaba fuera de peligro.

— ¿Cómo es posible? — Yui bajó a la chica hasta que sus pies tocaron el suelo para luego inclinarse y capturar a la niña en un nuevo beso que sorprendió a Akari pero que rápidamente correspondió porque así lo deseaba su corazón

Yui rompió el beso para plantear lo que cree hasta el momento sucede en su entorno — creí que estaba loca pero esto ya me había sucedido ayer y anteayer

Yui dio media vuelta quedando frente a las puertas de cristal del hospital, que aún no mostraba ninguna señal de actividad en su interior. Mientras observaba el interior del edificio notó que lo de adentro carecía de detalles que no sobresalen si no se les muestra determinada atención. Luego formando un puño con su derecha retrocedió centímetros para permitirse lanzar un fuerte puñetazo a la cristalería rompiéndola en el acto. El cristal se fracturó y más cuando cayó al suelo haciendo un estrepitoso ruido, mientras que Yui levantó su puño para ver si había causado algún daño a sus nudillos o la mano porque el golpe ella no lo sintió más que un ligero golpecito que no correspondía con una acción como la que acababa de hacer.

— Yui-chan ¿pero qué haces? — si algo andaba mal Akari creyó que era Yui la que estaba mal

— No me dolió así que no te preocupes — dijo Yui dando la vuelta para enfrentar a la pelirroja — pero quisiera que prestes atención a las personas que caminan alrededor

Akari desconcertada dudó de las palabras de Yui pero al darse media vuelta descubrió que Yui estaba en buenos términos pues si bien dañar la propiedad pública resultaba en un crimen, a nadie de las pocas personas que deambulaban por ahí les pareció importarle que una chica de catorce años destruyera la puerta de cristal del hospital y que esta solo usara su propio puño para lograrlo, sin duda esa sería una hazaña merecedora de toda la atención.

— ¿Qué les pasa?

— Me di cuenta de algo cuando llegamos aquí — dijo Yui quien empezó a caminar hacia el interior del edificio pasando por encima de las cristales cuyo ruido alertó a la pelirroja — para los demás no somos nadie, o es que para nosotros los demás no son nadie, y es que con el alboroto que hemos armado es difícil pensar que nadie no nos tome en cuenta cuando claramente estamos haciendo algo malo

— ¿de que estas hablando? Akari no entiende – dijo la pelirroja mientras seguía a su amiga al interior del hospital

— He estado experimentando un patrón raro desde el día lunes, hoy miércoles el patrón regresó – Yui llegó hasta la recepción y saltó por sobre el mostrador preocupando a Akari por considerarse vandalismo — mi siento débil, luego de alguna manera recupero energías, vuelvo a caer débil y otra vez me levanto recuperada, pero el patrón no es especifico

Yui tomó unas carpetas sobre un escritorio y sin dudarlo los ojeó — Akari sigue sin entender – dijo la pelirroja

— Sé que parece difícil Akari pero mira esto — Yui le pasó la carpeta que estaba mirando para que Akari también la ojeara mientras ella tomó otra

— Yui-chan... — Akari pasó una a una las hojas encontrándose con lo mismo — aquí no hay nada

— aquí tampoco — le respondió Yui dejando a un lado la carpeta y tomando otra — aquí tampoco, ni aquí, ni aquí, nada, no hay ni una sola palabra ni líneas ni nada, solo hojas en blanco

Akari no sabía que decir pues resultaba raro que las carpetas no contengan nada, y mientras ella pensaba en una posibilidad para ello Yui procedió a encender la computadora que estaba en el escritorio sin tener ningún resultado.

— Este lugar... — hablo Yui — no está pensado para que nosotras lo visitemos

Akari ladeo la cabeza pues aunque tratara cada palabra que Yui decía solo la confundía aún más. En eso Yui salta por el mostrador devuelta al lado de Akari y sin decir mucho agarra una silla de las de espera y la avienta a la puerta más cercana sin hacerle ningún rasguño a la madera, y sin alertar a nadie. Luego aun sin decir nada tomó la mano de la pelirroja y la jaló hacia la salida del edificio.

— Necesitamos hacer un pequeño experimento para estar completamente seguras — dijo Yui arrastrando a su amiga por las calles hacia lo que parecía una konbini — Akari necesito que estés conmigo en todo momento y pase lo que pase, no debes asustarte

— Yui-chan... — Yui paró su recorrido y volteó para mirar directamente a la pelirroja — ¿Qué harás?

Yui le sonrió y mientras sentía como sus mejillas ardían cosa que Akari notó por el sonrojo, decidió darle a la pelirroja un pequeño beso en los labios creyendo que podría despejar dudas e inseguridades de las que Akari podría estar siendo presa — confía en mi — Akari asintió dándole ánimos a Yui de continuar con su plan.

Entraron en la tienda y al toque Yui soltó la mano de Akari mientras ella iba a por una botella de cristal, mientras que con una señal con la cabeza le indicó a Akari que se mantuviera en la entrada. Yui procedió a acercase a la caja donde una chica amablemente le dio la bienvenida y saludó cortésmente, en eso Yui respira hondo y sin que nadie se lo pensara tomó la botella por el cuello y la estrella contra el filo del mostrador para romperla y así quedarse con el cuello de la botella que se convirtió en un arma cortopunzante que apuntó a la chica de la caja

— ¡dame todo el dinero y no intentes nada raro!

Dulce PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora