Capitulo 7

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DANIEL

Estaba harto de que me trataran como si tuviera algún tipo de enfermedad o depresión. No, no tenía nada. Hacia ya más de un año que mis padres y mis dos hermanas pequeñas habían muerto en ese accidente aéreo con destino a Dubai, y la gente aún me seguía tratando como si hubiese sido ayer. Era verdad que me dolía pensar en ello y que los hechaba mucho de menos, pero sabía que tenía que superarlo, cosa que ya había conseguido, por lo menos en verano, cuando me fui a la casa de mis tíos en Atenas durante tres semanas, el estar con mis primos y el que nadie sacara a flote el tema de mis padres - ya que mi tío Cole, también había perdido a un hermana y a el le dolia incluso más que a mi - fue genial, nos lo pasamos muy bien.

Me encantaba mi familia, porque a pesar de que teníamos dinero, sabíamos como aprovecharlo y no eramos unos engreídos, pero de vez en cuando nos dábamos unos pequeños caprichos como ir a Antenas de vacaciones o nadar con delfines en Hawai, que por cierto fue lo que hice cuando regrese de Atenas, con mi mejor amigo Thomas Silver y su hermanastro Carl, pasamos una semana increíble en Hawai, quedandonos en el hotel que dirigía su abuelo. Hicimos todo tipo de cosas, desde estar todo el día en la playa tumbados, hasta hacer paracaidismo.

Pero aquí estábamos, las vacaciones se habían acabado y la vuelta a la universidad había llegado, y lo peor de todo era que el segundo año de carrera ni siquiera había empezado todavía, y el entrenador Blues ya me había hecho ir a su despacho, para hablar sobre mis "condiciones de juego".
No me pasaba nada, yo solo quería que me tratara como al resto del equipo de judo, como a una persona normal.
Pero después de decirle más de mil veces que estaba bien, él siguió insistiendo en que debería empezar a entrenar más tarde que el resto, así que viendo que mis palabras no tenían ninguna posibilidad aquí, acabe cediendo. Empezaría el entrenamiento un mes después de lo normal.

Cuando sali de su despacho eran más de las once, ¡Dios! pensé , me ha tenido encerrado ahí más de dos horas hablando de estrategias y nuevas formas de lucha y encima me había conseguido cabrear con el royo ese del "tratamiento post-trauma".
Sólo quería llegar a mi habitación y dormir hasta que se me olvidara mi nombre. Pero eso no iba a pasar tan fácilmente.

Comencé a caminar hacia mi habitación, que era la misma del año pasado lo que significaba que estaba a un piso por encima del despacho del entrenador, cuando vi una silueta que venia en la misma dirección que yo, parecía una chica aunque era imposible ya que estabamos en el área de los chicos.

-¡Dan! - escuché que me llamaban detras mio y paré. Dan era el diminutivo de Daniel, éste apodo me lo puso Thomas en el tercer año de secundaria cuando se convirtió en mi mejor amigo, porque pensó que Daniel era muy común y él quería llamarme de una manera "especial".
Thomas era bastante diferente a mi, mientras yo prefería tener mi dinero y ahorrarlo, él se lo gastaba en cosas estúpidas como una tele de plasma para el baño o un reloj que hacia de todo menos marcar la hora.

El día que le conocí, él no era para nada como lo es ahora y lo entiendo perfectamente ya que ese mismo día le salvé de que le dieran una paliza.

Recuerdo que fue la segunda semana de empezar tercer año de secundaria, Thomas llevaba una semana en clase y ya se había hecho odiar por todos, ya que era extremadamente inteligente lo que a su favor no ayudaba, porque eso le hacia irritable a la hora de responder preguntas, además, la ropa y el peinado de niño pijo tampoco lo ayudaban.
Estábamos en clase de Historia cuando pasó todo, la profesora había preguntado quién fundó la iglesia Anglicana y como siempre Thomas estaba con la mano levantada dispuesto a responder, pero Nathan Stuarts, se le adelanto y respondió.

- Fue Enrique Vl, profesora- contestó Nathan confiado.

-No, eso no es correcto - dijo una voz, que para sorpresa de todos no fue de la profesora, sino de Thomas - la iglesia Anglicana fue fundada por Enrique Vlll en el siglo XV.

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