Capitulo 8

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CHARLOTTE

Me desperté sudando. ¿Por qué estaba sudando? Es cierto que anoche cuando llegué a mi habitación después de otros veinte minutos más de busqueda, la encontré y me metí en la cama, con la ropa puesta incluida, pero sin embargo no recuerdo haber tenido tanto calor, desde luego, no como para ponerme a sudar. Me levanté de la cama y me dirigí hacía la ventana para abrirla, al hacerlo una brisa helada me golpeó en la cara así que la cerré por completo. ¡Genial! vivía en medio del desierto en mi habitación y en el polo norte afuera de esta, comenzaba a odiar éste lugar y solamente habían pasado menos de veinticuatro horas. 

Miré la hora en mi móvil, las nueve y media, todavía tenia dos horas hasta que empezara la orientación. Estaba dirigiéndome hacía el baño, cuando pasé por delante de la cómoda y una ola de calor proveniente de ese lugar hizo que me parara de repente, me acerqué y vi que detrás de esta había un radiador. Encendido. A tope. ¡Mierda! Anoche había llegado tan cansada que se me olvidó apagar el radiador así que había pasado toda la noche encendido lo que explicaba el despertarme sudando, lo regulé y lo puse a una temperatura en la que una persona pudiera sobrevivir, después de esto seguí mi camino hacía el baño.
Antes de ducharme comprobé si había toallas, papel de baño y gel. Afortunadamente todo estaba en su lugar, así que estaba preparada para darme una ducha matutina de veinte minutos.

No tenía ni idea de cómo se vestían en la universidad así que decidí ir por lo formal pero sin estarlo. Me puse unos jeans negros que encajaban perfectamente en mi, con una camisa azul celeste de encaje junto con una chaqueta vaquera y unos zapatos del mismo color de la camisa. Me maquillé un poco y me arreglé el pelo, el cual me dejé suelto.

Una vez lista, tenía todavía casi cuarenta y cinco minutos antes de bajar a desayunar e ir directa a la clase de orientación. Decidí que saldría con quince minutos de adelanto porque no me fiaba de si volvería a encontrar el camino hacía la recepción otra vez.

Puse mi maleta sobre la cama, la abrí y empece a meter la ropa y los zapatos en el armario que había en la habitación y el cual para mi gusto estaba bien de tamaño. Una vez que terminé de deshacer mi maleta, miré a mi alrededor y me di cuenta que la habitación necesitaba un cambio. Las paredes eran de un color blanco/grisaceo y hacía que la vista desde la ventana se hiciera todavía más triste y apagada ya que estas daban hacia otro edificio al lado nuestro, y se podía ver también el cielo, gris y todo lleno de nubes. La cama doble, era genial, súper cómoda y había una mesa de noche justo a lado de esta la cual era perfecta para poner libros y otras cosas. También, había un espejo de pared cerca del armario, el cual iba a utilizar muy a menudo. La habitación era de un tamaño razonable para una sola persona, pero el escritorio que tenía era demasiado grande y hacía que esta se viera más pequeña de lo que era. Así que este fin de semana saldría a comprar uno nuevo y a lo mejor algunos cuadros y pintura para darle un poco más de alegría al lugar dónde iba a pasar tiempo durante este año.

Después de imaginarme la habitación perfecta, mi estómago rugió lo que significaba que era hora de bajar y comer un poco. Me repase una vez más al espejo y decidí que estaba lista para bajar, cogi mi bolso, una pequeña libreta y un boli, nunca se sabe si tendría que anotar algo durante el curso de orientación.

Salí de mi habitación, pero paré. Una sensación de nervios y emoción hizo que me preguntara si estaba lista. Me acordé de los idiotas de anoche y me contesté a mi misma, que sí estaba lista. Lista para empezar aquí y aprender lo que quiera que los mundanos aprendiesen y obviamente lista para conquistar a mi hombre, irme a casa y ser la ayudante del hechicero. Todo iba a ir sobre ruedas. Tenía fe.

Comence a caminar y me dirigí hacia la derecha, dónde me di cuenta de que había un cartel que ponía.  "recepción, por este camino" eso no estaba ahí anoche ¿o sí? Había estado demasiado cansada como para mirar y decidí dejarlo pasar. Lo bueno es que habían carteles como ese en casa pasillo así que me llevo menos de cinco minutos encontrar a recepción. Cuando entré, esta estaba llena de estudiantes recién llegados que buscaban sus habitaciones, otros saludándose, riendo y viéndose felices.
Quien sabe si a lo mejor yo también podría ser feliz aquí.

Buscado alguna pista de dónde podría estar la cafetería, vi a la chica que me asignó la habitación y decidí ir a preguntarle si podía decirme hacía dónde me tenía que dirigirme.

-Eh...Mmm.. ¿Hola?- ella dejó de hacer lo que estuviera haciendo con unos papeles y me miró sonriendo.

-Hola ¿Puedo ayudarte novata? - dijo ella, y no me pareció que dijera novata en mal sentido sino de una manera de hacerme saber quién era yo.

-Si, esto, estoy buscando la cafetería, ¿podrías decirme dónde esta? Por favor.

-Si, por supuesto, es ese pasillo de ahí, caminas derecho y hasta el final la podrás encontrar- miré hacia donde ella me señalo y vi a mucha gente dirigiéndose hacia allí.

-Gracias-dije mientras me iba.

-¡Espera!-gritó ella, me pare y me di la vuelta hacia donde ella estaba. 

-¿Tienes el pase de comida?-la mire con cara de horror.

-Supongo que no-río ella.

-¿Qué es eso?  

-Es una pase que necesitas, para que ellos sepan que no eres una aprovechada intentando obtener comida gratis, créeme ha pasado. Así que tu les enseñas esto a las cocineras y ellas sabrán que estudias aquí.

Sonaba razonable, lo cogí y les di las gracias otra vez mientras me dirigía a la cafetería.

Había mucha gente, pero aún así se podía ver el orden y el ambiente tan agradable que rodeaba el lugar. Me dirigí hacia la cola dónde estaba la comida, esperé unos minutos, les enseñé mi pase y me sirvieron la comida, que yo podía escoger desde bacon y huevos hasta cereales y fruta así que me decanté por unas tostadas con mermelada y un zumo de naranja. Definitivamente desde ahora la cafetería sería mi nuevo lugar favorito.

Fui a sentarme en una mesa sola, porque todavía no estaba preparada para sentarme acompañada y conocer gente nueva. En la mesa estaba el programa del día, en el cual decía lo que haríamos en el curso de orientación.
Lo leí mientras comía y me resultó fascinante. Decía que primero conoceríamos al director y a los profesores, luego dirían las normas y seguido a esto los alumnos de primer año elegiríamos la carrera que quisiéramos estudiar durante los próximos cuatro años, nos aconsejaban que nos lo pensáramos bien, ya que  nuestro futuro consistiría en eso. Yo no tenia ningún problema con eso, pero aún así quería algo que me gustará estudiar y no se me hiciera pesado. Le eche un ojo a más de veinte carreras que habían y de las cuales solo un par de ellas me llamaron la atención.
Fisioterapia y criminología.

Acabé mi desayuno, miré una vez más las dos carreras que me interesaron hasta que tome mi decisión.

Miré la hora y quedaban diez minutos para las once, no quería llegar tarde y mucho menos tener un mal sitio así que salí de la cafetería y me dirigí hacia la sala dónde ponía "Orientación" cuando entré estaba lleno casi más de la mitad, decidí sentarme en la fila de en medio, al lado de dos chicas que se veían igual de nerviosas y emocionadas que yo. Las saludé y ellas me saludaron de vuelta, pero ninguna comenzó una conversación. Miré mi móvil, deseando poder contarle todo esto a Mérida, pero tenía prohibido tener algún contacto con Renelia, así que tendría que aguantarme y esperar a principios del otro mes.

Aunque de lo que no estaba segura, era de si quería que pasará rápido o no. Supongo que lo averiguaría con el tiempo, ya que lo que ayer empezó siendo un desastre, hoy iba mejorando por momentos. O eso creía yo.

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