CAPITULO 1

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Estaba descansando en mis aposentos, sin nadie que me molestara, decidí no poner alarma y le había pedido a Dalia la sirvienta que no me despertara, pues estaba muy cansado por el largo día de pesca que pasé ayer en el lago.

Pero dónde están mis modales, me disculpo por no presentarme, soy el príncipe Charming, Daring Charming, tengo 14 años y soy hijo del Rey Charming, quien en ocasiones pasaba tiempo con nosotros, sólo de vez en cuando.

El día anterior, fuí junto con mi familia al Lago más cercano al Reino, no tenía muchas ganas de ir, pero Darling (mi hermana), me había convencido, y no quise hacerla sentir mal, así que sin mucho afán, decidí ir con ellos.

No me gustaba que tomarán decisiones por mi, o que me manipularan, pero Darling era como la "excepción".

Y no era porque me lo pidiera a la fuerza o algo parecido, si no que me hacia comprender las cosas de la mejor forma posible, ella siempre sabía que decir para poder cambiar mi opinión acerca de las cosas.

Aunque a mi me gustaba explorar y conocer cosas nuevas por mí mismo, a Darling no le gustaba, y aunque era así, en ocasiones lo hacia sólo para hacerme sentir mejor.

Darling era una persona tímida y fiel a su apellido, es una chica de piel color melocotón, y con una cabellera larga y ondulada muy peculiar con finos cabellos color rubio platino con mechones color azul cerúleo que la hacen lucir Encantadora, cómo toda una Charming; mi padre dice que después de un tiempo de que mi madre se fue, se junto con mi ahora madrastra (aunque la verdad ella no nos quiere). Soy casi 9 meses mayor Darling, así que nos llevávamos muy bien desde pequeños.

Me divierto mucho jugando con Darling y a ambos nos gusta ayudar a los sirvientes del castillo, teniendo demasiado cuidado para que nuestra madrastra no se de cuenta, ya que mi padre pasaba más tiempo en su despacho.

Cómo ella no nos valora, busca cualquier motivo y lo exagera para que mí padre sé disguste con nosotros, en especial con Dalia, quien había sido la persona más cercana a mí madre antes de que se fuera, y quería que la corriera, pero al verla le causaba nostalgia a mi padre y solo le daba algún sermón para que esa señora se quedará conforme.

Al fin decidí levantarme, me dirigí al lavabo para poder quitarme con agua el sueño de encima que aún sentía.

Ahora era hora de vestirme, podía escoger entre tantos conjuntos dentro de mi alcoba, pero no me gustaba ponérmelos, sólo cuando era alguna velada que mi padre ofrecía al reino, en cambio me gustaba usar ropa como los demás chicos del reino puesto que Dalia me dijo que era el estilo de ropa que a mi madre también le gustaba, en lugar de vestidos extravagantes, prefería algo decente y con algo de originalidad.

Así que tome unos jeans negros y una playera azul, encima una camisa con estilo de mezclilla y unos tenis negros con franjas rojas.

Al salir de mi habitación vi a Joseph (mi medio hermano menor) jugaba en las escaleras lo cual era muy peligroso pues el pequeño Jos tenía tan sólo 5 años de edad.

Camine a paso veloz para alejar a Joseph de ahí, entonces le propuse darle un caramelo si me hacía caso, este acepto encantado, pero al ver que realidad no tenía nada, comenzó a llorar.

Volteé y vi a la persona que menos desearía que se encontrará ahí en ese momento...

Amor sin Sentido (ChicoxChico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora