CAPITULO 2

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Era mi Madrastra quien de un fuerte tirón hizo que soltara a Joseph, ella era una persona prepotente, y ni se hable de su vanidad, aunque no se porque si no es una persona simpática, y con su personalidad quien la querría... claro a excepción de mi padre.

- ¿Qué le hiciste a Joseph? - me dijo en un tono molesto.

- ¡Nada! - respondí - sólo lo detuve para que no jugará...- me interrumpió.

- ¿Y tu quien eres para decidir que hacen los demás? - dijo mi madrastra enojada.

- Y...yo... n... - no sabía que decir, estaba paralizado.

En ese momento iba pasando mi padre directo al comedor.

- ¿Qué sucede? - dijo mi padre asombrado.

- Se estaban peleando, pero ya los calmé - dijo mi madrastra como si nada.

- Está bien, bajemos a desayunar, ya es muy tarde - dijo mi padre dirigiéndose a las escaleras.

Mi madrastra me volteo a ver con una mirada de odio, y empezó a bajar por las escaleras.

- ¡Al fin se fue! - dije entre mi - creí que estaría en problemas - bajé con pocos ánimos hacia el comedor donde me esperaba mi padre.

- ¿Qué sucede?, ¿Estás bien? - escuche qué decía alguien entre mis pensamientos.

- Daring, ¿qué pasa te sientes bien? - era Darling, quien se veía preocupada.

- ¡Estoy bien! - dije sonriendo falsamente.

- ¿Enserio?, no te preocupes, puedes decirmelo - dijo insistiendo.

Ella era muy comprensible, pero no quería arruinarle el día a Darling.

- ¡Vamos el desayuno está listo! - dijo Dalia saliendo precipitadamente del comedor, para después dirigirse a la cocina.

- Nada importante Darling - fingí - Ahorita que desayunemos te cuento, !¿Va?! -
- Esta bien, pero que sea cierto - dijo para luego tomar una silla, y sentarse en ella.

El desayuno estaba de fábula, había creppes dulces y saladas, abra-café y/o jugo de naranja, un plato de fresas con crema y de postre un flan imposible, ¡Yummy, mi favorito!

Todo se veía delicioso, disponía a tomar del gran banquete, cuando vi de reojo, que mi madrastra iba empezar con sus sermones matutinos.

- ¡Podemos dar un paseo Dominical por el bosque! - pregunto Darling repentinamente.

- Estoy muy ocupado el Día de hoy, no creo tener tiempo, pero la próxima semana se los recompensaré - Dijo mi padre con una gran sonrisa.

- ¡Entonces puedo ir con Daring a la casa de Whaine! - dijo mirándome a los ojos.

- ¡NO! - reclamo mi madrastra - Porque... -

- Sí, por su puesto, es lo menos que puedo hacer! - dijo mi padre alegremente.

- P...per... - mi madrastra no sabía que decir en ese momento.

- ¡Señor tiene una llamada! - se escucho de repente

- Ya, voy Dalia, Gracias - dijo levantándose de la silla - Recuerden, lleguen temprano y tengan cuidado -

- ¡Así será! - dijo Darling, jalándome de brazo, saliendo antes que mi padre.

La verdad quería quedarme a terminar mi desayuno, pero estar a solas con mi madrastra era frustrante, así que sólo a apresuré el paso.

Después de llegar afuera, Darling me señaló el lago indicándome correr hacia allá, riendo y saltando sin parar.

Al llegar al lago caminamos hacia la espesura del bosque.

- ¿Vive muy lejos Whaine? - pregunte desconcertado.

- ¿Cuál Whaine? - dijo sorprendida.

- Dijiste que ibas a visitar a Whine, o algo así - le dije.

- Jeje!, sólo fue un decir - dijo cómo si nada.

- ¿Entonces que hacemos aquí? - pregunte.

- Quería recoger frutos de este lado del bosque, porque son muy ricos, además no quería estar sola - me dijo con una cara muy tierna.

- Y dime, ¿porque estabas afligido en la mañana? - dijo en tono serio.

No quería que pensara que era algo grave, pero en ese momento, algo me llamó la atención...

Amor sin Sentido (ChicoxChico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora