CAPITULO 11

302 20 0
                                    

Me dí cuenta que no era por la porra, sino que los chicos, no trabajaban en equipo y competían entre sí.

Al medio tiempo, decidí ir a los vestidores para hacerlos reflexionar sobre su actitud, ya que yo estaba a cargo del grupo, y tenía que hacer algo para solucionar las cosas.

- ¡¿Qué haces aquí?! - escuche que me dijo el pelirrojo, eso me distrajo, pero tenía un objetivo que cumplir.

Así que me subí en uno de los bancos, para poder llamar su atención, fue precipitada mi acción, que no sabía cómo empezar.

- ¡Mhhh...! - me puse nervioso y no dije ni una sola palabra, de momento el leopardo se acerco a mí y me abrazó.

- No te preocupes wero, se que haz venido a ayudarnos, y por eso estamos..., más bien, Estoy agradecido contigo - dijo un tanto encimoso.

- Heeee..., ¡Sí! - traté de alejar sus garras de mí - Bueno chicos, no crean que no me he dado cuenta, en lugar de ayudarse, más bien hacen todo lo contrario -

Todos se miraban entre sí cabizbajos.

- ¡Son un equipo, y por ahora deben olvidar sus pleitos, tienen que disfrutar este gran momento ya que es único, y tal vez el último antes de que salgamos del Jardín de la Infancia y no podamos volver a vernos! -

Todos levantaron la mirada, formándose una leve expresión en su cara de motivación, lo había logrado, sentí que había sido de gran ayuda.

Salieron con ánimo otra vez a la cancha, eso me hizo sentir muy feliz, fuí a mi lugar a donde estaba Darling y mis amigas.

- ¡¿Cómo te fue?! - dijo la chica de aspecto angelical.

- Muy bien, lo han comprendido, ahora... ¡es momento de apoyarlos! - dije entusiasmado levantando mi brazo.

Las chicas riéndose me vieron, y gritaron - ¡Es momento de apoyarlos! - quedando en la misma posición que yo.

Todas las criaturas al hacer un pase me lo dedicaban, eso era algo extraño pero tierno, excepto el leopardo, el sé quería lucir a más no poder, yo sólo reía y decía - ¡Así se hace! - ya que se volvía más interesante el juego y pronto concluiría.

Había mucha tensión en el campus, ambos equipos estaban empatados, todos animaban a los jugadores.

El chico pelirrojo corría velozmente y con elegancia, era muy ágil, ya casi iba a terminar el partido, entonces se me quedo viendo tan fijamente a los ojos, no podía dejar de mirarlo, me sentí un poco apenado, y por puro reflejo, solté una sonrisa.

De pronto un rinoceronte se le acercaba a toda velocidad, éste sólo lanzó el libro fuera de su alcance, y quedo tumbado por el fuerte impacto en el suelo.

El pase lo recibo el puma, lo lanzo a mi amigo el oso, y por fin el leopardo desempató el juego.

Todas las criaturas del Jardín, se abrazaban, lloraban y decían porras, olas se formaban oyéndose - ¡Fe-li-nos!, ¡Fe-li-nos! -, me quede angustiado por el chico pelirrojo.

Bajé lo más rápido posible al campo, Darling y mis amigas me gritaban, pero las ignoré, quería saber si aquel chico se encontraba bien, cuando llegue al campus, era tarde lo subieron en una camilla, y lo llevaron a la enfermería.

Quitaba a todos de mi camino, me abría camino hasta donde estaba un enfermero.

- ¿Qué le paso?, ¿está bien? - le dije un tanto desesperado, al igual que los demás del equipo.

- ¡Sí!, ¡Sí!, el chico se encuentra bien, no se preocupen, sólo perdió el conocimiento, eso es todo!, se recuperará pronto - dijo calmando a todos y mostrando una mirada de confianza.

Amor sin Sentido (ChicoxChico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora