CAPITULO 8

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La cara del leopardo se torno molesta, pero después hizo una cara pícara.

- Enserio, y ya se lo dijiste - insinuó.

El oso se puso nervioso y tartamudeando lo negó.

- Ah, no te preocupes, nosotros nos encargamos de eso - dijo levantándose de la silla.

- No, no se lo digan, y... yo... - se quedo sin palabras y se puso rojo.

- Ok, no lo haremos, Si no vuelves a abrazarlo, es más ni hablarle de preferencia - dijo victorioso.

El oso se quedo pasmado, pero terminó por aceptar, todos tomaron asiento y no tardo en llegar el orientador.

Después de una larga y aburrida plática fuimos a la selva como de costumbre, íbamos platicando y de repente salió esa conversación que me tenía con curiosidad.

- Para la otra que vean a esos dos juntos me avisan - nos ordenó el leopardo.

- Yyyyyy, digo ¿Por qué no los dejas en paz?, ellos siempre nos ayudan y... - fuí irrumpido.

- ¿Acaso eres tonto o qué? - me gritó - Él ni nadie puede tener lo que es mio.... -

Se quedo callado, y él puma se empezó a reír.

- Te pasas, casi le dices que te gusta el rubio - siguió riendo.

- ¡Cállate! - exclamo el leopardo, me volteo a ver, y vio que estaba confuso.

- Ahhh, mira Chase, no te lo había dicho, porque casi no hablas mucho, pero... - se quedo pensando - bueno, y como haz sido muy leal con migo, pues... pues... en realidad a mi me gusta el chico rubio, ¡ya, lo dije!, es muy simpático, este tonto gato ya lo sabía, pero ya sabía que lo iba a hechar a perder todo, pero ahora está prohibido hablar sobre este tema, ¿Ok? - dijo, pero en realidad él, seguía hablando se ese "tema".

- Ahora debemos pensar en algo para llamar su atención - dijo mientras caminaba en círculos.

- ¡Ya sé! - me espantó el puma - entrar a un torneo -

- ¡Ándale, podría ser!, pero ¿de qué? - dijo dudoso.

- Ay, todo quieres que yo haga - se burló - pues no lo se, un maratón, o podríamos formar un equipo de libro-ball, en la escuela -

- ¡Sí, pude ser!, hay que organizarnos y decirle al entrenador - dijo ilusionado.

Y así, es como poco a poco y con mucho esfuerzo se formaron equipos, en el Jardín, todo iba bien, todos iban a ver los partidos, entre ellos los "populares".

- ¡Les tengo buenas noticias! - dijo el entrenador - he inscrito al Jardín en un partido oficial -

Nos quedamos sorprendidos.

- Así que deben hacer su mejor esfuerzo, sólo se elegirán a los mejores, ¡mucha suerte para todos! -

Después de algunos juegos, se seleccionaron a los jugadores, entre ellos estábamos nosotros, el duende y el oso; mi amigo estaba algo enojado, pero se olvido celebrando por haber podido entrar al dichoso equipo.

Al llegar el tan esperado día, no lo podía creer, la cancha estaba repleta de criaturas que jamás había visto, eso me hizo sentir un poco nervioso, y a la vez emocionado.

- Ahora es cuando - dijo el leopardo con su típica mirada maliciosa.

Nos hizo caminar lejos del equipo, y se puso serio.

- No quiero, que vallan a hechar esto a perder, les pido - se quedo pensando - Mas bien les Exijo, que ganen este partido.

Los otros chicos nos hacían señas, ya era hora de empezar el partido, nos acomodamos y salimos hacia el campus, todos gritaban emocionados, era algo increíble.

- ¡Fe-li-nos! , ¡Fe-li-nos! - decía la multitud en coro, me sentía feliz y temeroso al mismo tiempo, sentía que me desmayaría, nos pusimos en posiciones, y sonó el silbato...

Amor sin Sentido (ChicoxChico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora