Prólogo

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Crecí en el Distrito 12, justo en el centro de todo el país, en un pequeño pueblo de tierras fértiles llamada Panem.

Mis padres, Haymitch e Effie Everdeen, son uno de los mayores propietarios de las tierras y ganadería en la zona junto con otras familias, como los Mellark y los Odair. Nací y crecí en Panem, junto con mi pequeña hermana Primrose.

Las dos somos muy diferentes y al mismo tiempo iguales. Mientras que Prim se parece a mi madre yo, a mi padre. Ella con su cabello rubio y ojos verdes, mientras yo de cabello castaño y ojos grises. Mientras ella es callada, introvertida, portada y sensible; yo soy expresiva, alegre, no sigo las reglas y extrovertida ante todo. Cuando mi pequeña hermana nació, tenía 5 años. Estaba muy feliz, por fin tendría una hermana, una hermana que tanto deseaba a mi tan corta edad. Ella era mi mejor amiga, era.

A lado de la finca Everdeen pasando los montes y el riachuelo, queda la finca Mellark. Mi mejor amigo, Peeta junto con Finnick Odair éramos inseparables. Crecimos juntos, fuimos al jardín, la escuela y por último, el colegio.

Para cuando iba a cumplir 17, en nuestro último año de colegio, Peeta, se me declaró. Se me declaró casi a mitad del año. Siempre sentí algo muy diferente a lo que sentía por Finnick. Mientras que por Finnick lo quería, me reía y hasta aveces dormíamos en el mismo cuarto, con Peeta era diferente. Con él, sonreía son solo mirarlo, mi corazón latía más de lo normal cuando él me tocaba o estaba cerca. Cuando estaba con él, solo existíamos los dos. Él, risueño, amoroso, fuerte, varonil, atento, eso y muchos más me enamoro de él. Cuando se me declaró, me dijo que me amaba desde hace mucho tiempo, que yo no era una simple amigo, era más que eso y yo, le dije le dije que también lo amaba. Estaba tan feliz y contenta, tan dichosa. Me acuerdo que ese día, horas después llegue a la casa corriendo a contarle a Prim que apenas tenía 12 años. Ella estaba tan feliz por mi, me abrazó como yo lo hice con ella.

Él fue mi primer beso, mi primer novio, mi primera caricia, pero hasta ahí, nunca llegamos a nada sexual. Yo no quería hacer el amor hasta casarme, quería asegurarme de hacerlo con la persona que pasaría el resto de mi vida, y aunque sabía que era Peeta, yo quería esperar, y él, aunque ya había tenido relaciones sexuales con otras chicas, nunca me exigió nada, esperó hasta que yo estuviera lista, algo por lo cual siempre le agradecí hasta el día de hoy.

Mis padres y los de él, estaban contentos, aprobaban nuestro noviazgo. Para cuando me gradué, mi padre planificó mis estudios en la Universidad, estudiar Administración de Empresas, ya que aparte de la finca en el distrito 12, teníamos en otros distritos empresas y como la mayor de sus hijas, iba a estar al mando de todo para cuando mi padre no este; Prim nunca se iba hacer cargo de eso, ya que a ella le gusta la ayudar a las personas enfermas por lo que quiere estudiar enfermería, la misma profesión que mi madre. Llevaba un año de noviazgo con Peeta para cuando tuve que irme por mis estudios a los 18 años. Peeta, como único heredero se tenía que quedar a cuidar y dirigir las tierras de sus padres, y aparte la panadería que también era dueño, la mejor panadería del distrito 12. Pocos meses antes de irme a la Universidad, la madre de Peeta murió. Aunque nunca fue amorosa ni con Peeta y peor aún con su padre, ellos la querían y lloraron por su ausencia. No fue una mala mujer, pero nunca le gusté por completo, e incluso aveces sentía que le tenía resentimiento a mi madre por como la veía, nunca supe el porque.

El día que me iba a estudiar a la Universidad en el distrito 7. Finnick y Peeta me acompañaron junto con mi familia a la estación de trenes del distrito. Peeta y yo nos despedimos con un gran amor y dolor, pero con una promesa que nos hicimos la noche anterior.

Dolorosa Traición-TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora