Alrededor de todo el mundo, en cada rincón, siempre han existido personas con un corazón muy puro, sin maldad alguna. Esas personas reciben un llamado y, guiados por su instinto, acuden a él, sin pensarlo. Se les da un nombre nuevo y también se les asigna a un compañero o compañera, para que juntos formen un Sydän de fuego, aire, agua o arena, de acuerdo con las habilidades mentales o físicas más marcadas en cada pareja. El llamado que reciben proviene de Raki, el elfo con ojos de zafiro, de cabellera plateada, fundador de los Valaistu. Él fue el primer ser nacido en la Tierra con el corazón impoluto, y lo era tanto, que su pureza se desbordó y empezó a esparcirse por todo el orbe en forma de gotas cristalinas, alcanzando a hombres y mujeres de todas las edades y de todas las razas.
Las cristalinas gotas del corazón de Raki transforman a los humanos que tocan en semi-elfos, ocasionando cambios no sólo en su personalidad, la cual se vuelve más amable, sino también en su apariencia física, pues sus cabellos se tornan de un color rubio platinado y sus ojos se vuelven ambarinos. Las gotas viajan a través de cualquier elemento, y caen con suavidad sobre la gente, sin que lo noten. Cuando perciben la pureza de una persona, ahí se quedan, alojadas en su interior. Cada vez que Raki siente la presencia de un nuevo convertido, su pureza, al ser la dominante, atrae de inmediato al hombre o mujer elegido. Y cuando por fin se encuentran cara a cara con este, los semi-elfos tienen una ceremonia de iniciación para convertirse en miembros oficiales de los Valaistu.
La ceremonia consiste en tomarse de las manos con Raki mientras se tienen los ojos cerrados. El elegido o la elegida debe dejar que su mente sea libre, sin pensar en nada específico, pues ha de permitirse entrar en un estado de relajación total. Eso le permite a Raki comunicarse con la gota del corazón que ahora forma parte del elegido y que primero perteneció a su corazón, para así conocer la identidad del elemento presente en esa alma. Una vez que se le revela al elegido cuál es su elemento, recibe una marca única y distintiva en color dorado o plateado en la parte posterior de su cabeza. Si el elegido recibió su marca en dorado, quien tenga esa misma marca pero en plateado será su compañero, y juntos llegan a conformar un nuevo Sydän.
Cada Sydän se encarga de viajar en busca de semillas de maldad. Si éstas ya han germinado en alguien, el equipo debe comenzar una labor de purificación para desarraigar esa semilla y rescatar a la persona de las garras de la oscuridad. Para ser capaces de llevar a cabo el ritual de purificación, el Sydän debe atar a la persona que posee la semilla al pie de un árbol por tres días, durante los cuales ellos danzarán alrededor de éste sin detenerse. Esta danza les permite reunir luz solar en sus cuerpos, con la que luego incinerarán la semilla de maldad. Y cuando encuentran semillas que aún no germinan, la pareja se limita a llorar sobre ellas durante una noche completa para borrar su existencia. De esa manera, el equilibrio de la humanidad con la Tierra no se pierde y las semillas de maldad se mantienen a raya.
Durante muchos siglos, Raki y los Valaistu llevaron a cabo su labor con éxito, protegiendo a la humanidad de la corrupción y la degeneración. Sin embargo, un suceso muy desafortunado ocurrió de repente y sin que nadie pudiese hacer algo para detenerlo. Mientras una de las gotas del corazón de Raki viajaba hacia su elegido, chocó de frente contra un "Nocturno." Los Nocturnos son espectros pálidos que se alimentan del odio y el rencor de los humanos, llegando a fusionarse con aquellos que tengan esos sentimientos en toda su alma. Hasta ese momento, los Valaistu habían logrado impedir que los Nocturnos se fusionaran con los humanos, pero jamás previeron que un Nocturno pudiera obstruirle el paso a una de las gotas.
Ese incidente ocasionó que Raki enfermara de gravedad. Estaba tan debilitado que ya no era capaz de producir más pureza. Ya no podía haber nuevos elegidos, y los poderes de los Sydän comenzaron a disminuir. Muchas semillas de maldad empezaron a germinar con gran rapidez, y los Valaistu no pudieron retomar el control. Tras una larga agonía, Raki no pudo soportar más tiempo, y entonces murió, no sin antes ocultar su corazón en una estrella blanca de la constelación de Orión, para que algún día alguien digno de él lo recibiera. Los restantes de los Valaistu poco a poco comenzaron a morir también, pues su mitad élfica se fue desvaneciendo poco a poco tras el fallecimiento de Raki.
Fue en esos desdichados días para los Valaistu que la pequeña Nahiara nació, y al no haber entonces fuerzas de pureza que contuvieran a los Nocturnos, uno de estos seres consiguió fusionarse con ella. Pero uno de los últimos Sydän existentes logró darse cuenta de aquella enorme desgracia para la humanidad. Entonces Yuma, la compañera de Miria, ideó un plan para derrotar a Nahiara. Por varios años la persiguieron juntas sin tener éxito. Al no tener ya a Raki para que les proveyera más fuerzas, Yuma decidió dar su vida para que Miria pudiera tomar la gota de pureza en su interior y, uniendo ambas gotas, que Miria disparara una flecha hacia Nahiara. Eso ocasionaría que también Miria perdiera la vida, pero causaría que Nahiara pudiera ser sellada. Así lo hicieron, y fue así como las últimas de los Valaistu desaparecieron.
La valentía de Miria llegó a oídos de todas las estrellas, por lo que ellas decidieron que en el día que naciera una niña digna de entre el linaje de esa guerrera, la niña recibiría el corazón de Raki que ellas tenían a su cuidado, reviviendo así la antigua orden de los Valaistu. Ese día por fin llegó. Dahlia es esa niña que las estrellas escogieron...
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La Legión de los Olvidados [Saga Forgotten #1]
Fantasy[EN LIBRERÍAS DE AMÉRICA LATINA Y DE ESPAÑA GRACIAS A NOVA CASA EDITORIAL] La lívida mano de una siniestra criatura con apariencia de mujer se extiende hacia ti. Sus largas y puntiagudas uñas son tan oscuras como el abismo, su rostro blanco parece h...