Tiene miedo. En la oscuridad formada entre las cuatro paredes de su cuarto, el temor se apodera de su cuerpo progresivamente. Él, que siempre ha destacado por su gran capacidad de razonar, por su serenidad y por haber sabido combatir los argumentos siempre con una lógica admirable y aplastante, tiene miedo. Se está dejando llevar por un sentimiento primitivo e irracional, y eso, para él, es imperdonable. Nota como la angustia nacida en su pecho se expande más y más como un agujero negro, nota como el ritmo de su corazón aumenta. Constantemente seca sus sudorosas manos en la sábana intentando que cesen de transpirar, pero no hay manera. Nunca ha creído en la magia, ni en los monstruos, ni en los seres fantásticos que tantas veces aparecían en los cuentos de hadas que de pequeño le habían explicado. Pero esta vez es diferente, porque en estos momentos, estirado en la cama y engullido por la total oscuridad del cuarto, un aliento húmedo y cálido le eriza los pelos de la nuca.
Esto le da la certeza de que no pueden ser imaginaciones suyas. Intenta convencerse de lo contrario, desea que tan solo sea una mala pasada que le está jugando su cabeza, fruto de su extensa imaginación de adolescente. Pero entonces, ¿por qué no consigue sosegarse?,¿por qué todo eso le tan real?
Su pulsación se acelera cada vez más y más hasta llegar a un ritmo alarmante. Tiene el corazón en la garganta, le va a mil por hora y lo que más le preocupa en estos momentos es que, sea lo que sea lo que está detrás suyo, pueda escucha los fuertes latidos de su corazón y adivinar como el pavor corre por sus venas.
De pronto, algo se mueve detrás suyo: se le congelan los músculos y se queda paralizado. Aguanta la respiración para crear un absoluto silencio, y cierra los ojos fuertemente para imaginar que es invisible, que no está allí. Se aguanta las lágrimas que amenazan con precipitar por sus mejillas. Hay otro movimiento. Con la fuerza de mil hombres, se voltea lentamente para ver de una vez por todas qué hay a sus espaldas. Tiembla de miedo y nota como las gotas de sudor se crean y resbalan por su frente.De pronto, se escucha un gruñido y se abren ante él unos grandes y anaranjados ojos de felino. Por fin estalla en lágrimas. Sabe que es su fin.
A la mañana siguiente, cuando el sol renace y todo era más seguro, encuentran su cama vacía.

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Pedazos de noche
Kısa HikayeAquí encontrarás cuentos y relatos. Espero que los disfrutes.