Nadie hubiese creído que detrás de esa apariencia de sabelotodo e inocente, Hermione Granger tuviese una faceta apasionada. La cual descubrirá nada más y nada menos que con su profesor de pociones... Severus Snape.
Foto sevmione: tenchufreak.deviant...
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El quinto año en Hogwarts transcurría con tranquilidad. Nada comparado como el anterior, en donde el Torneo de los Tres Magos (en este caso cuatro) presenció una terrible tragedia. La muerte de Cedric Diggory había despertado el temor de muchas personas, pero con el miedo las mentiras aparecían y eso es lo que estaba empezando a ocurrir. Nadie se dignaba a creer el regreso del señor oscuro.
Pero Hermione si creía en su mejor amigo, Harry Potter. Quien debajo de esos anteojos redondos escondía aquellos ojos color verde brillante. Pues sabía que si el lo decía tenía que ser verdad. Sonrió recordando cuanto tiempo había pasado desde que lo había conocido, y también con su otro mejor amigo, el pelirrojo Weasley.
—¿En que piensas? —le preguntó Ronald.
A los ojos de Hermione, Ronald siempre le había parecido interesante. Inclusive una vez pensó, hace mucho tiempo, que ella gustaba de él. Pero después se decía que había algo, algo que le faltaba y entonces esos pensamientos se diluían. Ese algo era lo que le impedía avanzar, abrir su corazón hacia él. Aunque casi siempre él se comportara como un cabeza hueca, Hermione lo sabia. Sabía que el sentía algo por ella, pero lo que no sabía era exactamente a que grado.
—No te importa —le respondió sacandole la lengua. Lo cual provocó que el pelirrojo se enfureciera delatándose por su rostro notablemente rojo. Generalmente cuando Hermione se encontraba pensando en Ron, también pensaba en el color rojo zanahoria y no sabía exactamente porque.
En ese momento se encontraban en clases de Pociones, impartidas por el profesor Severus Snape. Estaban realizando un antídoto para venenos comunes, sacados del polvoriento libro llamado Filtros y Pociones Mágicos de Arsenius Jigger. El trabajo era en pareja y a ella precisamente le había tocado junto a su amigo Ron. Lo cual lo volvía un tanto incomodo.
Hermione, mientras tomaba unos apuntes del libro sentía como Ronald trataba de intimidarla con la mirada. Lo cual obviamente no funcionó.
—Te pido que dejes de mirarme de esa forma. Realmente no me quieres ver enojada —pero Ron soltó un bufido ante su comentario. Como si no le importara si ella se enfadara, igualmente siempre lo terminaba perdonando.
—Si claro...—dijo sarcásticamente.
Ella dejó de anotar y soltó la pluma con rabia. ¿Quién se creía?
—¡Ronald Bilius Weasley!—soltó con ira —. No te lo voy a volver a repetir, ¿sí?. Como sigas actuando de esa terrible manera lo mejor es que cada uno haga la parte del trabajo por su lado. Porque realmente en este momento estoy deseando mandarte al infierno—lo último prácticamente lo había escupido. Realmente no entendía su hostilidad, pero no por eso se iba a dejar pisotear.
El profesor Snape en ese momento alzó la mirada. Preguntándose cual era el alboroto, realmente no le importaba si alguno de sus estudiantes peleaba, solamente los dejaba para poder castigarlos. Si, eso realmente era lo único que importaba. La discusión era entre la señorita Granger y el imbécil de Weasley. Le dio risa, eran patéticos.
