Fire (Sevmione)

Capítulo 3.

Historia de la magia nunca había sido una materia aburrida para Hermione Granger, pero su mente estaba en otro lugar por eso cualquier cosa era mas interesante que lo que impartía el profesor Binns con su voz jadeante y monótona. La Guerra de los gigantes, podría quedarse en algo que simplemente paso ya que en el futuro parecía que no era algo interesante.

—Herms...

—Herms...    

—¡Hermione!—la voz de Harry la hizo sobresaltar—. ¿Estás bien?—le preguntó el pelinegro.

—Si... tranquilo. Es sólo que los TIMOS me tienen muy pensativa—mintió la castaña.

—Si, a todos. Umbridge ha sido una patada en el culo.

Suspiro, con todo lo de Snape me había olvidado de la tiranía que quería montar la delegada del ministerio de magia. Le dedico una mirada a Ron y me percato que este me esta mirando también. Pero no solamente me veía con curiosidad había algo mas en su mirada y ese algo no me gustaba

Cuando salía de clases para dirigirme a la torre de Gryffindor, me tropecé con alguien. 

—Será mejor que mires por donde caminas—aquella voz solo podía pertenecer al estudiante de Slytherin mas engreído de todos, el hijo de papi. Draco Malfoy—. Ah... pero miren quien es. No es nada menos que la sangre sucia de Granger—prácticamente lo último lo había escupido

—¡Que te pasa Malfoy, déjame en paz!—recordó al instante lo que había dicho el director Dumbledore. Que Draco no gustaba de mi y por eso quería hacerme la vida imposible—. Vete a tu cueva, serpiente.

El brillo de los ojos de Draco Malfoy significaba una sola cosa. Furia. No podía dejarse insultar de alguien tan poca cosa como lo era Hermione Granger.

—Adiós, Granger—dijo al tiempo que pasaba por su lado chocando con su hombro fuertemente.

Imbécil, fue lo primero que pensó Hermione. El día no pintaba muy bien, primero Ron dandole una mirada maliciosa y ahora el estúpido de Malfoy. ¿Qué seguía? ¿Qué Harry se enfadara por no ir a sus ensayos de Quidditch?

Mientras divagaba en su mente no fue consciente de a donde se dirigía. Para cuando se percató sus pies la habían llevado a lo profundo de las mazmorras; al despacho de Snape. Mis dudas florecen a la hora de tocar la puerta, la última vez todo fue muy intenso. Estiró sus delicadas manos y tocó dos veces a la vieja puerta de madera.

—¿Quién es?—saltó la voz del profesor Snape—¿Eres tu Flitch?

Me tapo la boca para contener hasta mi aliento.

—Veo que no quieres hablar. De igual forma puedes dejar el paquete encima de mi escritorio.

¿Qué? me esta confundiendo con el celador Flitch. ¿De que paquete estará hablando?. Entro cautelosamente y veo que el profesor Snape no esta por ningún lado. Pero al ver la manija negra deduzco que quizá pueda estar en el baño.

Tengo miedo y no se porque, mis sentidos están alerta. Cierro la puerta y empiezo a pasearme con cuidado por el despacho mirando cada cosa con detenimiento. Es una habitación lúgubre y poco iluminada. Las paredes oscuras estaban llenas de estantes con grandes jarras de vidrio llenas de cosas viscosas, repugnantes, como trozos de animales y plantas, flotando en pociones de diferentes colores...

—Granger—la voz de Snape me hace sobresaltar. Tanto que pego un brinco, el cual termino encima de un estante y muchos libros caídos. Escucho que el profesor empieza a gruñir.

—Impertinente—grazna el profesor evidentemente enojado—. Siempre husmeando donde no la han llamado.

Me paro con dificultad tratando de recobrar la poca dignidad que me queda. Lo miro muy mal mientras me sobo el brazo derecho.

Snape me jala bruscamente haciéndome jadear del dolor. Trato de soltarme, pero me detengo cuando veo que esta intentando inspeccionar mi brazo.

  —Se ha hecho un gran moretón, ¿por qué nunca puede hacer caso?—su rostro refleja impaciencia. Me retira parte de la manga para dejarlo expuesto en su totalidad. Se queda mirándolo fijamente y empieza a recorrerlo con sus dedos, como si quisiera detallar cada parte de el.     

Mi corazón se empieza a acelerar sin saber porque. Sus dedos recorren mi piel delicadamente, a pesar de que tienen imperfecciones, su tacto frío y delicado me hace estremecer. Estoy hipnotizada, ni siquiera me doy cuenta cuando suelta mi brazo y se pone a buscar algo en su estantería. Sin saber que hacer exactamente, me siento lentamente en el sofá de la vez pasada.

—¡Ajá!—dice euforicamente el profesor—. He encontrado mi poción Vigorizante. No solamente estimula o revitaliza a la persona que la toma, además cura el dolor de cualquier herida o golpe.

Estira el brazo rapidamente con la poción en señal de que la tome.

Lo miro nerviosamente y agarro con cuidado la poción para que no se me caiga—. ¿Qué ingredientes tiene?—pregunto al tiempo que le doy el primer sorbo.

 Snape se recuesta a su escritorio—. Sangre de Uro,  Esencia de Rue y Ojos de Anguila—responde con una sonrisa en su rostro.

Wow, la Sangre de Uro es extremadamente rara y dificil de conseguir. No puedo creer que haya utilizado una cosa tan preciada para algo tan simple en mi. Le sonrío de vuelta, pero este al darse cuenta de lo que sucede se recompone. Se para derechamente y vuelve a su gesto frío y duro.    

—Cuando salga, por favor deje todo en el puesto y no vaya a tocar nada más—me ordena. Dicho esto da la media vuelta y sale un tanto rápido de su despacho para mí. Cierra la puerta con brusquedad.

Dejo salir un suspiro al tiempo que me quedo mirando el piso. No comprendo su actitud, es como si se esforzara en no ser feliz. Cada vez que pienso que el profesor Snape avanza, en realidad no hace mas que retroceder el mismo. ¿Qué le habrá pasado en la vida para terminar de ese modo?

Dejo todo en el puesto como me pidió y me dirijo a la torre de Gryffindor. Tengo que estudiar para los TIMO'S.    

Disculpen todos (a) por el retraso. Prometí que actualizaría cada semana y no fue así, por eso no era capaz de decir nada. Les pido mis mas sinceras disculpas y espero que disfruten del capítulo.

Att: TheFanficTime