Capítulo 9.

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Hace tiempo que Hermione había emprendido su camino hacia Hogsmade, mientras tanto Harry y Ron la buscaban para planear el siguiente entrenamiento.

-Hola chicas -saludó Harry a Parvati y Lavender. Ron hizo un gesto extraño.

-Hola Ron -respondió empalagosamente Lavender.

-¿Qué pasa chicos? -preguntó nerviosamente Parvati.

-Estamos buscando a Hermione, ¿de casualidad no la han visto? -les preguntó Harry a ellas.

-No -respondieron al unisono. Una estaba muy nerviosa y la otra actuaba indeferente mientras le lanzaba miradas de reojo a Ron.

-Bueno... Si la llegan a ver, le pueden decir que la necesitamos urgentemente -les pidió Harry.

Parvati se quedó petrificada, por lo que Lavender tuvo que asentir de mala gana.

Los chicos la siguieron buscando mientras recorrían los desiertos pasillos del colegio. Un trueno hizo sobresaltar a Ron, parecía que una buena tormenta iba a caer.

Rapidamente Harry recordó que los Dementores estaban custiodando alrededor del colegio. Si Hermione había salido quizá se podía encontrar en problemas, no esta en la naturaleza de un Dementor perdonar.

-Ron... -se detuvo en seco Harry. -Necesitamos salir, creo saber donde se encuentra Hermione -le dijo al pelirojo.

-¿Dónde? -preguntó Ronald.

-Rumbo a Hogsmade.

Los dos voltearon a mirar al gran ventanal y pudieron ver como la lluvía azotaba con fuerza todo.

Después de haber todo mas de tres platos, dos copas de vidrio, y dejar caer todo al piso, la profesora McGonagall se acercó a ellas.

-Si que eres una mala mentirosa... -le susurró Lavender justo antes de que llegara la profesora.

-Señorita Parvati, ¿se encuentra usted bien?

-Si,si,si... Yo si, yo -respondía rapidamente mientras trataba de poder poner comida en su plato, lamentablemente este volvió a resbalarse de su manos haciendo un gran desastre en el piso.

-¿Usted sabe que le pasa, señorita Lavender? -se cruzó de brazos McGonagall.

Lavender cuya inteligencia usaba poco, únicamente para distinguir entre un champú para pelo liso o rizado, pensó que quizá echar una leve mentira sacaría de aquel estado de imbecilidad en el cual se encontraba su compañera Parvati.

-Esta así porque nuestra compañera Hermione Granger, le pidió que no dijera a nadie donde estaba.

-¿Y dónde esta? -preguntó molesta McGonagall.

Cuando Parvati iba a responder un escueto: "no sé". Lavender se le apresuró y dijo:

-En las afueras del colegio, matando Dementores.

Lo que no se habían dado cuenta Harry y su buen amigo Ron, es que la conversación que habían tenido había sido escuchada por su profesor de pociones Severus Snape.

Severus al escuchar que su querida Hermione se encontraba en peligro no lo dudo ni un segundo para ir corriendo a su despacho. Sentía que su corazón se iba a salir de su pecho, el creía que era culpable de esto ¿pero que podía hacer? Cuando él estaba a su lado olvidaba su caracter frío y empezaba actuar como un estupido.

Hermione

Estaba haciendo mucho frío, demasiado. Mi abrigo y la capa del padre de Harry a duras penas me protegían de la nieve que hacia. Pero había llegado a mi primer destino o mi primera parada, Hogsmeade. Tres escobas formaban un triangulo, había unas letras inscritas en lo que parecía ser un semi-arco. Arriba de todo había unos cuernos de venados.

-Buenas noches Madam Rosmerta-saludo cortesmente la castaña.

-Hola chica, ¿no es muy tarde para que andes sola por ahí?-Hermione sonrió tristemente, probablemente en este instante se encontraría en su cálida cama, rodeada de sabanas y muchos libros para leer. Aunque esto fuera todo lo contrario, encontraría algo bueno de el.

-Sí. ¿Me regalas una cerveza de mantequilla por favor?

-¡Una cerveza de mantequilla!-gritó Madam Rosmerta y al instante se la sirvió. Hermione pensaba y pensaba en su próximo destino, probablemente debería a quedarse a dormir aquí en Hogsmeade, era muy tarde como para arriba a cualquier otro lugar. Una vez acabó pagó su cerveza con un galeón y se fue a buscar morada en algún lugar. Afuera hacia más frió de lo que recordaba, todo estaba oscuro menos en la esquina de un callejón, había una bandera con dibujos que no sabía lo que significaba. Toco varias veces, pero en ninguna de esas alguien atendió. Cuando Hermione creía que no había más nada que hacer y tenia que regresarse a las Tres Escobas a pedir una habitación, escucho un murmullo y seguido de un Shhh que le llamo la atención. Se acerco más a la puerta y puso su oreja.

-¿Qué quieres?-dijo una voz inusual, incluso podía decir que le recordaba a alguien.

-¿Hay alguna habitación disponible?-susurro mientras chocaba su gélido aliento contra la puerta. Alguien abrió la puerta provocando que Hermione casi se cayera. Al mirar quien era se asusto un poco, pero después le recordó en parte al director de Hogwarts, Dumbledore sin saber porque. Quizá debió ser su prominente barba.

-¿Vas a pasar o no?-pregunto fastidiado, Hermione entro sin dudar. Aquel señor grandote cogió su lampara y empezó a caminar por un pasillo largo y sombrío.

-¿Cuanto vale la noche?-su voz era tímida y no sabía por que.

-Un galeón, pero comparado con una simple cerveza de mantequilla en las Tres Escobas es todo un regalo, ¿no?-Hermione estuvo a punto de hacer esa rara comparación. Se detuvo al final del pasillo e ilumino la fachada de la puerta donde había un número que decía "97". Hermione sabia que por mucho habían seis o siete habitaciones en este lugar; pero aún así decidió hacer caso omiso a eso. Él abrió la puerta y miro a Hermione como señal de que pasara, ella entro, pero antes de cerrar la puerta se volteo a mirarlo, debía saber como se llamaba.

-Muchas gracias, ¿señor...?

-Aberforth.-Aberforth se devolvió por aquel oscuro pasillo sin mirar atrás.

Una vez ahí, Hermione pensó que quizá este lugar no fue una de sus mejores ideas, pero no podía quedarse en Tres Escobas ya que ahí seria donde primero la buscarían, además sabía que la señora Rosmerta era muy amiga del personal de Hogwarts. Este lugar era todo lo contrario a donde estaba, pero aquí sabia que nunca la buscarían o por lo menos mientras partía al alba, por más que su aspecto fuera como el de un lugar lúgubre y oscuro con gran olor a cabras.

Tuvo pesadillas aquella noche, no sólo con el lugar en el que se encontraba y aquella cabeza de puerco que estaba colgada en su habitación. Si no, que soñó que Severus jamás la buscaba y ella era como una prisionera, jamás se quedaba en el mismo lugar y después de eso caía por un gran precipicio.

Espero que esten teniendo un buen día,

Saludos. TheFanficTime©

Fire (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora