Capítulo 6.

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Cuando me despierto me siento

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Cuando me despierto me siento... Adolorida. No me encuentro en la sala de Astronomía, estoy en mi habitación, ¿cómo llegué aquí?. Recuerdo todo lo que pasó anoche y me estremezco, me doy cuenta que no llevo nada encima únicamente una sabana blanca tapándome. No hay mas nadie en la habitación, por lo que me relajo. Lentamente me llevó la mano a mi vagina que se encuentra un tanto adolorida, me hago caricias suaves que lentamente se convierten en una gran excitación. No puedo evitar pasarme las manos por todo el cuerpo y complacerme. Sigo frotándome en círculos mientras siento como pierdo la noción del tiempo, hasta que no puedo mas y dejo salir un gran suspiro.

Me paro de la cama y me miro al espejo, veo mi reflejo desnudo. Estoy sudorosa, roja y agitada. Instintivamente me miró el trasero y quisiera que Severus estuviera aquí para que me lo masajeara fuertemente. No se que me pasa, me sorprende mis pensamientos tan lujuriosos, me siento como si estuviera presa de un hechizo de lujuria. Creo que lo mejor será despejar la mente y solamente hay un lugar para hacerlo: ¡La biblioteca!

Me doy un baño y cuando me termino de alistar parece que aquellos pensamientos se han desvanecido un poco. Así que caminó rapidamente hacia la biblioteca. Lo bueno de ir a esta hora es que es muy temprano y Madame Pince aún se encuentra dormida y la biblioteca se encuentra sola para mí.

Quiero leer algo que me haga fantasear por algunos días y lo mejor será ir a la sección de Romance. Paso mi mano lentamente por los libros sintiendo la textura de cada uno en mi s dedos. Sonrío cuando encuentro las Desventuras del Joven Werther, un libro Muggle que siempre había querido tener entre mis manos.

Me siento muy alegre de tener un ejemplar tan antiguo como este. Me senté rapidamente para sumergirme lo antes posible en el libro. Pero hay algo especial de este género como es el Romance, siempre lo abro en cualquier parte y entonces esa es la que leo, si me gusta empiezo desde el principio o si no lo dejó así. La parte que salió dice así:

"Wilhem, ¿qué sería sin amor el mundo para nuestro corazón? Una linterna mágica sin luz. Apenas pones la lamparilla aparecen sobre tu blanca pared imágenes de todos los colores...".

Inmediatamente se empezó a comparar y hacerse la mismas preguntas.

"¿Qué sería sin amor el mundo el mundo para su corazón?" o mejor dicho "¿Qué sería de su corazón si no latiera desesperadamente al ver a su amado?". Sacudió la cabeza, de sólo pensar en ello la asustaba. Y aquello sólo significaba una cosa, se estaba enamorando... O por lo menos ya lo había hecho. Estaba segura de lo que había vivido, era la cosa mas real que le había sucedido. Había muchos había en ello.

"¿Y si quizás Severus solamente se dejó envolver en la Lujuria?"

Llevaba cinco años viéndolo y jamás lo había visto siendo cariñoso con alguien. Ni un gesto, ni una palabra, era la persona mas fría que conocía y aún así la persona que mas le interesaba.

—Hermione —aquella voz la hizo sobresaltar y dejar sus miedos a un lado, o por lo menos por un momento. Alzó la mirada y se encontró con aquellos ojos que estaba segura que podían representar la noche. Se sintió insegura de inmediato.

—S-everus —había sido mas como un hipido, que una respuesta. Pero se estaba empezando a sentir nerviosa a su lado.

—¿Qué haces aquí? —me pregunta con el ceño fruncido y se sienta a mi lado.

—Leía —respondí esta vez con mas seguridad. Pero no dejaba de verme fijamente y eso no ayudaba mucho.

—¿Leías? —repitió con la voz plana. Miró que libro estaba leyendo tratando de corroborar si era verdad. —¿Qué lees? —me preguntó.

—Las Desventuras del Joven Werther —respondo—, pero hasta ahora sólo empezaba, además ya me iba —trato de excusarme rápidamente.

Cierro el libro con un poco de brusquedad y me paro para dejarlo donde lo encontré. Si no, Madame Pince me mataría. Cuando intenté irme un brazo me detuvo.

—¿Estás bien? —si seguía hablando ella misma se iba a poner a gritar y no sabía porque. Los nervios y las inseguridades le estaban jugando una mala pasada.

Agache mi cabeza apenada, no quería verlo a la cara. Pero Severus me alzó el rostro con un poco de brusquedad para que lo mirara.

—Si no me quieres ver lo entenderé —habló con dureza —, pero no te dejaré tranquila hasta que me digas que te sucede, Hermione.

—N-o...m-e...pas-a... nada —respondí tartamudeando.

—Entonces te obligaré a decirme —me dijo. Antes de que pudiera reaccionar lo tenía encima mío besándome desesperadamente. Gemí, sentía que había pasado mucho tiempo sin besarle. Pasé mis manos alrededor de su cabello. Lo cual hizo que soltara un gruñido.

El beso se profundizó como si jamás en nuestra vida lo hubiéramos hecho, como si necesitara de el para sobrevivir. Yo no sé sin el era así, pero para mi era como el mas potente hechizo. Solo se escuchaba el sonido de nuestras bocas encajando como si fuesen la octava maravilla del mundo. Cuando se me dí cuenta de lo que sucedía me encontraba desnuda contra el cuerpo de Severus.

Me impartía besos por todo el cuerpo lo cual me volvía loca. No quería que aquello nunca terminase, era tierno pero a la vez demasiado apasionado.El resto de la noche me hizo el amor como nunca, como si fuera la primera vez que nuestros cuerpos se encontraban. 

Solamente la luz de la ventana fue testigo de la pasión que derrocharon durante mucho tiempo, aquella pasión que era fuego consumiéndolos lentamente.

Solamente la luz de la ventana fue testigo de la pasión que derrocharon durante mucho tiempo, aquella pasión que era fuego consumiéndolos lentamente

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