Capítulo 4.

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Los días siguientes pasaron lentos y aburridos. No he vuelto a ver Snape lo que parece ser una semana. Ya no se ni que sentir o que pensar. Siento como si me estuviera evitando, ya que en clase me ignora y en los pasillos camina rápidamente y cambia de dirección. 

Hoy es último día de clase. Harry y Ron me preguntan si voy a ir a Hogsmade, ya que la profesora McGonnagall ha organizado una salida hacia ese lugar. Volverán mañana en la noche.

—No, gracias —. Les respondo. Ron me mira mal.

—¿Qué te vas a quedar haciendo? —me pregunta el pelirojo de mala gana.

—Eso a ti no te incumbe —, dicho esto cierro mi grueso libro y me dispongo a irme a mi habitación.



Después de estar mucho tiempo en ella, bajo a la sala común y me doy cuenta de que esta vacía. Recorro lentamente los pasillos de Hogwarts, al parecer estan practicamente vacios como todo el castillo. La mayoría de los alumnos, excepto los de primer grado se han ido a aquella excursión. ¿Por qué no he ido yo?, la verdad es que no sentía muchas ganas de ir, mi estado de ánimo es no el mejor en estos momentos. Decido ir al gran salón antes de que se termine el banquete.

Al entrar me siento nerviosa, todas las miradas recaen sobre mí. Seguramente preguntandose como una estudiante de quinto año no va a una de las pocas salidas que tenemos. Realmente hay muy poca gente y me siento mas incomoda que cuando esta igual de abarrotado que el primer día.

De los profesores se encuentran el director Dumbledore, la profesora Sprout, el profesor Lupin y... Snape. Cuando lo veo se me acelera la respiración, bajo la mirada antes de que este se de cuenta. No se porque me siento tan extraña al fin y al cabo el mismo profesor se han encargado de hacerme saber que no hay nada entre nosostros. Ni siquiera porque al mas mínimo roce pierdo la cordura.

—¿Hermione?

—¿Hmmh? —alzo la cabeza un poco desconcertado. Luna Lovegood me esta hablando. —¿Sí?—, ella me sonríe.

—¿Por qué no te sientas con nosotros?—me pregunta amablemente. Tiene razón, no se porque en medio de mis divagaciones me senté a comer apartada de todos. Asiento.

De Gryffindor sólo esta Neville. De Ravenclaw, Luna. Y de Slytherin... Draco Malfoy y sus dos gorilas. De Hufflepuff hay una niña que no me acuerdo el nombre. Aún así trato de evitar sus miradas de odio (de las serpientes) y también trato de no mirar a donde se encuentra Snape. Me uno vagamente a la conversación, que trata de unas criaturas un tanto particulares.

Una vez acabo, me disculpo y salgo rapidamente de allí. Sentía que me iba ahogar o algo por el estilo. Decido ir a la torre de Astronomía y sentarme a divagar un momento allí. Después de unos minutos de un gran silencio una voz habla a mis espaldas.

—Hoy casi no hay estrellas —. Habla aquella voz de la cual me hace estremecer. Me pongo nerviosa —. Pensé que estabas en Hogsmade —añade al ver que no digo nada.

—No tenía ganas —. Respondo casi en un susurro. Snape se sienta a mi lado y siento como mi pulso se altera terriblemente.

—¿Por qué? —la forma en que pronuncia sus palabras me hace olvidarme de todo. Pero tengo que responder.

—No es nada —alza una ceja.

—¿Nada? —repite, como si no pudiera entender.

—¿Estás así por un chico, Hermione? —su pregunta hace que me paralice por un segundo, ¿que? Mis manos han empazado a sudar.

—N-o... —tibuteo.

Me paro rapidamente no pudiendo controlar con total claridad mis emociones. El mira como si me hubiese vuelto loca.

—Tengo que irme a mi habitación —digo apresuradamente. Pareciera que me fuera a dar un ataque.

El se para también rapidamente pero con elegencia. —¿Acaso esta huyendo de mí? —me pregunta. Yo retrocedo.

Empieza un juego en el que dan un paso y yo retrocedo otro. Hasta que en un punto mi espalda toca la pared fría. Su mirada es realmente intensa y con la oscuridad de la noche, sus ojos pareciera que resaltaran aún mas. Se acerca mucho a mí y siento que voy a decaer, hasta que hace algo que me hace temblar. Estira su mano lentamente y la posa en mi rostro.

—Hermione... —mi nombre en su boca suena perfectamente. Como si cada partícula de él estuviera diseñada para ser así. Veo que cierra los ojos y hace ademán de retirarse con el rostro dolido. Pero antes de que hago algo actuo sin pensar, no lo quiero lejos de mí.

Lo beso.

Mis labios impactan suavemente con los suyos a lo que dan un respingo. Sin importarme de su reacción lo sigo haciendo, siento como el profesor se retuerse al lado mío tratando de controlarse, pero no lo logra. Me agarra con sus dos grandes brazos mi cabeza y me acerca mas a él. Fundimos nuestro beso entre movimientos lentos y suaves, como si no existiera tiempo para nada mas.

Y es así. El tiempo no se detiene, en realidad se convierte en el mas efimero instante cargado de emociones que rapidamente circulan por todo mi cuerpo. Como si sintiera despertando cada parte por él.

Nos separamos y nos quedamos viendo unos segundos más. No se que hacer, ni mucho menos que decir. Me siento como si hubiera estado bajo el mas potente hechizo encantador. Probablemente asi sea, probablemente mi hechizo sea él.

Quizá en los demás cuentos todo sea perfecto, pero algo me dice que no va a ser así, que aproveche el tiempo que tengo que no se en cual momento esto vuelva a suceder. Haciendo caso omiso a cualquier racionamiento y lógica que llevo empleando durante años algo extremadamente atrevido. Me empiezo a desnudar lentamente. Creo de todas las cosas que se hubiera esperado Severus, ninguna hubiera encajado con esta y mucho menos con la reacción de su cuerpo y de su cara. Me deshago de cualquier vestimenta hasta que un momento mi piel queda descubierta a las tenues luces de la noche.

Fire (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora