Capítulo 2.

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Noah:

Al llegar a casa no podía creer lo que veían mis ojos, me los froté pensando en que era un sueño, pero no, Nick se dio cuenta de mi asombro y me pellizco haciendo saber que no era nada parecido a un sueño, era absolutamente todo real.

-Au, me has echo pupa..- Dije con una cara triste, el solo rió y empezamos a adentrarnos en casa.

-Tete, no me puedo creer que hayas decorado toda la casa exactamente como yo te dije, es... es preciosa tete !!.- Dije lanzándome a sus brazos sonriendo extremadamente. 

Estaba todo perfecto, el cuarto de baño con las baldosas azul cielo que me encantaban, la cocina era de color marrón claro y el comedor era verde, con una tele gigantesca enfrente de un enorme sofá que hacía esquina, una mesa enorme para comer detrás y una estantería llena de libros, habían algunas fotos colgadas por las paredes de la casa y otras estaban enmarcadas y en estanterías y justo me paré en la foto donde salíamos todos, nuestros padres y nosotros, estaban sonriendo mientras mi hermano me cogía en brazos como suele hacer haciéndome reír, noté un nudo en el estomago pensando que a mis padres le hubiera encantado vernos en este momento.

-Después de todo lo que has pasado peque, te merecías algo así, aun que aún hay más..- Dijo con cara de pillo. 

Noté como me miró Nick, algo preocupado o extrañado, viendo mi cara a punto de llorar cuando vi la foto y cuando mi hermano dijo que después de todo lo que había pasado me lo merecía, se refería no solo a la muerte de mis padres, sino también a mi ex-novio que dure con él unos 5 años, donde me había maltratado psicologicamente, al recordar todo eso mis ojos se llenaron de lágrimas y conforme mi hermano me vio la cara lo supo y me abrazó fuerte.

-¿Eso quiere decir que no quieres ver tu nueva habitación que te había preparado con toda mi ilusión?.- Dijo sonriéndome intentando "quitarle hierro al asunto". Yo sonreí y asentí. Fuimos hasta la puerta donde sería mi nueva cueva, mi hermano me tapó los ojos con sus manos y le dijo a Nick que abriera la puerta, avanzamos unos pasos y cuando me quitó las manos de los ojos no me lo podía creer y eche a llorar de emoción.

-Peque, ¿que no te gusta?.- Me preguntó con trsiteza.

-¿Estás de broma tete?.-Le dije mirándole con cara de pocos amigos.- ME ENCANTAAA !!.- Y me tiré sobre él haciendo que perdiera el equilibrio y los dos cayéramos al suelo, riendo a carcajadas los tres. 

La habitación era PERFECTA, las paredes eran 2 de color granate y las otras 2 de color blanco roto, con una estantería llena de libros de amor, como sabe que me gustan los libros de romances imaginándome como sería mi vida en el amor aun que hasta ahora no había tenido suerte, un escritorio de punta a punta de la pared, para que tuviera espacio suficiente para los deberes y demás, un portátil encima de la cama de matrimonio de color granate, y un pequeño balcón para las noches de verano que me gustaba salirme al aire libre mientras leía o escuchaba música y veía las estrellas, y el detalle más pequeño pero a la vez tan importante como mi vestidor y mi baño propio, dios, era el sueño de toda chica de 18 años, me fijé y me dí cuenta que en la habitación había solo una foto, para que yo decidiera cuales más quería ponerme, se trataba de una foto en la que salimos mi hermano y yo cuando me gradué en el instituto, él iba en traje y yo con un vestido que parecía verdaderamente una princesa, aun que según mi hermano, lo soy.

Después de ver toda la casa decidimos meternos en la cocina para preparar la comida, menos mal que mi hermano cuando me dejó en la uni fue a comprar por que sino nos hubiéramos muerto del hambre, hizo sus famosos macarrones con carne picada, ¿parece un plato sencillo, no? pues no sé como los hace mi hermano que eso es como un orgasmo cuando te lo comías de lo rico que estaba, aun que decir que eran como un orgasmo es algo descabellado, ya que no sé lo que es un orgasmo por que sigo siendo virgen, sí, 5 años con mi ex-novio y seguía siendo virgen, como veía que las cosas no iban a acabar bien aun que en ese momento pensara que era feliz, decidí no precipitarme ya que era el primer novio serio que había tenido.

¿Luchar o rendirse?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora