Capítulo 1.

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Noah:

Era el primer día de universidad y hacía poco que llegamos a Denia un pueblo pequeño de Alicante, por lo que no conocía ni el lugar ni a la gente de por allí, aun que eso en realidad me daba igual, quería centrarme en mis estudios, sacarme la carrera de cirujana y si era posible conocer al que sería el amor de mi vida, aun que pensaba más en lo primero.

Mi hermano como no, me llevó hasta la universidad, después de haberme preparado el desayuno, me duché y me vestí. Cuando llegué allí vi a mucha gente y la universidad era increíblemente grande más de lo que yo me esperaba, parecía un laberinto y parecía que jamás iba a poder salir de la misma manera en la que entré.

Me dirigí hasta conserjería donde recogí todo el material que iba a necesitar más el horario de mis clases.

-Peque, ¿estarás bien? No te preocupes si el primer día de uni te pierdes o no haces amigos, es el primer día y quiero que disfrutes de hoy y de todos los años de universidad que te quedan, a mamá le hubiera gustado mucho verte hoy y traerte ella a clase, pero no te preocupes peque, que sea lo que sea que necesites yo estaré contigo, da igual si tengo que quitarte babosos de encima o ayudarte en alguna asignatura.- Dijo algo contento pero triste a la vez al recordar el brutal accidente.

-Muchísimas gracias por todo tete, estaré bien, no creo que hoy conozca a alguien y menos a algún baboso, así que estate tranquilo, vengo a estudiar y a ser la chica que mamá hubiera querido, todo lo demás me da igual.- Le conteste algo triste por hablar sobre nuestros padres.

-Vale peque, te espero a la salida de las clases y nos vamos a comer por ahí, ¿vale?- Dijo con una sonrisa en su cara aun que podía ver en sus ojos ese brillo que hacía hablar de nuestros padres. Asentí con la cabeza y le di un beso en la mejilla antes de adentrarme a lo que sería mi próximo infierno durante el resto del día y durante los años que durara la carrera.

Me costó bastante encontrar el aula de química que sería mi primera hora de los Lunes, no me disgustaba empezar la semana con química ya que era una de mis asignaturas preferidas, sí, me encanta la ciencia, los números y las fórmulas. Al entrar en la clase hice una revisión de caras para ver más o menos cual iba a ser mi clase de química, solo esperaba que fuera una mañana tranquila y alegre dentro de lo que cabe. Me acerqué a la mesa del profesor para que me diera unos apuntes que sería el primer temario que íbamos a dar, dios, el primer día de clase y ya me habían repartido el primer tema y el profesor empezó a explicarlo mientras yo buscaba con la mirada algún sitio donde sentarme hasta que me dí cuenta que solo había un sitio libre al lado de un chico moreno con ojos verdes guapísimo, me acerqué lo salude educadamente y me senté a su lado, ese iba a ser mi sitio todo lo que quedaba de año ya que según el profesor no es bueno ir rotando los asientos día tras día, pero no le di importancia, no me molestaba tener al chico más guapo de la clase de química a mi lado el resto del año.

-¿Eres de aquí nena? No te había visto nunca y si lo hubiera echo me acordaría de esa carita.-Me dijo para romper el hielo y me quedé estupefacta, ¿nena?, ¿hola? "Pues si que empezábamos bien...", pensé.

-Mmm.. sí, soy nueva en la ciudad y no creo que el primer día que te conozco me llames "nena", para hablarme así mejor no me hables.- Dije cortante, ¿pero de que iba? ¿se piensa que esos "jueguecitos" iban a funcionar conmigo? que estúpido, pensé.

-Eh tranquila nena, es solo mi forma de hablar, no trataba de que te sintieras incomoda, lo siento si te a molestado.- Dijo algo arrepentido, dios, pues si que iba a ser inolvidable el primer día. Necesitaba conocer a alguien para que me enseñara todo esto y a la primera de cambio lo juzgue sin saber, dios, que mala soy.

-Lo siento yo también, estoy algo nerviosa es mi primer día en la universidad y hace 2 días que vine a la ciudad, no conozco nada de aquí ni a nadie salvo a mi hermano y mal interpreté lo que me dijiste, por cierto... me llamo Noah y ¿tu?.- Dije arrepentida, el sonrió.

-Yo me llamo Nick, encantado Noah, es un nombre muy bonito.- Dijo sonriéndome, dios, que sonrisa tan perfecta tenía, pero no podía irme por las ramas y ya que él había sido el único que se había acercado a mi me lancé.

-Encantada Nick, me preguntaba si... ¿Tu podrías enseñarme la ciudad? Es que verás, no soy buena en esto de conocer lugares y gente nueva...- Dije un poco nerviosa y sonrojada ya que de alguna manera estaba quedando con él, aun que no pensé como que era una cita y me relajé un poco.

-Claro nena, digo... Noah, perdón de nuevo. Si quieres a la salida de clase te enseño un poco la zona.- Volvió a sonreír y me quedé embobada con esa sonrisa y solo asentí. Hablaría con mi hermano después para explicarle.

El día de clases acabó y me senté en uno de los bancos de la uni al lado de una fuente preciosa esperando a que saliera Nick y a que viniera mi hermano, prácticamente estábamos en casi todas las asignaturas Nick y yo, por lo que el día se me hizo algo ameno, por lo menos conocía a alguien agradable que no quería nada perverso conmigo, o sí, pero no era un baboso.

-Pequee !!.- Escuche gritar a mi hermano mientras venía medio corriendo para abrazare fuerte y levantarme del suelo mientras dábamos vueltas sobre nosotros mismos, le abrace fuerte y cuando me bajó le conté:

-Tete, me temo que no podremos ir a comer juntos... verás, he conocido a un chico en clase bastante simpático y le he pedido que me enseñe la zona para no perderme, ya sabes lo que me pasó cuando nos fuimos de viaje a Roma... Un poco más y no estoy aquí para contarlo.- Dije riéndome acordándome de ese día, el reía escandalosamente al acordarse también del día y cuando dejamos de reírnos apareció él.

-Hola Noah, ¿preparada para conocer la ciudad?.- Dijo sonriendo, dios, esa sonrisa. Mi hermano se nos quedó mirando con el entrecejo fruncido, él sabía que me parecía guapo Nick, pero no dijo nada al respecto, cosa que le agradecí.

-Hola, yo soy Jaime el hermano de Noah, ya que ella no me presenta me presento yo.- Rió y Nick le choco la mano como hacían los chicos.

-Encantado, yo soy Nick el compañero de tu hermana.- Dijo con una sonrisa.

-Si queréis chicos os puedo acercar a algún sitio, yo tengo que ir al centro de la ciudad a acabar de arreglar los papeles del piso.- Dijo mi hermano, yo aún no había visto como había quedado la casa ya que cundo me fui esta mañana a clase no estaba casi ni amueblada, solo nuestras camas, algún armario, televisión y los electrodomésticos de la cocina.

-Tete yo también quiero ver la casa, ¿me habrás echo caso en la decoración, no? Si quieres Nick, vente a comer con nosotros a casa y después me enseñas la zona.- Dije con una carita de niña buena para que dijera que si, era el único amigo que tenía así que, quería conservarlo.

-De acuerdo, si  tu hermano no le importa iré encantado, pero te advierto, esa cara de niña buena no funcionará siempre que quieras algo.- Dijo riéndose y mi hermano con él, le a caído de maravilla ya que mi hermano también me suele decir esa frase. Nos fuimos directos al coche poniendo rumbo a casa para ver como había quedado, comer y después salir a conocer la zona.

¿Luchar o rendirse?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora