10

63 5 0
                                    


(Por favor si encuentran algún error de ortografía, haganmelo saber en los comentarios, se lo gradeceria mucho)

Haakon

Todos en la manada seguían temerosos después de unos largos meses. Las amenazas habían cesado pero la vigilancia día y noche aún era requerida.

Después de unos días del ataque de Gad muchos lobos estaban intranquilo y hablaron uno a uno con el alfa. Sus dudas acabaron, pero el miedo seguía ahí. Las familias ponían toda la fe en su guía, el lobo superior.

Luego de muchas reuniones se llegó a la conclusión de que lo único que había por hacer es esperar, entrenar y rezar.

Alban

Las preguntas no habían parado. Aún tenía ese presentimiento de que algo se le escapaba. Algo que nadie decía.

***

La luz del astro rey invadió la habitación que compartía con mi compañera. Los suaves cantos de los pájaros había empezado hace algunas horas, pero las nubes tapaban el cielo evitando así que los rayos del Sol iluminaran.
Alban suavemente abrió los ojos. Lo primero que vio fue a su amada. Su sonrisa fue involuntaria, pero aún así lo hubiera hecho de todos modos. Se acercó a ella y quiso despertarla con un beso bajo su oreja, luego susurró al mismo.

-Despierta -dijo- el sol ya está arriba.

Salma se despertó en ese instante, feliz de estar al lado de Alban, pero el dolor de cabeza estaba ahí igualmente. Se volteó y lo vio.

-El sol ya salió, así es -respondio- pero la hora es muy baja aún. Buenos días.

Se rieron uno al otro.

-Los buenos días sólo lo son a tu lado -y con eso la beso y perdió la razón.

***

Harto de las preguntas que iban y venían en su cabeza, Alban decidió hablar con un superior. Su alfa, Haakon. Este se encontraba en la enfermería junto a Shea. Había que reponer muchos artículos del mismo, pero debían hacerlo con extrema precaución y cuidado a su alrededor.

Shea lo vio acercarse, pero Haakon ya había oído el ruido de la puerta, el de su corazón y sentido su aroma. Ella sonrió al verlo junto al alfa.

-Buenos días, Alban -dijo la curandera.

Él sólo hizo un gesto con su cabeza en modo de saludo luego se dirigió a Haakon.

-Alfa, buenos dias -hablo Alban- necesito hablar con usted.

En ese momento Haakon se giró a ver al mate de su única hermana, lo vio con intriga y curiosidad.

-Alban, buenos dias a ti tambien. ¿A que se debe esta platica?

Shea se despidió de ambos, mostrando su exquisita educación agitó su cabeza con gracia a su alfa, quien correspondió al saludo.

-Tengo algunas preguntas que hacerle sobre mi compañera y de mi persona.

Haakon fruncio sus cejas. ¿Qué preguntas podría tener?

-Muy bien. Debemos hablar en otro lugar -dijo y señaló hacia la puerta.

Ambos se retiraron de la enfermería. Se acercaban a la cabaña que el alfa compartía con su mate el mismo se encontraba en el centro del campamento.
Haakon sabía que su compañera se encontraba en su vivienda, al igual que su hermana.

Subieron lentamente por las escaleras en dirección a la puerta de entrada. El alfa no había puesto su mano sobre perilla de la puerta cuando escucho un grito de mujer.

- Beta -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora