A ti:
Querida anónima:
Llevo una semana sin recibir nada tuyo, la verdad me gusta mucho que me escribas lo que sientes, cuando llego a casa y abro el buzón y veo un sobre azul clarito con mi nombre encima de color negro me sube la adrenalina y me pongo muy contento.
No he podido contestarte antes porque sinceramente, no sabría qué ponerte ni cómo dar contigo, así que pegaré este sobre en mi buzón para que lo cojas y lo leas.
Al parecer ya sabes que "estoy con Sally" te diré que no. No es así. No estoy con ella desde hace meses, no es mi tipo y solo me utilizó para darle celos a su ex novio. A mí en ningún momento me llegó a gustar lo más mínimo.
Pero sí te confesaré que me gusta alguien, no te diré quien es, pues no se su nombre.
Me gustas, anónima.
Y mucho.
—Gad.
PD: Espero que me escribas otra vez, me relaja leer palabras sinceras, y si puedo preguntarte algo... ¿Por qué decidiste escribirme cartas en vez de hablarme en persona?