A ti:
Gad:
Desde que te vi hace meses... al principio de curso... se me olvidó que eras el tío idiota que me pegó una vez... soñaba con tu sonrisa todas las mañanas, con tu mirada todas las tarde y tus abrazos todas las noches. Pero nunca se me ocurrió que podría hacerlo realidad.
Y ahora...
Ahora me dices que quieres algo conmigo... ¿sabes lo feliz que me haces?
Tengo esas mariposas de amor, que suelen llamarlas. Y no paran quietas cuando leo las palabras de tus cartas.
Te quiero tanto...
¡Hasta fin de curso!
—Peige.