Folio dieciocho.

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A ti:

Querido Gad:

Me has descubierto, ya sabes quién soy. Me pillaste en el patio escribiendo tu próxima carta.

Sí, soy ella.

Esa chica con la que te metías en el primer curso nada más entrar. Lo pasé muy mal, pero decidí perdonarte, perdonar tus pecados. Además, solo fue un bofetón, no es el primero que me dan. Exacto, me han estado dando más los últimos meses, desde que empezó el curso para ser exactos. Gad, tú fuiste el primero en acosarme escolarmente. Pero no el último.

No te sientas culpable por lo que hiciste. Todos cometemos errores en nuestra vida, yo también cometí uno. Enamorarme de mi acosador. Sí, me enamoré porque al perdonarte vi todo lo bueno que tienes, todo lo bueno que eres. Aunque seas dos años mayor que yo, en las cartas has demostrado ser maduro, sensible, comprensible y demás.

Pero cuando me viste escribir... Te alejaste de mí, ¿por qué? Te daba asco, ¿no es así? No te gusto como decías que lo hacía.

Sé que no tengo el pelo de la mejor manera, sé que no tengo la sonrisa más bonita del mundo, sé que tengo unas curvas salientes y no entrantes como te gustaría que tuviese. Sé que no soy la mejor estudiante, ni la más guapa, ni la más perfecta.

Pues tengo mis defectos.

Mi cara es redondita, mis dientes están torcidos, por mucho aparato que tenga, tengo unos brazos y unas piernas cortas, soy bajita y algo gruesa. Pero soy simpática, cariñosa, me gusta dar amor, y me gustas, porque tú también me has demostrado ser así.

Sé que te he desilusionado.

Lo siento.

Paige.

A Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora