Quinto Disparo: Cristal Roto

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Entre casi corriendo al departamento, mi corazón latía fuertemente. Sabía que algo andaba mal (demasiado mal), había olvidado por un momento que éramos presas y ese descuido pudo haber costado caro.

-¿Estas bien? – preguntó Daniel entre preocupado y serio

Suspiré un poco aliviada, al menos él estaba bien...por ahora.

-La...la lista...¿puedo verla? – fue lo único que atine a decir.

-Primero tranquilízate un poco sí – Daniel fue por un vaso de agua mientras yo me senté en el sillón.

Fue entonces que me percaté que su teléfono estaba en sus manos y la laptop estaba encendida. Supuse que buscaba alguna nueva pista sobre aquello, aun asi aquel hilo que estaba en el parque podía ser un indicio. Definitivamente hay un asesino suelto buscando sangre y todo por este enfermo juego, temo por quienes me ayudan...después de todo es lo único que tengo y no quisiera perderlo solo por...

-Aquí tienes – Daniel interrumpió mis pensamientos y se sentó en la mesa para estar frente a mí.

-Gracias – tome el vaso y lo bebí lentamente

Daniel miraba hacia un lado distraído, desde que dejamos de hablar ha estado metido en su cuarto y solo sale ocasionalmente. No sé por qué pero dentro de mí hay algo que me molesta cada vez que pienso en eso.

Cuando terminé de beber dejé el vaso junto a Daniel. Después de eso ninguno habló.

-¿Has estado bien? – decidí romper el silencio

-¿A qué te refieres? – Daniel fijó su mirada en mí, mientras su tono de voz era serio al igual que su mirar.

-Desde leíste el mensaje te has encerrado, supuse que "él" dijo algo de tu padre o una amenaza. ¿Sabes? He estado preocupada por ti todo este tiempo, por un momento creí que me echarías de aquí pronto – sonreí – Pero prometiste estar junto a mí y solucionar esto ¿no?

-Rain...yo...lamento haberme comportado como un chiquillo, pero necesitaba tiempo – respondió él

-Si hubieras empezado por ahí no tendríamos esta conversación

-Error mío, lo sé – sonrió.

Daniel fue por su laptop, la puso frente a mí revelando fichas personales de gente de más o menos 14-30 años.

-Necesito me ayudes – me miró fijamente – ¿Recuerdas como eras tú?... ¿conociste a tu madre? ¿O a tu padre? ¿De dónde vienes?

-No lo sé – respondí... lastimosamente, estaba siendo sincera.

-¿Reconoces a alguien de aquí? O puedes dibujar algún rostro que se te haga familiar.– Me señaló las fotos de las personas en su computadora – Intenta hacer un esfuerzo. – me suplicó

No me sorprende que se haya dedicado a esto.

Suspiro.

Tengo que hacerlo.

Veo caras, ojos, rasgos faciales...intento unir o crear hilos en mi memoria para llegar a una pista.

Pasaron tres largas horas, y yo pude dibujar tan solo dos rostros que se me daban una sensación amarga con solo verlos. Uno era un chico de aspecto agraciado, ojos grandes, cabello desordenado. Otra era una chica de facciones francesas, cabello corto y estoy casi segura de que era rubio.

-Bueno...este chico...no tengo ningún registro al parecer ni nadie que se parezca...pero ella – Daniel tomó la laptop, tipeó un rato y luego me mostro un artículo.

The Joker's ListDonde viven las historias. Descúbrelo ahora